Phil Stewart | Roma | REUTERS 02/12/2006

Raffaela La Pasta no está segura, pero cree que el esqueleto semienterrado que está exhumando en el centro de Roma es de una mujer, y tiene al menos 1.600 años.

«Ella no es la única, también hemos encontrado a otros», dijo La Pasta ante una zanja de ocho metros de profundidad en la que se puede ver un hueso de una pierna y el perfil de una calavera.

El yacimiento arqueológico, donde también se han encontrado un tesoro de monedas romanas, objetos de cerámica e incluso juguetes, es sólo uno de las decenas que han sido abiertos en la Ciudad Eterna gracias a un proyecto del metro que está dando a La Pasta y a otros científicos, una mirada poco frecuente al subsuelo.

Algunos objetos, como una brújula romana de 2.000 años de antigüedad que encontraron, comenzarán a exhibirse el sábado en un museo del centro de la ciudad.

Otros se irán uniendo a la muestra a medida que sean descubiertos en los próximos meses, mientras que Roma sigue adelante con
su carísimo proyecto para construir un túnel por debajo del centro histórico para una esperada línea de metro.

En junio, otro grupo de arqueólogos encontró un esqueleto de una mujer que pensaron podría haber gobernado la ciudad hace 3.000 años, antes de que Rómulo y Remo tuviesen el honor de fundarla.

La línea del suburbano espera ir lo suficientemente profundo como para evitar dañar las construcciones antiguas en su viaje por debajo de un centro histórico que incluye estructuras como el Foro y el Coliseo, muy sensibles a las vibraciones de la tierra.

«El problema no es el metro en sí, que va a ir lo suficientemente profundo como para que no haya riesgo», dijo Giovanni Simonacci, director técnico del proyecto Metro C. El problema, explicó, es calcular cómo llevar a la gente desde la superficie de la ciudad a la línea de metro sin perturbar ninguna estructura histórica importante: «Todavía no sabemos dónde (los puntos de entrada y salida exactos) estarán porque no sabemos que hay debajo».

La primera fase de las excavaciones, que se pretendía llegase a los 11 metros de profundidad, no terminará en diciembre como se había previsto, y han sido aplazadas al menos hasta finales de marzo por los descubrimientos.

BAJO LA PLAZA

Es difícil decir si el alcalde Walter Veltroni entorna los ojos por la luz del sol o porque sabe lo difícil que va a ser su proyecto, llamado «metro arqueológico».

En uno de los lugares más concurridos de Roma, la Piazza Venezia, se esfuerza por ver lo que su equipo de arqueólogos ha encontrado: una bodega bien conservada de un palacio construido en el siglo XVII, y que fue derruido hace cerca de 100 años para edificar la plaza.

Los expertos señalaron que planean tirar abajo la bodega para encontrar otras construcciones que sospechan están enterradas incluso más abajo. «No sabemos lo que hay ahí», declaró Veltroni a Reuters, alzando la voz sobre el ruido del tráfico.

El proyecto del metro podrían tener consecuencias imprevistas para la ciudad. El alcalde no descarta convertir parte de la Piazza Venezia en un museo si el descubrimiento es sumamente importante.

La Pasta dijo que el proyecto podría sacar más hallazgos de los que Veltroni y los demás puedan imaginar.