POESÍA
DIDÁCTICA
1.-
INTRODUCCIÓN
1.1.-
Concepto y delimitación del género:
La
poesía didáctica es un subgénero de la épica ( como la epopeya), cuya
definición no se concibe por su forma, sino por su finalidad: su misión
específica es instruir. Su objeto no es el mito o las hazañas heroicas, sino
la "verdad" ("Philosophia, Astrologia, Georgica et his
similia"). Por otra parte, al igual que la épica, también se escribía
en hexámetros, verso de ritmo sencillo, que permitía memorizar fácilmente
(aún más que la prosa) las diferentes enseñanzas.
La
controversia sobre esta meta común no ha dejado de producirse a lo largo de
los siglos desde Platón hasta Goethe. No obstante, lo que sí
se ha venido observando en diferentes épocas es una preocupación continua, más
que por incluir ala poesía didáctica en un lugar determinado en el conjunto
de los géneros literarios, por encontrar unas características permanentes y
comunes a las obras más representativas:
-
División
de papeles: poeta/maestro// alumno destinatario de la obra.
-
Participación
real del poeta en la elaboración de la obra: originales/ / revestimiento poético
vistoso de una obra técnica en prosa.
-
Relación
problemática entre contenido y forma (RES/ CARMEN).
En
cualquier caso, y admitiendo de antemano que la materia del poema didáctico
no es moldeable y que él. revestimiento poético le llega a este contenido
siempre desde fuera, como un accesorio, nos parece oportuno la consideración
final que sobre el tema hizo Goethe: "hermanar en una obra única el
saber y la fuerza imaginativa,. fundir en un organismo dos elementos
contradictorios entre sí"; dando muestra con ello de la dificultad
intrínseca del género.
1.2.-
Antecedentes griegos:
Ya
en el siglo VIII a.C. el poeta griego arcaico Hesíodo había compuesto
en hexámetros loS dos primeros poemas didácticos de la literatura
occidental: la Teogonía, más directamente relacionada con la epopeya
homérica y, sobre todo, Los Trabajos y los Días, poesía campesina
que expresa toda una visión del mundo y con un carácter más claramente didáctico.
Más
tarde los filósofos presocráticos, como Parménides y Empédocles,
que expusieron en verso sus doctrinas, representaron una nueva corriente
en la poesía didáctica. Sin embargo, en Grecia, , este tipo de composición
entró en decadencia en el siglo V a.C. con el auge de la literatura en prosa.
En
época helenística asistimos al renacimiento de esta poesía, destacando la
figura de Arato (finales del IV-primera mitad del III a.C.): representa
un giro importante porque, aunque se reconocían sus limitaciones científicas,
se admiraban extraordinariamente sus versos. Su obra, titulada Phainomena, influyó
notablemente sobre la poesía didáctica latina, heredera directa de la helenística.
En
realidad los poetas helenísticos perdieron la inspiración épica que estaba
en el origen de la didáctica y elevan los aspectos formales a la consideración
de elemento fundamental de su obra literaria: la posibilidad de una transmisión
seria de la ciencia se pierde entonces en la poesía didáctica.
Probablemente, entre otros motivos, la aridez de los tratados técnicos que
empezaron "traduciendo" en verso haya sido determinante para adoptar
este nuevo criterio.
1.3.-
Características y autores de la Poesía Didáctica Latina:
No
todas las áreas del saber concernientes a la vida humana fueron objeto
originariamente entre los romanos de la poesía didáctica. Su sentido último,
además, no estriba propiamente en facilitar la tarea de enseñar y aprender,
sino en crear sentimientos artísticos que permitan disfrutar por igual ya la
vez del placer de la poesía y el placer de la cultura.
-
La
naturaleza es un elemento fundamental: está en el centro de la poesía didáctica
latina y de ella recibe su inspiración, comunicándole la especial
sensibilidad ante ella del temperamento artístico latino y apareciendo como
"leif motiv" en el trasfondo de los valores poéticos de este género
literario en Roma. Efectivamente, el romanticismo, esa capacidad de emoción,
que constituye la vena principal del alma artística romana, se derrama por
doquier, facilitando la identificación de autor, obra y público en una
comprensión más cercana del alma común a todos ellos.
