www.sksteatro.com 8/01/2008

El próximo sábado 12 de enero SKS TEATRO presentará su nuevo montaje, Alcestis de Eurípides en el teatro municipal de Salobreña a las 21:00 horas.

Alcestis es una tragedia diferente. Los griegos no querían ver morir en escena y en esta obra la muerte se contempla en directo. En un drama no se muestran las miserias humanas, los comportamientos indecorosos e indignos. En una tragedia los personajes sufren durante toda la obra, sólo el público obtiene beneficio, pero, una vez que ha acabado la otra. El beneficio de la enseñanza, del ejemplo. En Alcestis, todo lo anteriormente dicho salta por los aires.

Alcestis, una historia de amor tras la muerte

Amor y muerte, posiblemente los dos temas que más pervivencia han tenido en la historia del teatro mundial. Todos los grandes dramaturgos han subido a las tablas dramas en los que ambos conceptos se veían las caras. De Shakespeare a Lorca por los escenarios del ancho mundo el amor provoca, se enfrenta, vence o perece ante la muerte.

Eurípides, el más innovador de los tres “tenores” de la tragedia griega, para reflexionar sobre la muerte y el amor, busca un mito curioso y políticamente muy poco correcto: un marido permite que su mujer muera en su lugar, cuando es a él a quien corresponde hacerlo.

El amor, en Eurípides, o, al menos en esta obra, es extraño. Admeto consiente que su mujer muera por él y paradójicamente, tras su muerte, descubre cuánto la ama. Si viviera hoy día, sería cuando menos un cínico, un marido maltratador o, en los mejor de los casos, un irresponsable, como el niño que, a base de golpes, rompe el juguete que se le acaba de regalar y llora cuando éste no funciona.

Así es el amor de Admeto. Irresponsable, pero cierto. Discutible, pero honesto. Un amor que, para Eurípides, no acabó con la muerte.

Argumento
El dios Apolo, tras la osadía de enfrentarse a Zeus, fue castigado a trabajar como boyero del rey Admeto de Feras. Entre ambos existe una vieja amistad, forjada en el viaje de los Argonautas, que se refuerza hasta el punto de que en la boda de Admeto con Alcestis, el dios consigue de los Hados que el rey pueda esquivar el día de su muerte, siempre que encuentre a alguien que esté dispuesto a morir en su lugar.

Tras una larga búsqueda entre todos los súbditos del reino, no pudo encontrar a nadie que se ofreciera voluntariamente. Sólo su esposa Alcestis accedió a tal petición. Apolo, en el último día de su castigo, será el encargado de comunicar a la Muerte quién será la sustituta. La divinidad acepta el intercambio, complacida, pero, a cambio, exige un rápido desenlace. Alcestis muere sacrificándose por su marido y sólo, al tenerla muerta entre sus brazos, será cuando el rey advierta el inmenso error que ha cometido.