El primer rey de Tebas fue
Cadmo, descendiente de lo. Hijo de Agénor, rey de Egipto, y hermano de Cílix,
Fénix y Europa.
Ésta última fue raptada por
Zeus y para ello se transformó en toro blanco y manso. Estando Europa con
otras doncellas en una playa jugando, un toro blanco y enorme aparece, todas
se asustan pero al ver la mansedumbre del animal, se acercan a él, lo
acarician y Europa acaba montándose en él, momento en que Zeus echa a correr
hacia alta mar y Europa no puede hacer otra cosa que agarrarse a los cuernos
para no caerse. Así Europa es llevada a Creta por Zeus, donde se une a ella y
tienen a Minos, Sarpedón y Radamantis. Luego ella se casa con el rey de
Creta, Asterio, que acepta a los tres hijos.
Cadmo es enviado al
continente europeo para buscar a su hermana pero el oráculo de Delfos le
anunció que no buscara más a Europa y que siguiera a una vaca que encontrara
suelta y, donde ésta se sentara, allí debería fundar una ciudad. Así lo
hace y funda Tebas.
Cadmo se casa con Harmonía,
hijo de Ares y Afrodita, y a la boda acuden todos los dioses. De esta unión
nace Sémele y Zeus uniéndose con la joven tiene a Dionisos de la siguiente
manera:
no habiendo terminado la
gestación del niño, Hera, celosa de esta unión, haciéndose pasar por su
nodriza, convence a Sémele de que le pida a Zeus que se muestre con toda su
grandeza y su poder para saber si es realmente el padre de los dioses o un
farsante.
«Tras
estas palabras (Juno) se levanta de su trono y oculta por una nube
azafranada y llega al umbral de Sémele; y no apartó de ella las nubes
antes de tomar la apariencia de una vieja, poniéndose canas en las sienes,
surcando de arrugas su piel y moviendo sus encorvados miembros con paso
tembloroso; también se hizo voz de vieja y resultó la misma Béroe, la
nodriza epidauria de Sémele. Y entablando así conversación, cuando después
de mucho hablar, llegaron a mencionar a Júpiter, suspiró y dijo: ‘Bien
quisiera yo que fuese Júpiter; pero me da miedo todo esto. Muchos han
conseguido bajo el nombre de los dioses, penetrar en tálamos honestos.
Pero no basta ser Júpiter; que te dé una garantía de su amor, si es que
realmente lo es; pídelo que, con toda la grandeza y la gIoria que tiene
cuando Juno lo recibe, con los mismas te dé sus abrazos vistiéndose antes
sus galas distintiva?’"
(OVIDIO,
Metamorfosis III 273-286. Trad. de Antonio Ruiz de Elvira) |
Entonces Sémele le pide a
Zeus que le conceda un deseo y que lo jure por la Estige, Zeus comete el error
de hacerlo arrastrado por el deseo. Sémele pide verlo en toda la extensión
de su poder. Zeus se niega pero no puede negarse a cumplir su promesa. Es en
ese momento cuando el padre de los dioses hace una demostración de todo su
poder basado fundamentalmente en rayos y truenos, que lógicamente reducen a
cenizas a la pobre Sémele sin que Zeus pueda hacer nada para impedirlo.
Antes de ser consumida Sémele,
Zeus extrae la criatura que está en su vientre y para completar su gestación,
se lo introduce en su propio muslo donde lo cose con sumo cuidado y de donde
lo sacará cuando hayan pasado los nueve meses necesarios.
‘La
cadmeide Sémele concibió después, unida amorosamente a Zeus, a un hijo
esplendoroso, Dionisos, el dispensador de la alegría, un inmortal siendo
ella mortal; si bien ahora los dos son dioses."
(HESÍODO,
Teogonía 941-942. Trad. de Antonio Ruiz de Elvira) |
Desde su nacimiento el niño
al que se le llamó Dionisos o Baco fue considerado dios inmortal pese a que
era hijo de una mortal, aunque tras su muerte fue divinizada.
En su juventud Dionisos
inventa la vid. Hera lo persigue y lo vuelve loco y así recorre Egipto y
Frigia, donde es purificado por Cibeles, que es la que le enseña los cultos
orgiásticos y los instrumentos para celebrarlos: flauta, tambor, platillo,
castañuelas y tirso.
Tras esto vuelva a Grecia,
aunque antes llega a Tracia donde el rey Licurgo lo maltrata y lo expulsa.
Baco huye pero los Bacantes y Sátiros que lo acompañan son hechos
prisioneros. La respuesta de Dionisos no se hace esperar: las Bacantes y los Sátiros
quedan libres mientras que Licurgo enloquece y en ese estado mutila a su
propio hijo Driante, creyendo que es un sarmiento de vid. Finalmente Licurgo
es asesinado por su pueblo en respuesta a un oráculo.
