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LA FILOSOFÍA EN ROMA

1. INTRODUCCIÓN

Los romanos comprendieron pronto que no puede separarse la palabra de la sabiduría, lo que hace que, si bien no se conservan suficientes textos teóricos anteriores al siglo I a. C., ciertas ideas confirman que la filosofía era algo que estaba presente en el sentir y en el obrar de los romanos desde muy antiguo. El romano, hombre práctico por excelencia, no se preocupó demasiado por las teorías sobre el origen y constitución del universo, su gran aportación a la filosofía fue, fundamentalmente, a través de la ética, la moral y la filosofía del comportamiento. Los romanos se interesaron por la filosofía en la medida en que ésta suponía una guía práctica para la vida. En esta línea se movieron tanto los tres grandes autores que configuraron lo que constituye el corpus de la filosofía romana (Lucrecio, Cicerón y Séneca), como otros que han resultado menos influyentes debido a la lamentable pérdida de sus obras. Los primeros atisbos que se dan en Roma de algo que pueden considerarse filosofía no son sino una serie de reflexione morales como las Sententiae de Apio Claudio el Ciego o las Sententiae que, con vistas a la educación de su hijo, escribió Catón el Censor.

No obstante hay que reconocer que Roma experimentó muy pronto la influencia de la filosofía griega, sobre todo del Pitagorismo que se venía desarrollando en el sur de Italia desde finales del siglo VI a. C., y que penetró en Roma hacia finales del siglo IV. Pero no es sino tras la derrota del rey Perseo de Macedonia por obra de Paulo Emilio en la batalla de Pidna en el 168 a. C., en la que, entre otras cosas, éste se apoderó de la biblioteca de Perseo, cuando Roma descubre la grandiosidad de la civilización y cultura griega y con ella de la filosofía. Antes, incluso, se había expulsado de Roma a algunos filósofos griegos po considerarlos elementos subversivos. En el año 155 a. C., los filósofos griegos Carneades, Diógenes y Critolao, representantes principales de la escuela académica, del estoicismo y de la escuela peripatética de Atenas, fueron en una embajada a Roma y eso contribuyó a que el mundo romano entrase de lleno en la filosofía.

2. PRINCIPALES ESCUELAS FILOSÓFICAS EN ROMA

2.1. EPICUREÍSMO

Los epicúreos se planteaban fundamentalmente la búsqueda de la felicidad. No admitían la intervención de la divinidad en los aconteceres humanos y consideraban como bien supremo el placer que consistía en la ausencia de dolor y propugnaban una inhibición ante los asuntos concernientes al Estado, así como una crítica de las tradiciones. Precisamente esa defensa del apoliticismo fue lo que impidió que el Epicureísmo, salvo el caso del poeta Lucrecio, arraigase en Roma.

2.1.1. Lucrecio

2.2. ESTOICISMO

Esta doctrina filosófica, para la que el Universo está animado por una llama divina, el "Logos" o Mente, de la que tiene parte todo ser humano, y que cree que la finalidad de la vida, la felicidad, consiste en la Virtud, es decir, en la conformidad de la acción humana con las leyes de la naturaleza, que no son más que el orden divinamente impuesto al mundo, y que predica la sociabilidad natural del hombre, tuvo en Roma muchos adeptos. Hay que destacar dos importantes épocas del desarrollo del Estoicismo en Roma.

2.2.1. Época temprana

Es el momento de su llegada a Roma y de su implantación con la ayuda de influyentes personajes que admiraban profundamente la cultura griega. Como notables autores de esta doctrina filosófica destacan en la primera época:

  • 2.2.1.1. Panecio de Rodas. (184-110 a. C.), fue amigo y consejero de Escipión Emiliano. No se nos conservan obras, sino referencias en otros autores.

  • 2.2.1.2. Posidonio de Apamea. (135-51 a. C.) Fue profesor de grandes personalidades como Varrón, Cicerón o Pompeyo. Conocemos algo de su filosofía a través de referencias que nos dan otros autores como su discípulo Cicerón.