-
En
otro plano la relación en el binomio "maestro/ discípulo" sufre
una sustancial transformación, pues desde la altura en la que el poeta
griego miraba a su alumno, ahora el poeta latino dirige su sabiduría y
esfuerzo hacia un superior {Lucrecio a Memrnio, Virgilio a
Mecenas y a Augusto...), influido por el ligero cambio apreciado en la época
helenística donde el "alumno" era ya alguien cercano al autor o
la humanidad en general.
-
La
inspiración divina, típica de la época arcaica y ya perdida en época
helenística, se recupera con Lucrecio, quien se siente inspirado por
la Musa, pero no así Virgilio y otros. El aparato divino típico de
la épica se transforma en meros dioses protectores del objeto de la obra.
-
Por
su parte, la dialéctica entre episodios y tema propiamente dicho que tiene
lugar en todo género literario, encontró aquí la solución típica del
genio literario romano:
-
Desde Lucrecio es
frecuente que respecto a la composición, los libros vayan precedidos de un
proemio o introducción que ofrece espacio para el himno y el panegírico,
solucionando así la dialéctica entre tema propio y episodio o
"excursus".
-
Pero también Virgilio aportó
su solución, haciendo que los episodios constituyesen casi la mitad de la
obra, pero entremezclados de tal manera que el conjunto resultara un cuadro
atractivo y fascinador.
-
Finalmente
el metro es el hexámetro, como en la épica, pero también se introdujo
como en la didáctica griega, el trímetro, un metro menos solemne y más
cercano a la prosa.
Además
de los tres grandes autores (Lucrecio, Virgilio y Ovidio) que
pasaremos a estudiar a continuación, merecen ser recordados, bien por
traducciones de originales griegos, bien por obras propias originales los
siguientes autores:
-
Cicerón
y Varrón, traductores de Arato,
-
Germánico
y Manilio, con su poesía astronómica,
-
Avieno,
con su poesía geográfica,
-
el
Aetna, anónimo, que pretende explicar las causas de los fenómenos
volcánicos,
-
Ausonio,
con su Mosella
-
Columela,
del siglo I d.C., con su obra De re rustica, donde
se manifiesta su admiración por las Geórgicas de Virgilio.
Para
terminar hemos de llegar a la conclusión de que la poesía didáctica romana,
lejos de limitarse a ser una mera copia del modelo griego abre al género toda
una serie de posibilidades nuevas. y ello se observa en el cruce de géneros
que autores representativos manejaron:
-
Ovidio,
poesía didáctica y elegía erótica en Ars
Amatoria y Remedia Amoris.
-
Virgilio,
poema didáctico y "epyllion" en sus Geórgicas.
-
Horacio,
poema didáctico y epístola didáctica, en su Ars
Poetica, por lo que esta obra no se considera en su totalidad
perteneciente al género didáctico.
Sea
como fuere, lo más importante además es la transición a una forma de
grandes vuelos, con obras extensas que abarcan varios volúmenes y un conjunto
de miles de versos, representantes ejemplares de la "sabiduría útil".
2.-
LUCRECIO
2.1.-
Datos biográficos y perfil humano:
La
filosofía y la poesía tal vez nunca se han acercado tanto la una a la otra
ni se han [letrado con tanta persistencia, como en la poesía didáctica de Tito
Lucrecio Caro (94/97-55 tutor al que hay que descubrir a partir de sí
mismo. Pocos datos se tienen de su vida y ellos debemos fundamentalmente a Suetonio
ya San Jerónimo, cada uno desde su prisma lar, así como a la
correspondencia de Cicerón con su hermano Quinto, ambos seguidores
entusiastas de la obra de Lucrecio.
Según
se cree, pertenecía a una familia noble; y corrobora esta creencia el hecho
de que en su poema parece indicar que renuncia voluntariamente a los cargos públicos
y altos honores para "se a los estudios y al reposo. Se cree que
siguiendo la costumbre de los jóvenes distinguidos de la época, de Roma pasó
a Atenas para perfeccionarse en los estudios, conociendo allí a Zenón con
quien estudió las teorías de Epicuro.
