Artur Balaguer | Benidorm (Alicante) www.elpais.com 06/01/2011

La Vila Joiosa alberga las termas romanas de Allon, las más grandes y sofisticadas de las halladas en la provincia de Alicante.

El spa entendido como un sitio de salud que ofrece terapias de relajación teniendo el agua como base principal dista mucho de ser un invento de la modernidad. El arqueólogo de La Vila Joiosa Diego Ruiz se ha pasado casi cinco años investigando el hallazgo en 2006 de las termas romanas de Allon, la cuarta y última ciudad romana de Alicante. Estas termas, ubicadas en el centro de la capital de la comarca de La Marina Baixa, son también las más grandes de la provincia. Y eso que «solo hemos excavado una parte, entre la mitad y dos tercios de la extensión real de este gran balneario», asegura Antonio Espinosa, director del museo municipal vilero.

Tras analizar tres toneladas de tejas y ladrillos, mármoles decorativos, monedas o cerámica, Diego Ruiz ha concluido que el complejo monumental que forman las termas de Allon se construyó entre los años 85 y 110 de nuestra era. Pues bien, según explica este arqueólogo, los bañistas que acudían a las termas tenían un recorrido lineal. Del vestuario (apodyterium) pasaban a una sala donde se lavaban y recibían masajes (unctorium), después pasaban a una sauna (caldarium) con piscinas de agua caliente, pasaban a otra sala de ambiente templado (tepidarium) donde se dedicaban a conversar y, finalmente, se podían dar un baño en una piscina enorme de agua fría (frigidarium). También apunta la posibilidad de que existiera otra piscina más grande (natatio) donde se podía nadar, aunque todavía no se ha excavado.

El trabajo arqueológico también ha concluido que las termas estaban dotadas de un sistema de calefacción que evitaba la formación de gotas frías en los techos por la condensación del vapor, muy molestas cuando caían sobre los usuarios. Un horno contiguo a las termas inyectaba aire caliente por un falso suelo, que estaba unido con las cámaras huecas de las paredes y las bóvedas del techo. Así el calor se distribuía por toda la estancia y mantenía caldeado el ambiente.

Además, la investigación ha puesto de manifiesto que las termas constituían una especie de centro comercial de la época. Se cobraba por acceder al recinto, parece que había una especie de bar en el interior y a lo largo de la calle con aceras de piedra se alineaban tiendas a la manera de las galerías comerciales actuales. Y todo ello, hace 1.900 años.

Ahora el Ayuntamiento de La Vila pretende que el recinto acabe siendo visitable por el público, para lo que ha puesto en marcha un proyecto de musealización del que se considera uno de los monumentos romanos más importantes y de los hallazgos arqueológicos más sobresalientes de la última década en la Comunidad Valenciana.

MÁS INFO: Una nueva investigación arqueológica revela que las termas de Allon se construyeron en el primer siglo después de Cristo