  • 2.2.2. Época posterior

Culmina el desarrollo de esta doctrina filosófica, si bien pasa por circunstancias políticas adversas como la expulsión de filósofos de Roma que se llevó a cabo bajo el reinado del emperador Domiciano. Como autores más sobresalientes de este periodo tenemos:

2.2.2.1. Lucio Anneo Séneca. (Córdoba 4, Roma 65 d. C.)

2.2.2.1.1. Datos biográficos. Aunque nacido en Córdoba, pasó casi toda su vida en Roma, donde recibió una esmerada educación y, por consejo de su padre Séneca el Retórico, decidió comenzar su carrera política. Tuvo problemas en tiempo del emperador Calígula y sólo su débil salud que hacía suponer que fallecería pronto, lo libró de la sentencia de muerte. En tiempo del Emperador Claudio fue, por instigación de Mesalina, desterrado a Córcega, donde permaneció ocho años, hasta que fue reclamado, a instancias de Agripina la nueva esposa de Claudio, para hacerse cargo de la educación del joven Nerón. Una vez que Nerón llegó al trono Séneca desempeñó un gran papel como consejero del emperador, siendo prácticamente él quien gobernó los diez primeros años del reinado de Nerón. Cuando el emperador empezó a prescindir de él, se retiró a la vida privada. Acusado de pertenecer a la conjura de Pisón, fue sentenciado a muerte y se suicidó, abriéndose las venas, dando con su muerte quizá el mejor testimonio de los ideales estoicos que había proclamado en vida. Su esposa Paulina quiso imitar su ejemplo y suicidarse también, pero el emperador no lo permitió y ordenó que se le restañasen las heridas.

2.2.2.1.2. Producción filosófica. Aunque Séneca cultivó también otros géneros literarios (tragedias y la sátira contra Claudio), lo más relevante de su producción literaria lo constituyen sus obras filosóficas, en las que expone el ideal de la filosofía estoica. Estas obras podemos dividirlas en cuatro bloques:

  • Consolaciones: Escribió tres, dos dedicadas a amigos que pasaban por circunstancias altamente adversas, en ellas les da sabios consejos para que no les falle el ánimo; son las dirigidas a Polibioy a Marcia. La tercera es la dirigida a su madre Helvia, para confortarla de su pesar por el destierro del filósofo a Córcega. 

  • Diálogos: Son pequeñas obras, que no son propiamente diálogos, sino ensayos sobre problemas de moral. Los temas tratados en ellos son muy variados, desde cómo debe ser la clemencia de los gobernantes, hasta cómo debe el sabio aprovechar su tiempo de ocio; los títulos de dichos diálogos son: De providentia; de constantia sapientis; de ira; de uita beata; de otio; de tranquillitate animi; de breuitate uitae; de beneficiis; de clementia.

  • Naturales quaestiones. Son siete libros dedicados a Lucilio donde realiza, a la luz de la filosofía estoica, un examen de los fenómenos naturales. Más que una obra científica es un tratado filosófico en el que su propósito era encontrar en la naturaleza un fundamento para la ética estoica y exponer su concepción sobre la divina providencia.

  • Epistulae morales (cartas a Lucilio). Son 124 cartas distribuidas en diez libros, que si bien tienen un destinatario al que Séneca alude en todas ellas, van destinadas a un público más amplio. Constituyen un verdadero tratado de dirección espiritual. Para Séneca la filosofía no es sólo una búsqueda desinteresada de la verdad, sino el profundo deseo de vivir conforme a la verdad y a la naturaleza. Aunque todos los hombres necesitan de la filosofía, no todos pueden dedicarse a ella; por eso es obligación del sabio enseñar a los demás. La misión del intelectual es buscar no sólo su propia perfección, sino también la de los otros. Sólo la vida de acuerdo con la verdad hace al hombre libre y semejante a Dios; idea que está muy cercana a la frase evangélica "Veritas liberabit uos".

2.2.2.1.3. Ideario filosófico de Séneca. Las principales ideas que dominan la filosofía de Séneca son:

  • El dominio espiritual sobre los reveses de la fortuna. 

  • Reafirmar la serena placidez del ánimo, reivindicando los tres pilares estoicos de la firmeza: alegría, prudencia y voluntad. 

  • Desprecio por la riqueza, pero uso benefactor de ella. 

  • Dignidad individual del ser humano sólo por el hecho de serlo. 

  • El contenido de la existencia forma la uirtus, que es el sumo bien, valorando más el esfuerzo por conseguirla que su propia consecución. 

  • Rechazo a la ira, la angustia y el aburrimiento. 

  • Supremacía del alma sobre el cuerpo. 

  • La idea de Dios como mente del Universo y de la Providencia como un espíritu divino que revive en el hombre.