Debió
ser a su regreso a Roma cuando compuso su poema De Rerum Natura ("Sobre
la naturaleza de las cosas"), que dedicó a su amigo Memmio, amistad que
no parecía ser demasiado correspondida y que responde quizá a una relación
de patronazgo. El dato definitivo que aporta San Jerónimo sobre que
enloqueció a causa de un filtro amoroso y que la redacción de su poema
resultó posible gracias a sus momentos de lucidez, no parece demasiado
fiable, pues la profundidad y el rigor con que la obra fue escrita dista mucho
de poder pertenecer a una mente enferma o a alguien que no estuviese
completamente lúcido.
Por
otra parte también hay que poner en duda la afirmación del mismo San Jerónimo,
acerca de su suicidio por el mismo motivo en un acceso de locura, a la
edad de 43 años: verdaderamente la negación que de la providencia divina
hizo Lucrecio debió resultar alarmante para el Padre de la Iglesia y,
desde el punto de vista religioso, una muerte así podía entenderse como una
demencia sacrílega. No obstante, tampoco hemos de alejamos demasiado de esta
posibilidad, pues una actitud así en la historia de la Humanidad
desgraciadamente no es rara entre los grandes espíritus libres y los artistas
geniales.
2.2.-
“De Rerum Natura”
2.2.1.
Presupuestos y pretensiones:
Del
entusiasmo que suscitó la obra da muestra, como ya se ha comentado, la
correspondencia de Cicerón con su hermano Quinto, quienes
parece ser que pudieron encargarse de la publicación de la obra, no así de
su corrección, como era habitual en la técnica editorial antigua.
La
poesía de Lucrecio es un reflejo de la crisis que sufre la religión
romana cuando entra en contacto con las divinidades orientales y el
escepticismo griego. En efecto, intenta descubrir la apariencia y la razón de
ser del mundo, pero no en sí mismo, sino para liberar al hombre del miedo a
través del conocimiento:
-
del
miedo a los dioses, "que no existen", y
-
del
miedo a la muerte, "que es su parte natural".
En
su opinión, es la ciencia y no los dioses, quien debe liberar al hombre de
sus angustias y supersticiones. Siguiendo, pues, la doctrina de Epicuro que
se basaba en el atomismo materialista de Leucipo y Demócrito (siglo V a.C.),
explica la naturaleza de las cosas prescindiendo por completo de la mediación
divina.
La
doctrina de Epicuro (342-275 a.C.) es el mensaje de salvación
anunciado: el universo que debe inspirar admiración, se hacía arbitrario e
inexplicable y los hombres sufrían como víctimas de sus propias fantasías.
Por eso el materialismo científico de Epicuro era una doctrina
liberadora: porque permitía ver el mundo como realmente era, entendiendo su
funcionamiento interior. La forma artística del poema filosófico procede de Empédocles
(490-430 a.C.), el único a quien le está reservado junto con Epicuro un
canto de alabanza particular (I, 717- 733). Es de capital importancia para Lucrecio
hacer desaparecer las supersticiones y fanatismos: es docente y médico de
almas, y, por encima de todo, poeta.
Lucrecio
estudia el cosmos, pero es sólo un paso previo para
el estudio del hombre y para que éste saque el máximo provecho de los bienes
de este mundo. La liberación se logra sabiendo que todo el mundo es
perecedero y la felicidad se encuentra en la vida sencilla, libre de pasiones
y de otras inquietudes del alma. Estudia la percepción y los sentimientos
humanos y considera al hombre compuesto de cuerpo y alma, si bien piensa que
el alma es mortal, al contrario que los átomos que componen el mundo. En este
sentido es el más freudiano de los poetas latinos, pues tocó temas como:
-
el
funcionamiento de la mente humana,
-
la
explicación de los sueños,
-
la
sexualidad humana y
-
los
efectos psicológicos del miedo y la inseguridad.