A su llegada a Grecia Baco
instauró cultos a su persona llamados Baquías u orgías. Uno de los
episodios más conocidos con relación a estos cultos es de Penteo y su
familia. Penteo fue descendiente de Cadmo y gobernó en Tebas. Era hijo de Ágave,
la hermana de Sémele, y hermano de Ino y Autónoe. Penteo se opone a las
celebraciones báquicas y Dionisos, en venganza, se presenta en Tebas y enseña
a las tebanas a celebrar sus enloquecidos ritos. Dionisos vuelve locas a Ágave,
Ino y Autónoe y cuando celebraban una orgía, Penteo apareció y ellas en su
locura confundieron a éste con un animal, lo despedazaron y lo devoraron. Con
ello Baco se vengó de la osadía de Penteo y de la madre y hermanas de éste
que habían corrido el rumor de que Sémele se vanagloriaba de haber sido
amada por Zeus cuando su amante, según ellas, fue un simple mortal.
La otra gran hazaña de
Dionisos fue la conquista de Oriente hasta llegar a la India.
Por último desciende al
Hades para llevarse consigo a su madre hasta el Olimpo.
«Había
un valle cuajado de pinos... conocido como Gargafia... y en cuyo más
apartado rincón hay una gruta,... Aquí solía la diosa de las selvas,
cuando estaba fatigada de la caza, bañar en el cristalino líquido sus
miembros virginales... Y mientras allí se baña la Titánida en aguas
acostumbradas, he aquí que el nieto de Cadmo, llega a aquella espesura;
pues los hados lo llevaban. Tan pronto como penetró en la gruta que
destilaba la humedad del manantial, las ninfas, al ver a un hombre,
desnudas como estaban, se golpearon los pechos, llenaron de repentinos
alaridos todo el bosque, y rodeando entre ellas a Diana la ocultaron con
sus cuerpos; pero la diosa es más alta que ellas y les saca a todas la
cabeza. El color que suelen tener las nubes cuando las hiere el sol de
frente, o la aurora arrebolada, es el que tenía Diana al sentirse vista
sin ropa... Echó mano a lo que tenía, al agua, regó con ella el rostro
del hombre pronunciando además estas palabras que anunciaban la inminente
catástrofe: ‘ahora te está permitido contar que me has visto desnuda,
si es que puedes contarlo’. Y sin más amenazas, le pone en la cabeza que
chorreaba unos cuernos de longevo ciervo, le prolonga el cuello, hace
terminar en punta por arriba sus orejas, cambia en pies sus manos, en
largas patas sus brazos y cubre su cuerpo de una piel moteada. Añade además
un carácter miedoso; huye el héroe hijo de Autónoe y en su misma carrera
se asombra de verse tan veloz. Y cuando vio en el agua su cara y sus
cuernos, ‘¡desgraciado de mí!’ iba a decir, pero ninguna palabra salió;
dio un gemido, y ése fue su lenguaje; unas lágrimas corrieron por un
rostro que no era el suyo, y sólo su primitiva inteligencia le quedó...
Mientras vacila, lo han olido los perros;... Toda la jauría le persigue...
por rocas y peñascos, por riscos inaccesibles, por donde el camino es difícil,
por donde no existe camino... Mientras ellos (los perros) sujetan a su dueño,
se congregan los demás de la tropa y juntan sus dientes en aquel cuerpo.
No hay espacio que herir;... Por todas partes le acosan, y con los hocicos
hundidos en su cuerpo despedazan a su dueño bajo la apariencia de un engañoso
cuerpo. Y dicen que no sació la cólera de Diana, la de la aljaba, hasta
que acabó aquella vida víctima de heridas innumerables.»
OVIDIO,
Metamorfosis III 155-252. Traducción de Antonio Ruiz de Elvira) |
Hijo de Autónoe, Acteón
será castigado por haber visto desnuda a Ártemis, como le ocurre a Tiresias,
el más famoso adivino de la Grecia clásica, que también vio desnuda a
Atenea y fue castigado con la pérdida de la vista, aunque se le concedió el
don de poder ver el futuro. Como decíamos, Acteón ve a Ártemis bañándose
en compañía de unas ninfas de su séquito. La diosa lo convierte
inmediatamente en ciervo y Acteón es devorado por sus propios perros que
no lo reconocen pues estaba de cacería.
Tras Anfión y su hermano
Zeto, llega al trono de Tebas Layo que había estado hospedado en casa de Pélope.
Éste fue asesinado por Tántalo, su padre, que ofreció su carne para probar
a los dioses pero éstos advirtieron el engaño y rehusaron comerla y Tántalo
fue castigado por ello en el Hades eternamente a estar rodeado de agua, que
retrocedía cada vez que iba a beber, y a estar bajo una rama cargada de
frutos que, cada vez que levantaba la mano para cogerla, se alejaba fuera de
su alcance.