2.2.2.1.4. Valoración literaria y pervivencia. El estilo literario de Séneca es brillante, lleno de colorido y de artificios retóricos como era propio de su formación. Ha sido muy imitado y traducido. No sólo se le admira por su estilo literario, sino ante todo por sus ideas. Séneca fue muy admirado en su tiempo; fue objeto de juicios contradictorios y decayó su simpatía con la reacción clasicista que vino tras la muerte de Nerón; pero pronto su éxito fue rehabilitado, sobre todo después que Tácito habla de su renuncia al poder y de su muerte. El cristianismo antiguo y la Edad Media lo consideraron un precristiano por haber tocado temas morales relativos a dignidad del hombre. Se le ha reprochado, a veces, la frecuente contradicción entre la elevada moral que predica en sus escritos y su vida; pero, pese a todo, su influencia ha sido decisiva en todos los grandes pensadores de Occidente.

2.2.2.2. Epicteto (50-130 d. C.) Desarrolló gran parte de su labor en Roma de donde fue expulsado por el emperador Domiciano por la opinión del filósofo a su tiranía. Escribió en griego.

2.2.2.3. Flavio Arriano. Discípulo de Epicteto, recoge sus lecciones e ideas y las publica con el título de Diatribas.

2.2.2.4. Marco Aurelio. (161-218 d. C.) Con el cambio de los tiempos el estoicismo llegó a resurgir de nuevo en Roma y uno de sus más eximios cultivadores fue el emperador Marco Aurelio, que supo compaginar sus ocupaciones políticas y sus campañas militares con sus aficiones filosóficas cuyo reflejo transmitió a la legislación y a la administra ción del Imperio. Su obra Meditaciones, escrita en griego y siguiendo las enseñanzas de Epicteto, puede considerarse como la última obra de la filosofía estoica en la antigüedad. Recoge en ella los tópicos de la filosofía estoica, insistiendo en la idea religiosa de la providencia divina que todo lo orienta hacia el bien del universo y del hombre capaz de valorar el verdadero bien. La gran lección de este emperador filósofo fue su constante esfuerzo por acomodar su conducta pública y privada a sus convicciones filosóficas.

2.3. ECLECTICISMO

Puede considerarse como una mezcla de las ideas de la filosofía epicúrea y estoica junto con otras tendencias filosóficas de la época como las ideas de los filósofos cínicos, incorporando a su modo de vida lo que ven que de cada una de las demás escuelas filosóficas se adapta más al carácter romano. Los autores más destacados de esta escuela son:

2.3.1. Marco Terencio Varrón. (116-27 a. C.).

Fue un autor polifacético que cultivó multitud de géneros literarios. En su ideario filosófico reconocía la existencia de un dios único, alma del mundo, que gobierna según la razón. Admitía que la felicidad se alcanza cuando el hombre se realiza en su totalidad y que la vida era una mezcla hecha tanto de placer como de acción. Entre sus obras de carácter filosófico destacan De philosophia y De forma philosophiae, pero lo más notable de su producción filosófica son los Logistorici, 76 libros de discusiones histórico-filosóficas que contienen diversos tratados al estilo ciceroniano: Atticus de numeris, Metellus de ualetudine, Pius de pace, etc. De estas obras se nos han transmitido fragmentos y referencias en las obras de otros autores. La influencia de la filosofía cínica la hallamos en sus Sátiras Menipeas.

2.3.2. Marco Tulio Cicerón. (106-43 a. C.)

2.3.2.1. Datos biográficos. Nació en Arpino en el seno de una familia acomodada pero que no tenía antecedentes en el desempeño de magistraturas políticas. Recibió una esmerada formación en Roma y la completó en Atenas y Rodas. Desempeñó todas las magistraturas políticas y durante su consulado en el año 63 descubrió la Conjura de Catilina, a la que puso fin consiguiendo la condena a muerte de los implicados, este hecho lo encumbró hasta tal punto que se le concedió el honroso título de pater patriae; pero unos años después, al llegar su rival político Clodio al tribunado de la plebe, Cicerón fue desterrado de Roma y sus bienes fueron confiscados. Con el favor de Pompeyo y de otros personajes influyentes, le fue levantado el destierro, volvió a Roma en olor de multitudes y se le restituyeron sus bienes, pero ya su estrella política había empezado a declinar. En la guerra civil entre César y Pompeyo estuvo de parte de éste, el vencedor César lo perdonó como a otros muchos, pero Cicerón, desilusionado por los acontecimientos políticos y abatido por las vicisitudes en el plano personal (divorcio de su esposa Terencia después de más de 25 años de matrimonio, nuevo matrimonio con la joven Publilia con la que parece que no consiguió vivir en armonía, muerte de su querida hija Tulia y nuevo divorcio de Publilia), se retiró de la escena política, para reaparecer, fugazmente, tras el asesinato de César y enfrentarse abiertamente a Marco Antonio, lo cual hizo que éste lo pusiera en las listas de proscritos y que fuese vilmente asesinado a finales del año 43 a. C.