Para
Lucrecio, el que supere la religión se convierte en el fundador de
otra religión: la razón. y en ésta el temor a la intervención divina en
este mundo y al castigo tras la muerte es totalmente infundado, pues el mundo
y todo lo que hay en él (el alma y el cuerpo, naturalmente) es material y está
regido por las leyes mecánicas de la naturaleza. El poema de Lucrecio no
es un simple ataque a la religión popular, por más que ésta supusiese la
manipulación de las clases altas sobre el pueblo y el miedo a la condena
eterna o a la superstición, sino que su objetivo es mucho más amplio e
importante: ataca toda una forma de ver el mundo en términos teológicos, de
explicar sus movimientos y su misterio como testimonio de la intervención de
un poder superior.
2.2.2.-
Estructura y contenido de la obra:
Al
pretender exponer la física de Epicuro en un solo poema, se vio
condicionado en la elección de la forma, por medio de una obra extensa. Lucrecio
llevó a cabo la renovación del género, abandonando la forma menor del
poema didáctico por la obra a gran escala. Con sus seis libros, perfectamente
sopesados y medidos, cada uno de ellos equivalente en extensión a un poema
didáctico griego de los que habitualmente se componían, confirió a la poesía
didáctica unas dimensiones cercanas a las de la epopeya.
Et
poema (7.415 hexámetros) se divide en seis libros, agrupados de dos en dos, y
todos comienzan con un elogio a Epicuro. Resaltan también en la
estructura las digresiones que a menudo se independizan del cuerpo del texto.
Los tres bloques temáticos se agrupan en tomo a las siguientes ideas:
-
Primer
Bloque: Los libros I y II tratan de la naturaleza
de los átomos y sus propiedades, de las leyes de la caída y de los choques
entre los átomos que producen la energía. Cabe también resaltar que el
poema comienza con una soberbia invocación a Venus, diosa de la vida
creativa, siendo un canto al poder fecundo de la naturaleza que propaga y
conserva la vida en el mundo y cuyo culto debía servir de asunto al poema.
Del mismo modo se le solicita que conceda inspiración al poeta y paz a
Roma.
-
Segundo
Bloque: Los dos libros centrales se ocupan de la
naturaleza humana y sus componentes: el alma y el cuerpo. Explica su teoría
de la "fisiología sensorial", diciendo que los átomos hieren los
sentimientos produciendo sensaciones. y por tanto, de la misma manera que se
puede combatir y superar el miedo a la muerte, también se puede combatir y
superar el delirio amoroso, denunciado como el destructor del estado ideal
epicúreo, esto es, la tranquilidad del espíritu.
-
Tercer
Bloque: En los dos libros finales expone sus ideas
sobre la totalidad del universo: tras un extravagante discurso de elogio a Epicuro,
pasa revista a los fenómenos naturales y culturales. Así trata sobre
cosmología, meteorología, vegetales, animales, etc. para finalmente volver
sobre el hombre y la historia de la cultura humana. Concluye con un relato
terrorífico sobre la peste y la plaga en Atenas (429 a.C.).
El
carácter inacabado de la obra se manifiesta tanto en la manera brusca de
acabar como en la repetición de bloques enteros de versos, aunque esto último
bien pudiera deberse a la reiteración propia de la poesía de carácter didáctico.
2.2.3.-
Influencias, Fuentes y Estilo:
Su
principal fuente es el propio Epicuro, aunque también conocería las
doctrinas de Heráclito, Anaxágoras, Demócrito y Platón. Sin
embargo el poema está impregnado de un espíritu ardiente y combativo no muy
acorde con el dogma de Epicuro. Lucrecio versificó la filosofía epicúrea,
mezclando así lo útil con lo dulce; su poesía no tiene una función
meramente ornamental, sino que contiene en sí misma la materia y la forma de
una auténtica obra de arte.
Sus
hexámetros tienen gran peso y dignidad, aunque admiten prácticas métricas
que los poetas posteriores prefirieron eludir. Como él mismo manifiesta, ha
de empezar por superar la "pobreza de la lengua patria", pero el
ardor de sus pensamientos se adecua al brillo de su poesía: descripciones
sueltas, símiles brillantes y logrados dan plasticidad y grafismo a la
hondura conceptual de sus relatos. El tono moderadamente arcaizante confiere a
su obra autoridad y dignidad.
