Según Hesíodo existen cinco
edades en el origen del hombre. La primera, la de oro, corresponde a la
felicidad, la justicia y a la feliz convivencia de dioses y hombres. Las
siguientes serían de plata, bronce, la de los héroes y la de hierro, que es
la contemporánea a Hesíodo, culmen de desdichas e injusticias.
Un elemento añadido al mito
de las edades es Prometeo, el hijo del titán lápeto, protagonista de dos
desacatos a Zeus. En su afán de ayudar a los hombres primitivos,
Prometeo comete el primer
desacato: convence a los hombres de que ofrezcan a Zeus una de las dos partes
en las que han dividido el buey que le han consagrado. Una tiene la carne y la
otra los huesos cubiertos con la piel y la grasa del animal. Zeus elige ésta
última e, irritado por el engaño, castiga a los hombres quitándoles el
fuego sagrado (quizás la razón) y los medios de subsistencia. Prometeo,
entonces, comete el segundo desacato: devuelve el fuego sagrado a los hombres.
Zeus, en respuesta, castiga a los hombres enviándoles la primera mujer:
Pandora (regalo de todos, como la llamó Hermes), acompañada de una tinaja
llena de males. A Prometeo le reserva otro castigo mucho peor estar encadenado
a una roca durante cuatrocientos años donde un águila le devorará a diario
las entrañas, que renacerán todos los días para que el suplicio no acabe.
Finalmente será liberado por Hércules, que acabará con el águila de un
flechazo y le liberará de sus ataduras.
Pandora es ofrecida en
matrimonio al hermano de Prometeo (el que ve las cosas antes), Epimeteo (el
que ve las cosas después), que la acepta y de los que nacerá Pirra, la
primera nacida mortal. Pandora, en casa de Epimeteo, destapa la tinaja y de
ella salen todos los males, excepto la Esperanza que queda dentro porque ella
la cierra antes de que salga
Según el cómico Filemón,
Prometeo creó a los hombres con barro a imagen de los dioses y Hefesto a la
mujer, Pandora. |