Pélope fue resucitado por
los dioses y marchó a presentarse como aspirante de la hermosa Hipodamía,
hija de Enomao. Éste había conocido un oráculo que le había advertido que
sería asesinado por su yerno, así que obligaba a los pretendientes al
matrimonio con su hija a ganarle en una carrera de carros. Si no lo lograban,
él mismo los mataba con su lanza. Cuando Pélope decide intentarlo, ya habían
muerto dieciséis aspirantes. Así que trama un plan para derrotar a Enomao:
soborna al auriga del rey, llamado Mírtilo. Éste estaba enamorado de Hipodamía
y el precio del soborno será permitirle que pase con ella la primera noche,
aunque la oferta la hace la propia Hipodamía, que se ha enamorado de Pélope
y quiere traicionar a su padre. Mírtilo cambia los ejes de las ruedas y
durante la carrera el carro vuelca y Enomao muere arrastrado y enredado en las
riendas.
El final de la historia
incluye la muerte de Mírtilo a manos de Pélope porque éste intenta cobrar
la promesa que le había hecho Hipodamía, aunque hay dudas sobre si fue ella
la que se ofreció al auriga y éste, al negarse, fue acusado por la mujer de
haber intentado violarla. En todo case Mírtilo es arrojado al mar por Pélope
desde un acantilado. Antes de morir pronuncia una maldición contra Hipodamía
y contra su descendencia, maldición que afectará a Layo y, sobre todo, a los
Pelópidas, Atreo, Tiestes y Agamenón, de las que hemos hablado antes.
A la corte de Pélope, ya rey
de *Pisa (ciudad del *Peloponeso, península que toma el nombre de este rey),
llega el tebano Layo, desterrado de *Tebas, pero tiempo después traiciona su
confianza secuestrando al hijo que Pélope había tenido antes de conocer a
Hipodamía, Crisipo, de quien se enamora inventando a la vez la homosexualidad
masculina. Layo llega a Tebas con Crisipo. Pélope, por su parte, maldice a
Layo para que sea asesinado por su propio hijo y Crisipo muere a manos de sus
hermanastros Atreo y Tiestes incitados por su madre Hipodamía que después se
suicida por lo que también son maldecidos por Pélope a que sus descendientes
se maten unos a los otros.
Layo toma el poder en Tebas y
se casa con Yocasta, pero un oráculo le vaticina:
Yocasta: Pues
vino a Layo oráculo una vez, no digo de Febo
mismo, pero de sus servidores, de que
era su destino el de morir a manos de un
hijo suyo, que de mí él naciera."
(SÓFOCLES,
Edipo Rey. Trad. de Agustín García Calvo) |
Layo no hace uso del
matrimonio durante mucho tiempo pero una noche la embriaguez hace que deje
embarazada a su esposa. Nace Edipo y, al nacer es expuesto, tras atravesarle
los pies (de ahí su nombre, Edipo, pies hinchados), manda abandonarlo en el
*monte Citerón.
El niño es recogido por unos
pastores que lo llevan ante el rey de *Corinto que lo adopta como suyo puesto
que no tenía hijos. La reina Mérope lo cuida y le pone el nombre de Edipo.
Pasados los años alguien le dice a Edipo que no es hijo de los reyes de
Corinto y, al preguntarle a éstos, se indignan pero no le dan una respuesta.
Edipo marcha a Delfos a consultar el oráculo para saber quiénes son sus
padres biológicos.
Edipo: «Y así,
a escondidas de mi padre y mi madre, a Delfos me voy; y
Fabo, de eso por lo que yo iba, de vacío
me despaché; pero otras desventuras y horrores
y quebrantos me anunció en sus voces: que con mi
madre habría yo de unirme, y prole sacar in
tolerable a ojos de los hombres; y de mi
propio padre asesino yo sería."
(SÓFOCLES,
Edipo Rey. Trad. de Agustín García Calvo) |
Edipo creyendo que el oráculo
se refería a los reyes de Corinto decide no volver a ese país y en su camino
encuentra a Layo al que mata, tras una fuerte discusión, sin saber quién es.
Mientras tanto en Tebas la
Esfinge, monstruo con cabeza de mujer, pecho, patas y garras de león, cola de
serpiente y alas de pájaro, que había llegado como castigo de Hera por haber
raptado Layo a Crisipo, iba proponiendo cada día un enigma y a diario iba
devorando a uno de los tebanos porque no sabían descifrarlo. Consultado el oráculo
de Delfos sobre esta terrible plaga, anunció que continuaría hasta que
alguien resolviera el citado enigma. Así que se ofrece la mano de Yocasta, la
reina viuda, al que consiga descifrar el acertijo y con ella el trono de
Tebas.
Edipo, que acaba de llegar a
la ciudad, consigue averiguar qué ser provisto de voz es el que tiene en este
orden, cuatro patas, luego dos y finalmente tres. El joven afirma que ese ser
es el hombre que anda a cuatro patas en su infancia, con dos en su madurez y
en la vejez utiliza un bastón. La Esfinge se suicida o bien es asesinada por
Edipo pero, en definitiva, la plaga sobre Tebas desaparece.
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