Efectivamente,
el estilo muestra la influencia de los antiguos poetas latinos,
particularmente Ennio, así como la de los POETAE NOVI. Usa libremente la
aliteración, la asonancia e incluso la rima, lo mismo que la repetición
(sintagmas, frases y pasajes) y las construcciones y formas arcaicas, y no
vacila en inventar palabras nuevas incluyendo adjetivos compuestos como "terriloquus"
("que usa palabras terribles") y "horrisonus" ("que
produce un ruido terrorífico").
De
la misma manera no es ajeno a recursos de la tradición popular, como la ironía
mordaz, el uso ocasional del lenguaje coloquial y el hábito de dramatizar el
argumento. Todo ello, unido a la influencia de la épica arcaica, produce una
sensación de exuberancia, propia de un poeta con gran seguridad en sí mismo
a la hora de unir elementos tan variados que se manifiestan en características
como la acumulación de argumentos, el uso de dobletes, la estructura
oracional compleja, juegos de palabras ("innumero numero"),
etc.
Lucrecio
es consciente de su propia originalidad y de la
dificultad que entraña el tratamiento de un tema didáctico en poesía, y más
aún en latín, sin ninguna tradición de escritura filosófica en verso. Ante
el problema del vocabulario, lo que el filósofo perdió en precisión, el
poeta lo ganó en claridad y energía de estilo. Para ello emplea un tono
variado que va desde la sobria exposición al himno solemne. En su poema,
claramente descriptivo, la elección de verbos y participios es más
importante que la de adjetivos pintorescos o epítetos decorativos, porque
para explicarlo que hay más allá de la superficie de las cosas, se necesitan
palabras de acción.
Ya
pesar de que Lucrecio no era hombre de compromisos sociales, a través
de la poesía didáctica supo llegar al compromiso emocional de todo poeta
(impresionar y hacerse inteligible): totalmente heterodoxo desde el punto de
vista epicúreo, que no consideraba apta a la poesía para la exposición de
su doctrina, supo llegar a una especie de armonía creativa en la que acertó
a combinar claridad y emoción poética. Con ello alcanzó su propósito
claramente manifestado en I, 34: "tocar todo con el encanto de las
Musas".
2.2.4.-
Pervivencia y consideraciones finales:
Lucrecio
aporta su arte, su estilo y su temperamento poético.
Su condición de romano estaba en pugna con aquellos dogmas que afectaban a la
vida pública y él ni puede ocultar su ansiedad política ni consigue
mantenerse aislado en los recintos asépticos de la filosofía. Como poeta,
poseía una personalidad que no es fácil de imaginar en su contexto social,
donde constituía una doble osadía el proclamar en un poema no sólo la
doctrina de Epicuro, sino también su Física. Este prejuicio de
escuela contra la poesía no impresionó a Lucrecio que, aunque asimiló la
doctrina de su maestro, no adoptó de la misma manera su temperamento.
Resulta
curiosa en este sentido la comparación entre los diálogos filosóficos de Cicerón,
que fueron apareciendo en la misma época y donde el elemento romano prima
por doquier, con la obra de Lucrecio donde los elementos romanos están
perfectamente equilibrados con los griegos. Ello se debe principalmente a que
el objetivo de nuestro poeta no era la regeneración nacional (sí en Cicerón
), sino la salvación personal, a pesar de que indudablemente las
convulsiones socio- políticas de la época debieron afectarle.
De
ahí que haya dos temas que sin tratarlos específicamente, preocupan en gran
manera a nuestro poeta:
A)
La conducta moral, cuya única guía son el placer y el dolor; entendiendo el
placer como la calma que procede de la liberación del dolor, del deseo, de la
preocupación y del miedo. La tranquilidad de espíritu y la capacidad de
enfrentarse con serenidad a las catástrofes de la vida son reverenciadas con
devoción.
B)
El progreso cultural: el progresivo envejecimiento de la "physis" de
la tierra se entrecruza con la línea ascendente del desarrollo de la Cultura
y la Civilización. En este condicionamiento mutuo la responsabilidad del
deterioro recae exclusivamente en el hombre, quien llega a perder de vista sus
verdaderas necesidades, abusando de su entorno.
