I. Villar | Gijón www.elcomerciodigital.com 14/08/2009

La aparición del mueble, casi completo, es un hallazgo «excepcional en el conjunto del Imperio Romano».

Hace más de 1.500 años, en el Gijón romano, alguien arrojó una silla de madera al fondo del depósito que abastecía de agua a la ciudad, posiblemente en sus últimos años de uso. Quince siglos después las excavaciones realizadas bajo el edificio de Tabacalera han conseguido recuperarla casi en su totalidad, un hecho «excepcional», en opinión de la directora de la campaña arqueológica, que anteriormente sólo se había dado en las ciudades de Pompeya y Herculano, momificadas bajo la lava del Vesubio.

Ayer Carmen Fernández Ochoa presentaba pletórica los objetos de origen romano recuperados del fondo del antiguo depósito durante la tercera incursión en las tripas de Tabacalera. Aseguró que gracias a ellos «Gijón marcará un hito en la arqueología romana». La clave, el entorno creado por los limos -lodos- acumulados en el interior de la construcción romana, que enterraron estos objetos y los mantuvieron en un ambiente anaerobio -sin oxígeno- protegidos de la acción de bacterias y otros elementos agresivos. Esto ha permitido que llegaran hasta nuestros días en un «muy buen estado de conservación». Si bien es habitual la recuperación de objetos de metal y cerámica, no lo es tanto el de enseres de madera. Y mucho menos el de muebles completos.

Vajilla de madera
La silla desenterrada, del siglo IV ó V -época tardorromana-, conserva todas sus patas, el respaldo y los dos brazos, si bien uno de ellos apareció separado del resto de la estructura. Muestra trabajos decorativos en la madera y le falta el asiento, lo que lleva a los investigadores a pensar que, una vez rota, fue arrojada al depósito. Supone un hallazgo único en la Península Ibérica y de hecho, según Fernández Ochoa, sólo en las ciudades del Vesubio se han podido recuperar muebles en un estado de conservación que permita reconstruirlos. «Hasta ahora las únicas fuentes para saber cómo eran los muebles romanos eran la iconografía de la época -estelas funerarias, grabados…- y los restos aparecidos en Pompeya y Herculano. Esta silla es excepcional en el conjunto del Imperio».

Junto a la silla vieron la luz, también como hallazgo nada usual, tres platos o fuentes de madera, de 30 centímetros. «Iguales que los que se usan hoy para comer el pulpo», bromeó Justo Vilabrille. Carmen Fernández Ochoa apuntó que en España sólo en Irún se habían podido recuperar útiles de cocina hechos de madera, por las dificultades que presenta este material para conservarse a lo largo de los siglos. «Cuando se recuperan vajillas de cerámica, siempre decimos que también debían de usar madera. ¡Ahora es que lo hemos encontrado!». También aparecieron tres cubos de madera y metal, que posiblemente cayeron al depósito mientras se recogía agua y tres suelas de sandalia similares a la que ya se desenterró hace un año en la anterior fase de excavaciones.

Microfauna
Del limo también se pudieron recuperar restos de pequeños animales -microfauna- como gusanos, ratones y mariposas. «Es fácil hallar cadáveres de grandes animales como vacas u ovejas, pero esto es algo espectacular, original, que sólo se había descubierto en Bretaña y Alemania, nunca en la Península Ibérica ni el resto del Mediterráneo».

Todos los restos recuperados se están estudiando en diferentes universidades y departamentos del Centro Superior de Investigaciones Científicas en Irún, Valencia, Sevilla, Oviedo y Madrid.