Cristina Fanjul | León www.diariodeleon.es 12/03/2010

Subraya que él mismo vio los cimientos romanos en 1971, recuerda la advocación de la iglesia a San Juan Bautista y que el lugar siempre ha estado relacionado con el agua.

El abad emérito de San Isidoro, Antonio Viñayo, cree que bajo San Isidoro yacen los cimientos de un templo consagrado a Mercurio. En su obra Real Colegiata de San Isidoro de León el abad destaca que en 1971 comenzó la renovación del suelo de la Basílica… «Fue preciso desescombrar todo el recinto y se aprovechó la ocasión para hacer estudios en el subsuelo, que llevó a cabo el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, dando por resultado el descubrimiento de muros romanos, así como los cimientos de la iglesia de los reyes, Fernando I y Sancha», explica.

Viñayo describe que la historia siempre habló de la existencia de una laguna bajo San Isidoro y recuerda una leyenda que data de tiempos de Alfonso VI. Dicen que un conde logró escapar de las tropas comandadas por el emperador y se introdujo en la iglesia. Allí, y cercado por el ejército real, invocó a San Isidoro y brotó agua del altar. La aparición de agua en la basílica ha tenido lugar en más ocasiones.

El abad emérito destaca que Mercurio era el dios de las fuentes y de los caminos, lo que puede explicar que en este lugar se erigiera un templo dedicado a su culto. Explica que, con la llegada de la cristianización, siguió siendo visitado como lugar de devoción y fue entonces cuando la Iglesia decidió consagrarlo a San Juan Bautista -”encargado de los baptisterios-” desplazando a Mercurio. En ese lugar se estableció la iglesia en la que se bautizaba a los nacidos. «Ahí está la pila de los tiempos visigodos». Antonio Viñayo desvela, además, que en el patio de la iglesia han aparecido monedas, vidrios y sepulturas parecidas a las romanas. Asimismo, hay que subrayar que en las excavaciones que Victorino García Marcos realizó en Puerta Obispo se descubrió una inscripción fragmentaria dedicada a Mercurio. Dicha inscripción es en estos momentos objeto de estudio por parte de Jorge Sánchez Lafuente.

Más templos. Precisamente, en un reciente estudio, el profesor Ángel Morillo, profesor de Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, repasa las lápidas romanas alusivas a cultos religiosos. La mayoría fue recuperada de la muralla tetrárquica, construida a finales del siglo III d. C por tropas militares que desmantelaron edificios anteriores para utilizar sus piedras como material constructivo.

A través de dichas evidencias epigráficas, se comprueba que en el campamento de la Legión VII Gémina se rendía culto a divinidades como Diana, Mercurio, las Ninfas, el Genio de la Legio VII, divinidades de la Triada capitolina, como Juno y Minerva, dioses protectores de la salud, como Esculapio, etc. Entre las dedicatorias religiosas, el emperador, jefe máximo del Estado y comandante supremo del ejército, ocupa una posición dominante.

Morillo Cerdán da a conocer incluso una nueva lápida dedicada posiblemente a Marte, la primera alusiva a este dios guerrero en el campamento leonés. A partir de la posición que ocupaban dichas lápidas en la obra de la muralla, así como de algunas evidencias topográficas, literarias y arqueológicas, el profesor plantea diversas hipótesis sobre la posible localización de algunos espacios sagrados en determinadas zonas del campamento y su periferia.

Así, Ángel Morillo explica que junto al aedes o capilla sagrada de los Principia se levantaron otros edificios de carácter sacro. Explica el investigador madrileño que la concentración de lápidas dedicadas a las ninfas en el lienzo sureste de la muralla leonesa, en el área de los Cubos, lleva a plantear la existencia de algún santuario dedicado a las divinidades acuáticas en algún lugar del sur de la ciudad actual.