El
canto a Venus del libro I y la descripción de la peste de Atenas al final del
VI representan precisamente a manera de símbolos esta contraposición entre
la belleza y majestad del mundo frente a la miseria humana, con la que el
poeta no deja de sentirse solidario.
Para
terminar basta con hacer una referencia a la admiración que Lucrecio suscitó
tanto en su época (ya nos hemos referido a Cicerón) como
posteriormente. Quizás sea Virgilio quien más definitivamente lo
manifieste con su famoso hexámetro de las Geórgicas (II, 490): "Felix
qui potuit rerum cognoscere causas", y no fue el único: Estacio,
Ovidio... ya pesar de haber sido olvidado en la Edad media, resurge con fuerza
por obra de Montaigne, Goethe y otros, gracias a los cuales sigue
iluminando a numerosos autores contemporáneos.
3.-
LAS “GEÓRGICAS” DE VIRGILIO
3.1.-
Motivación, influencias y objetivos:
Tras
el desgarramiento interno que sufrieron los romanos durante varias
generaciones y una vez acabadas las guerras civiles que asolaron Italia en el
siglo I a.C. , Augusto se impone la ardua tarea de reconstrucción de todos
los órdenes, presentándose como restaurador de los ideales de la vieja
"res publica" y pretendiendo que el pueblo romano vuelva a la
antigua pureza del "mos maiorum".
Entre
estas costumbres se encuentra el trabajo del campo, noble y tradicional
ocupación del hombre romano, al que Catón define como "vir
bonus colendi peritus ", En este contexto socio-político escribe Virgilio
su segunda obra, las Geórgicas ("Canción de la
Agricultura"),
producto
ya de su madurez personal y literaria, con la que pretende hacer reflexionar
al pueblo romano sobre sus mejores valores como pueblo de campesinos y
animarlo así a seguir la política imperial de dedicación a las faenas agrícolas.
Efectivamente
las Geórgicas respiran la calma y la paz de la naturaleza, propias de
un hijo de agricultores y gran amante de la misma: el tema no podía ser más
de su agrado. Pero además Virgilio se aplicó al estudio de la
literatura especializada, por muy familiarizado que estuviese con la vida y
las labores del campo. No constituye, sin embargo, las Geórgicas un
poema didáctico en sentido estricto a pesar de la abundante información técnica
sobre la materia: Virgilio va más allá en cuanto al tema y lo
trasciende a partir de la vida del campesino, captando la esencia de la vida
del hombre en general. El famoso verso 458 del libro II es todo un canto
esperanzado sobre las posibilidades de la vida campestre:
"O
fortunatos nimium, sua si bona norint,
agricolas! "
"
¡Oh afortunados en demasía los agricultores, si conocieran sus bienes! "
Sin
embargo el elemento formal prima sobre el puramente didáctico, pues ya el
propio Séneca afirma que Virgilio estuvo más atento a escribir con
elegancia que a la exactitud de sus manifestaciones y que su intención no era
instruir a los labriegos, sino entretener a sus lectores... retrocediendo así
más allá de Lucrecio, a la manera característica del poema didáctico
helenístico.
Por
otra parte sería ingenuo pensar que el poeta creyó necesario poner en manos
del labriego itálico un manual de recetas de agricultura, pues evidentemente
los campesinos no iban ni a estudiar ni a comprender el poema: sólo el
helenismo plasmado era para ellos una barrera infranqueable. Podían gozar de
su lectura únicamente los que habían cursado estudios profundos, es decir, o
terratenientes o intelectuales ligados al poder, con lo cual ellos, al
leerlas, sí podrían llegar a querer y respetar más al humilde campesino.
