Agustín Domingo Moratalla www.lasprovincias.es 25/03/2011

Ahora que volvemos a estar en guerra resulta fácil entender el significado de esta frase de Suetonio donde describe la ritual invocación que hacían ante el emperador Claudio los luchadores antes de morir: Ave Caesar, morituri te salutant. Como aquellos luchadores están ahora los alumnos de clásicas porque la Comisión de postgrado de la Universidad de Valencia quiere eliminar la especialidad de lenguas clásicas (Latín y Griego) dentro del Master Universitario en Educación Secundaria. Los estudiantes que terminen estos estudios tendrán que prepararse en un área de conocimiento distinta a la que han estudiado. Los criterios son siempre los mismos, estas viejas y rancias especialidades se suprimen por cuestiones económicas, son pocos los alumnos matriculados, son enseñanzas deficitarias y, por consiguiente, no son rentables.

Algunos ciudadanos pueden entender lógicas estas argumentaciones y los gestores se amparan en una situación de crisis económica para limitar la especialización en estos estudios. Aunque es lógico que muchos ciudadanos se dejen llevar por el espejismo de estos argumentos, no es propio que los académicos y sus autoridades caigan ante su simplicidad. La sociedad espera que los profesores y, sobre todo, sus representantes académicos, no caigan en las garras del espejismo materialista que desprecia lo que no tiene una rentabilidad inmediata.

Los defensores de esta especialidad han demostrado que su mantenimiento se puede realizar sin incrementar costos y que el grupo previsible supera con mucho los mínimos establecidos por la universidad con mayor número de matriculados en lenguas clásicas. Además de demostrar que esta especialidad sigue siendo rentable a medio y largo plazo, estos nuevos gladiadores de la cultura deberían recordar que una de las causas principales de la crisis de la educación está en el desprecio de las raíces greco-romanas de nuestra cultura. Esta especialización en secundaria sólo es una pequeña batalla en la guerra contra el presentismo cultural que siempre han denunciado los clásicos más lúcidos como Rodríguez Adrados.

Aunque sea tarde para luchar contra la invasión de los bárbaros porque algunos de ellos nos gobiernan, no está de más recordar una anécdota entre dos ministros de Franco, José Solís Ruíz y Fernando Mª Castiella. El primero, natural de Cabra (Córdoba), dijo un día en el parlamento ‘Menos latín y más deporte’. Según cuentan, el segundo contestó: No desprecie usted el latín, Sr. Solís, porque gracias a él los de Cabra se llaman egabrenses.