2.3.2.2. Producción filosófica. Cicerón introdujo en Roma las doctrinas filosóficas griegas, haciendo accesible a los romanos algo que hasta entonces había estado reservado a la élite culta conocedora del griego. No crea una obra original, pero su mérito reside en su capacidad de síntesis , en su claridad expositiva, la creación de una terminología filosófica de la que carecía la lengua latina. Dentro de su eclecticismo muestra una especial predilección por Platón. Sus tratados filosóficos pertenecen a dos etapas muy diferentes de su vida: una primera etapa, posterior a su vuelta del destierro, en la que Cicerón aún tiene esperanza en el restablecimiento del antiguo régimen republicano, es la época en que escribe sus 

  • Tratados de filosofía política:

    • De Re publica. Obra en seis libros, que sólo se nos ha conservado de forma fragmentaria. Expresa la síntesis idealista de su pensamiento político con una entrega total y desinteresada al servicio de la patria; como idea principal de este tratado destaca la primacía absoluta del derecho sobre la violencia. El fragmento más amplio y significativo de esta obra es el conocido como Sueño de Escipión.

    • De Legibus. Cicerón sostiene aquí la existencia de una ley mora natural, grabada en el alma de los seres humanos y rectora del mundo. Cicerón funde las dos clases de justicia donde la primordial es aquella que da a cada uno lo suyo. Relaciona las leyes con el Estado, combinando la filosofía griega y el pensamiento jurídico romano.

Una segunda etapa, posterior a la victoria de César sobre Pompeyo en la que Cicerón, desengañado de la política y abatido por sus propios infortunios, escribe obras filosóficas de clara intención ética y siempre siguiendo la pauta del filósofo académico Carneades. Las obras correspondientes a esta etapa son:

  • Tratados morales:

    • Paradoxa Stoicorum, tratado de índole preparatoria a la filosofía donde defiende las tesis de los filósofos estoicos.

    • Hortensius, tratado concebido como invitación a la filosofía; no se nos ha conservado, pero sabemos que fue la obra que influyó decisivamente para que San Agustín se dedicara al estudio filosófico. 

    • Academica, explicaciones sobre la teoría del conocimiento como el reconocimiento de la Verdad. 

    • De finibus bonorum et malorum, expone las teorías de las diferentes escuelas filosóficas sobre el Bien Supremo, concluyendo que la virtud es suficiente para alcanzar la felicidad. 

    • Tusculanae disputationes, tratado en cinco libros donde defiende la inmortalidad del alma y elimina los miedos a la muerte y al dolor. 

    • De officiis, plantea el conflicto entre lo honesto y lo útil, llegando a la conclusión de que hay que sacrificar el interés personal ante las exigencias de la ley natural y del interés del Estado y la sociedad. 

    • Cato maior de senectute, reflexiones sobre la vejez que da al hombre el impulso para sublimarse y espiritualizarse en el apartamiento de la política y en la búsqueda de la verdadera gloria que nace de la virtud. 

    • Laelius de amicitia, pequeño tratado en el que pone de relieve que la verdadera amistad busca su fundamento en la moralidad pura y justifica la ternura de los sentimientos. 

  • Tratados religiosos: 

    • De natura deorum, refuta en tres libros la teoría de Epicuro de que los dioses aunque existen, no se preocupan de los hombres. Según Cicerón el mundo ha sido creado y está gobernado por la providencia divina como defienden los estoicos. 

    • De diuinatione, En los dos libros que constituyen esta obra refuta las creencias de los estoicos en un arte adivinatoria.