Y
este aspecto marca claramente las diferencias con ilustres precedentes como Catón
con su De Agri Cultura y Varrón en su De Re Rustica, quienes
se preocuparon preferentemente del latifundista y su mundo, totalmente
inaccesible al pequeño labriego. Virgilio, por su parte, sólo nombra
labriegos, ganaderos, hortelanos o apicultores, cultivando sus propias tierras
o dedicados a su pequeña industria agrícola. Ataca así Virgilio la
acentuación de un capitalismo que había llevado a Roma a una verdadera
crisis agrícola.
y
no son éstos sus únicos antecedentes. Aunque no imita a ningún tipo de poesía
didáctica preexistente, pues él crea su propio tipo de poesía, puede
rastrearse la influencia (aparte de los dos citados) de Hesíodo, con Los
Trabajos y los Días, así como de Aralo y sus Phainomena y,
por supuesto, de Lucrecio y su De Rerum Natura.
No
obstante la gran deuda es para éste último, a quien Virgilio alude
indirectamente (II, 490), por más que su obra represente una clara refutación
del epicureismo, al reafirmar la divina providencia e insistir con cariño en
los dioses del campo.
La
obra está dedicada a su patrón, Mecenas, y en cualquier caso, influencias
aparte, las Geórgicas constituyen un poema didáctico en dos planos:
-
uno,
inferior, el genuinamente agrícola, utilizado sólo como pretexto para
debatir, y
-
otro,
más elevado, donde plantea cuestiones fundamentales del vivir humano.
Efectivamente,
la intención de Virgilio es presentar un cuadro de la vida en la
granja, como ideal: vida frugal y austera, no exenta de contratiempos, pero
que vivida en armonía con la naturaleza, mediante el cultivo de la "iustissima
tellus" ("la tierra soberanamente justa"), y con el esquema
divino de las cosas, es moralmente satisfactoria y ofrece como recompensa la
paz y el contento; es también la base de la grandeza de Italia y el
reconocimiento del valor al trabajo duro, "labor improbus", a
partir del cual desarrolla toda una concepción sobre el origen de la cultura,
describiendo el duro plan educativo a través del aprendizaje de las distintas
"technai", que Júpiter había trazado para el hombre.
3.2.-
Estructura de la obra:
A
lo largo del poema y en un juego perfecto de simetría, Virgilio va
enumerando los trabajos del campo: cuidados de la sementera, frutales, cría
de ganado, cuidado de las abejas... y de vez en cuando intercala algún
episodio fabuloso o legendario a modo de aplicación, explicación o
consecuencia de lo que ha venido aconsejando, para hacer más ameno el relato:
prodigios producidos a la muerte de César, canto a Italia, invención de las
cuadrigas, leyenda de Aristeo, edad de Saturno... episodios que constituyen
casi la mitad del poema sin que en ningún momento se aparten totalmente del
tema, constituyendo así un elemento fundamental para su comprensión total.
Los
temas fundamentales de cada libro son:
-
Libro
I: Elección, preparación y cultivo de los campos: el trabajo del labrador
y la sementera.
-
Libro
II: Los árboles frutales y su plantación, en especial la vid, y el olivo.
-
Libro
III: Cría y cuidado del ganado y rebaños.
-
Libro
IV: Tratado de apicultura.
En
este último, además del episodio de Aristeo, se incluye la leyenda de Orfeo
y Eurídice, quizá el único de sus "excursus", cuya razón es difícil
de discernir.
3.3.-
Consideraciones finales:
Poeta
tierno y melancólico, profundamente afectado y comprometido con el dolor
humano y amante de la naturaleza, se convirtió en el portavoz no sólo
del destino de Roma, sino también de la belleza y fertilidad de
Italia, de su moral y de su religión, situando en un plano privilegiado y
providencial a la figura de Augusto. Porque como en toda obra de Virgilio, no
podemos olvidar que nos encontramos ante los tres aspectos que conformaron su
vida y su obra: el poético, el ético y el político.
Frente
al carácter aparentemente técnico de la obra (geología, botánica, astronomía...)
es talla exquisitez de la versificación y la riqueza de recursos teóricos
que la amenidad no cede a la fatiga ni a la monotonía: la perfección en
cuanto a versificación, idioma y composición es casi insuperable.
