Mariluz Ariza | Córdoba www.diariocordoba.com 19/02/2012
Es uno de los edificios más importantes que se han encontrado en el entorno de la plaza romana. El edificio estaba articulado en dos recintos: el atrium o vestíbulo y el aula de reuniones.
Uno de los edificios más importantes descubiertos hasta el momento en el parque arqueológico de Torreparedones, en Baena, es la curia de la ciudad romana (colonia Virtus Iulia Ituci). Está situada en el ángulo noroeste del foro y se accedía precisamente por una escalera ubicada en dicha esquina de la plaza.
El profesor Angel Ventura, miembro del equipo de investigación de Torreparedones, explica que en la curia se reunía el ordo decurionum , es decir, la asamblea del pueblo, para debatir sobre los asuntos públicos y estaba presidida por los duunviros , que eran los dos magistrados de mayor rango –algo similar a las salas de plenos en nuestros ayuntamientos actuales–. «Esta importancia queda reflejada, por ejemplo, en la fábrica empleada en su construcción, a base de grandes bloques de piedra calcarenita bien escuadrados (opus quadratum )», afirma.
En cuanto al espacio interno, el edificio quedaba articulado en dos recintos: un atrium o vestíbulo y el aula propiamente dicha, donde tenían lugar las reuniones. En Torreparedones, el atrio es tetrástilo, de planta cuadrada, con pavimento de opus signinum , y presenta una estancia al norte que hacía las veces de aerarium , el lugar donde estaba el arca ferrata y en la que se custodiaba el tesoro público. Enfrente existe un gran hueco practicado en el muro, a modo de armario, que era el tabularium o archivo donde se guardaban los documentos oficiales. Al oeste se encuentra el aula, a la que se accedía a través de una puerta de 2,24 metros con el umbral de mármol y doble hoja de madera.
EN BUEN ESTADO Todo el pavimento se conserva en buen estado y consta de grandes losas rectangulares de mármol blanco. Sus dimensiones interiores son de 8×7 metros, suficientes para acoger a un total de 80 personas –78 decuriones y dos magistrados–. Los decuriones estarían distribuidos en dos grupos de 39 a lo largo de los muros norte y sur del aula, en tres filas de asientos (sella curullis ) junto a cada muro. Al fondo, en el testero oeste hay un nicho semicircular que acogería la estatua de Genius, protector de la ciudad. Delante del nicho se situarían los dos magistrados superiores.
Se conservan en algunos sectores restos del aplacado de mármol de las paredes y también restos de estuco pintado, así como numerosos elementos arquitectónicos (cornisas, dovelas-) que serán de gran utilidad a la hora de plantear la puesta en valor del edificio. «Esto indica además que se construyó de acuerdo con los preceptos vitrubianos, según los cuales las paredes del interior debían rodearse con cornisas de madera, o bien de estuco, aproximadamente hacia la mitad de su altura para que la voz de los senadores no se perdiera en las alturas y pudiese ser comprendida por todo el auditorio. La altura de la curia de Torreparedones debió estar cercana a los 11 metros hasta el techo».
Según Vitrubio, la curia ocupaba el primer nivel de los edificios que expresaban la dignidad municipal de las ciudades romanas. Para el arquitecto romano, tanto el erario como la cárcel y la curia debían quedar contiguas al foro, de forma que el conjunto de sus proporciones estuviese en consonancia con el mismo foro de la ciudad.