2.3.2.3. Ideario filosófico de Cicerón. Cicerón fue el primero en proponer una filosofía de la esperanza, del progreso y del juicio provisional. Al comprender la marcha del pensamiento como un progreso infinito hacia una Verdad que está por encima de dicho pensamiento, lo asume conciliando una filosofía de la esperanza y una experiencia de la inquietud: "la verdadera felicidad no consiste en la posesión, de suyo imposible, de la Verdad, sino en la búsqueda nunca acabada y nunca frustrada de la misma". Afirma que la virtud basta par alcanzar la felicidad, esforzándose por conciliar el respeto hacia el cuerpo y los bienes que le son propios con el primado absoluto del espíritu. Con Cicerón el lenguaje, la cultura, la gloria y la excelencia, la virtud, la educación del hombre, el deber, la amistad, el amor, lo conveniente, etc, son conceptos reelaborados y asumidos a partir de la philantropía y la paideia griegas. Estaba convencido de que todos los seres humanos poseían una chispa divina, que unía el hombre al hombre y exigía que se tratasen unos a otros con respeto mutuo. El humanismo ciceroniano es aún hoy el ideal en que se basa gran parte de a civilización actual, reconociéndole el esfuerzo por fundir en una unidad de análisis la condición humana y la educación del hombre, mediante el lenguaje, la belleza y el amor.

2.3.2.4. Valoración literaria y pervivencia. Cicerón llevó la prosa latina a su más alto grado de perfección. Su lenguaje es de una belleza y elegancia insuperable, con una constante preocupación por usar siempre términos y expresiones de la más pura latinidad. Su figura se yergue como la cumbre más alta del Siglo de Oro de la literatura latina. Su influencia en los escritores posteriores ha sido siempre constante, acrecentándose sin cesar en la Edad Media y alcanzando su máximo nivel con los eruditos del Renacimiento, que supieron ver en él el ideal de hombre culto, brillante, humano y práctico en el desempeño de sus funciones ciudadanas y hasta tal punto lo tenían como modelo que la mayoría de escritores renacentistas se preciaban de no escribir una sola palabra latina que no hubiese utilizado Cicerón.

2.4. PLATONISMO MEDIO Y NEOPLATONISMO

En estas escuelas filosóficas se encuentra un intento de unidad entre la filosofía platónica y aristotélica. Se trata de una postura ecléctica que da también entrada a las exigencias religiosas de tipo oriental, a elementos pitagóricos, etc.

2.4.1. Apuleyo (127-170 d. C.)

2.4.1. Datos biográficos

2.4.2. Escritos filosóficos. Pese a ser muy conocido por su novela El asno de oro, no puede dudarse que Apuleyo fue un gran amante de la filosofía y como tal debe entenderse el conjunto de sus numerosas obras de contenido muy variado pero que todas ellas tienen como denominador común el reflejar la curiosidad del científico y entusiasmo del escritor filosófico. Conservamos en este campo tres tratados: *De Platone et eius dogmate. Síntesis introductoria a la física y a la ética de Platón, interesante por la transmisión de las doctrinas del platonismo medio. *De deo Socratis. En esta obra lo más llamativo es el desarrollo del problema de los "démones", esos seres misteriosos e intermedios entre los dioses y los hombres. Termina con una invitación a los lectores a abrazar la sabiduría. *De mundo. En esta obra se insiste más en la armonía del mundo que en la eternidad del mismo. En ella se distancia bastante de las doctrinas de Platón y de Aristóteles.

Los filósofos latinos posteriores a Apuleyo se caracterizan más por la erudición que por la especulación filosófica y se les incluye dentro del Neoplatonismo. El autor más importante de esta escuela filosófica fue Boecio (480-524 d. C.) que, después de haber desempeñado las más importantes magistraturas, fue acusado por el Senado de alta traición por las relaciones que, según se sospechaba, sostenía con Bizancio, y en consecuencia fue condenado a muerte. En el tiempo que transcurrió entre su condena y su ejecución escribió una famosa obra en cinco libros titulada De consolatione philosophiae en la que nos ofrece una perspectiva madura tanto espiritual como artísticamente de su concepción del mundo. Es un diálogo entre el propio autor que espera ser ejecutado y la Filosofía personificada, que le recuerda su condición de ser dotado de una naturaleza inmortal destinada a la unión con Dios.

Este tema procede del libro "LATÍN: LENGUA Y LITERATURA. C.O.U." Ediciones La Ñ, Sevilla, 1996. 

Agradecemos a sus autoras, María del Carmen PÉREZ ROYO y María Luisa RAMOS MORELL, su consentimiento para incluirlos en esta web.


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