En
suma, podemos concluir, que fue la profunda simpatía que Virgilio sentía
por todos los seres vivos y su sentido de la necesidad del hombre de cooperar
con la naturaleza, hábilmente inspirados por Mecenas y apoyados por la política
de Augusto lo que hizo gestar, sin ningún tipo de servidumbre hacia el poder,
esta excelente obra literaria, considerada por algunos como "el mejor
poema del mejor poeta ".
4.-
LA OBRA DIDÁCTICA DE OVIDIO
De
una manera similar a Virgilio, pero totalmente personal, Ovidio siguió
un camino ascendente en la evolución y confección de su obra poética:
comenzó con poemas menores (Amores y Heroidas) para continuar con
poemas didácticos (Ars Amatoria, Remedia Amoris y De Medicamine Faciei
Femineae) y terminar con su obra cumbre, pseudo-epopéyica, las Metamorfosis;
todo ello sin olvidarnos de los Fasti, representante romano del género
helenístico del florilegio o antología poética, cuyo modelo son las Aitia
de Calímaco. Evidentemente no podemos olvidar tampoco su obra elegíaca
tras el destierro, ya estudiada en el tema correspondiente.
En
lo tocante al apartado del poema didáctico, haremos también una breve
referencia a los Fasti, que sin pertenecer propiamente al género que
nos ocupa, puede justificar su inclusión por el interés manifestado en su
contenido hacia ciertos conocimientos de la sociedad romana.
-
Respecto
al Ars Amatoria, posiblemente el "carmen" al que alude como
causa de su destierro (aunque escrito diez años antes, ya había conocido
una segunda edición), junto con los Remedia Amoris, escritos en dísticos
elegíacos, ambos constituyen las más claras muestras del poema didáctico
en sentido paródico de las grandes producciones poéticas del momento. Se
entiende así que, en principio, no agradaran a Augusto y que, por el
contrario, gozaran de una enorme popularidad en la sociedad mundana de la época,
tanto entre el pueblo llano como entre los conocedores de la obra de Virgilio
y Lucrecio, por ejemplo.. Así, en tono frívolo y jocoso, se
dedica a informar en tres libros a hombres y mujeres sobre cómo
desenvolverse con facilidad en este difícil terreno, qué actitudes tomar,
cómo dominar sus embates y consecuencias; de la misma manera se enseña cómo
encontrar y atraer al compañero, cómo gozar del placer y evitar el hastío.
y por si no fuera suficiente, en la segunda obra mencionada se explican los
remedios contra el amor, cómo despertar los sentimientos en el pecho del
otro y amortiguarlos en el propio: el amor como placer, no como carga.
El uso de metáforas relacionadas con la agricultura así como con la caza
es frecuente; la parodia de los tratados de Retórica (partes del discurso)
y de las obras programáticas de la era augústea (Eneida) es
asimismo abundante. Pero lo fundamental es que Ovidio juega con la
literatura presentando un cuadro de la vida cotidiana del momento,
divorciado de los grandes ideales socio-políticos de la época.
Como última consideración, no debemos olvidar que por frívolo o cínico
que nos parezca no puede ser totalmente considerado de dicho talante, al
tratarse de un autor que presenta como ideal de vida el "cultus",
o sea, la vida humanística que no renuncia 'a la inteligencia ni a los
progresos que ésta conlleva: bromas, sí, pero inteligentes, agradables y
que conduzcan a la cultura. En esta línea escribió también un libro sobre
cosmética para las mujeres, De Medicamine Faciei Femineae.
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Y
para terminar haremos una breve alusión a los Fasti: son un ciclo de
elegías de tipo calimáquico" donde Ovidio trataba de exponer
la secuencia de fiestas romanas que el calendario de todo el año brindaba,
con sus costumbres y las leyendas relacionadas con ellas.
Está dedicado a Augusto y en seis libros además de las fiestas y sus
relaciones mitológicas, también están incluidos elementos astronómicos y
leyendas de estrellas. No llegó a terminarlos pues antes de ello le
sobrevino el destierro y quedó separado de las numerosas fuentes que
necesitaba, una de las más importantes fue el Calendario Juliano. No
obstante, tras la muerte de Augusto empezó en Tomis una refundición que
pensaba dedicar a Germánico, pero no pasó del libro I.
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