Ana Lobo | La Collá Propinde (Lena, Asturias) www.lavozdeasturias.es 05/11/2010

Descubren una nueva construcción, atribuible a los romanos, de 4 hectáreas de extensión.

Fue alertado por el Instituto Ausonios de Burdeos, en Francia. A vista de pájaro se diferenciaba una construcción que, por su situación estratégica (está ubicada en una loma a 1.700 metros de altitud, en la zona de Las Campas -también conocida como La Collada Propinde-, que se encuentra en una línea divisoria de la Cordillera Cantábrica), podría ser una antigua muralla de defensa. Y entonces el arqueólogo Jorge Camino, encargado hasta hace un par de años de las excavaciones en el conjunto arqueológico de La Carisa, entre los concejos de Aller, Lena y Villamanín (León), fue a comprobarlo con sus propios ojos.

Subió andando, dice, y vio que los franceses estaban el cierto. Por lo menos, hasta que las pruebas correspondientes demuestren lo contrario.

Según los primeros análisis, la muralla, en forma de anillo “cerrando el monte”, habría abarcado una extensión de cuatro hectáreas o, para entendernos mejor, “ocho campos de fútbol”, explica Camino, al tiempo que señala que los restos se conservan de manera desigual.

En opinión del arqueólogo, su ubicación en el tiempo se podría corresponder, “a priori”, con el asentamiento de los romanos en la zona, datado ya entre los años 26 y 22 a.C. “Pero para progresar en el conocimiento hay que hacer excavaciones arqueológicas”, apunta Camino.

Lo que por el momento se ha descartado ya es que sea una formación natural o un levantamiento pastoril. “Tiene el basamento de una empalizada”, asegura el arqueólogo.

Colaboración Hace dos años que se paralizaron las excavaciones en la vía romana de La Carisa, donde además de la pista se han localizado dos asentamientos: el romano ya citado en el Picu Curriechos (o Alto de La Boya), y uno de transición entre visigodos y astures en Lomón de Faro, anterior a la constitución del reino de Asturias, que habría sido levantado en torno al año 713 d.C. La hipótesis de los investigadores es que este último habría sido empleado para luchar contra la invasión musulmana. Tanto uno como otro fueron descubiertos gracias a la financiación privada que, como casi todo, llegó a su fin.

Ahora, con el descubrimiento de la nueva muralla, situada a unos 10 kilómetros del Lomón de Faro, los arqueólogos esperan que se retomen las excavaciones. “Aunque se haya acabado la viabilidad económica, la investigación no tiene por qué estancarse”, sostiene Camino. Y lo dice en el sentido de que para obtener los datos que buscan, no se necesita una investigación de altos vuelos, financiada por una fundación o entidad superior.

Según el arqueólogo, los trabajos se pueden llevar a cabo con dos o tres personas y luego faltaría el dinero, “que tampoco es mucho”, para las pruebas del carbono 14. Una inversión que el Ayuntamiento de Lena estará dispuesto a asumir.

Lo confirmó el alcalde, Ramón Argüelles, a dos escasos kilómetros del descubrimiento. “Vamos a facilitar mano de obra y maquinaria, para ayudar en lo posible en las investigaciones”, dijo el regidor, que entiende que la inversión que conllevará, “el sueldo de dos o tres personas y las pruebas, que cuestan unos 700 euros por muestra”, no dejarán sin fondos las arcas municipales.

Eso sí, desde el consistorio se llamará también a las puertas del Gobierno regional, aunque la administración municipal sabe que no es buen momento para solicitar este tipo de inversiones.

“Estamos sobre la primera carretera de Asturias, que data del año 25 antes de Cristo, y se trata de un sitio que se puede visitar por su valor natural: aquí no necesitamos ni centros de interpretación ni aulas de la naturaleza”, espetó el regidor lenense, dando a entender que no solicitará más apoyos que los extrictamente necesarios.

Cosa del azar Cuenta Jorge Camino que el descubrimiento de la nueva muralla en la vía romana de La Carisa fue cosa azarosa. Según parece, investigadores del Instituto Ausonios de Burdeos estaban sobrevolando la zona cuando vieron el anillo de piedra. ¿Y por qué estaban ahí? Ni más ni menos que por el asentamiento romano del Picu Curriechos, que formaba parte de su objeto de estudio: los franceses recaudan información para hacer un atlas de las antiguas guerras en Hispania.

El yacimiento,el más alto de los localizados en la Península, fue utilizado por los romanos como punto de defensa de un asentamiento mayor. Algunas puntas de lanza y algunos utensilios más encontrados en la zona corroboran esta hipótesis.

Pero de la nueva muralla, también atribuida a los romanos, nada se sabía. O por lo menos, nada que la relacionara con una construcción defensiva usada para la batalla.

A este respecto, Jorge Camino destaca que el historiador Julio Concepción hizo ya hace tiempo referencia a una edificación en la zona de la Collada Propinde, aunque el experto en historia la relaciona con un castro. “Ahora ya sabemos que no es un castro”, asevera el arqueólogo.

Por otro lado, Camino quiere hacer un llamamiento sobre la escasa atención que se le está prestando aun hallazago arqueológico de semejantes características.

“Por aquí tengo entendido que va a pasar la línea eléctrica Lada-Velilla, por eso parece que sobre esto pesa una especie de ley del silencio”, denuncia el arqueólogo, sobre este proyecto.