Juan Soriano | Mérida www.hoy.es 18/01/2010

El Instituto de Arqueología y el Consorcio acabarán esta semana la intervención en el recinto monumental.

El proyecto de investigación arqueológica de mayor calado de los últimos años en Mérida llega a su fin. Esta semana concluirá la intervención que, durante varias campañas a lo largo de casi tres años y medio, ha tratado de despejar las incógnitas que presenta el recinto monumental más importante de la ciudad, el del Teatro y Anfiteatro Romanos.

En la actualidad, los trabajos se centran en la escena del Teatro Romano, pero desde que comenzó la primera campaña en otoño de 2006 se ha actuado en puntos estratégicos del yacimiento, lo que ha permitido conocer nuevos datos sobre su contenido.

En el caso del Anfiteatro, se ha intervenido en la denominada ‘porta triumphalis’ en uno de sus extremos. También se ha despejado la conexión con la muralla, que en uno de sus tramos coincidía con el monumento, a pesar de que el recinto defensivo es de una época anterior. Asimismo, se han descubierto torres y puentes para acceder al graderío, en ambos casos vinculados a la muralla, y se ha podido documentar que el foso de la arena tiene dos metros más de profundidad de lo que muestra la imagen actual, y que su forma de cruz se debe a una reforma.

En cuanto al Teatro Romano, los trabajos arqueológicos se centraron en una primera fase en el peristilo, lo que permitió encontrar un pozo de carácter sagrado vinculado con otros elementos similares del monumento. También se trató de esclarecer en qué época fue construido el peristilo, ya que en su diseño se emplearon distintos materiales de los que se encuentran en la escena.

En el frente escénico se ha trabajado tanto en las estancias laterales (versuras) como en la propia escena, donde se ha descubierto un estanque, la tramoya que se utilizaba en las representaciones y una estructura con materiales reutilizados (fustes, capiteles, etc.) de un origen aún desconocido, ya que se desconoce si formaba parte del primer frente escénico o de otro edificio del recinto.

La actuación de campo toca a su fin, pero aún le queda mucho trabajo por hacer al equipo que, coordinado por el Instituto de Arqueología de Mérida y el Consorcio de la Ciudad Monumental, lleva a cabo esta línea de investigación.

Una vez concluida la excavación, llega el turno de la fase de estudio de los materiales que se han obtenido, lo que permitirá datar y concretar algunos elementos. Asimismo, se trabajará en el análisis de la epigrafía (las inscripciones), la iconografía (los elementos decorativos) y el diseño arquitectónico de ambos edificios. Está previsto que en junio se celebre una reunión para que cada especialista ponga sobre la mesa sus conclusiones con el objetivo de poner en común los nuevos datos sobre ambos monumentos. El próximo año, previsiblemente, se editará un libro con el resultado de la investigación.

Multidisciplinar
Con esta última fase se dará por concluido una actuación que se ha convertido en un modelo de colaboración entre instituciones y entre profesionales de distintos campos.

El proyecto nació en 2006 gracias a la financiación del Plan Regional de Investigación de la Junta de Extremadura y en una línea de colaboración entre el Consorcio y el Instituto de Arqueología para conocer no los principales edificios de forma aislada, sino los conjuntos monumentales.

Después de estudiar el Foro Provincial y el Foro de la Colonia, se apostó por el Teatro y el Anfiteatro, un yacimiento del que apenas se conocían datos tras su excavación original iniciada en 1910 y que presenta muchas dudas de interpretación. Por ejemplo, hay inscripciones que datan su construcción a finales del siglo I a. C., pero la decoración es posterior, e incluso surgió una tumba en el Anfiteatro de época de Claudio, mediados del siglo I d. C..

Por lo tanto, el objetivo era resolver diversas cuestiones de carácter histórico y urbanístico y actualizar la documentación sobre los dos edificios más emblemáticos de Augusta Emerita con el apoyo de las nuevas tecnologías, como un moderno scan-láser.

Para esta labor, se configuró un equipo multidisciplinar, con alrededor de 30 especialistas de Mérida (del Consorcio, del Instituto de Arqueología y del Museo Nacional de Arte Romano) y de la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto Arqueológico Alemán, la Universidad La Sapienza de Roma y universidades de Sevilla y Córdoba.