Jesús Javier Pérez | Baeza (Jaén) www.ideal.es 13/04/08
Aceite y Renacimiento, temas centrales de las IV Jornadas de Cultura Clásica que han reunido en Baeza a 200 especialistas de toda Europa.

Baeza huele a aceite. El aceite, junto al cereal y el vino, han sido uno de los vínculos del Mediterráneo. Roma importó desde Hispania cantidades ingentes de aceite. El oro líquido fluye en las relaciones entre los pueblos que se asoman al Mare Nostrum y con él han viajado ideas, conceptos y formas de vivir. Tan apreciado producto ha permanecido unido a nuestra cultura en cada uno de sus momentos. Por eso es difícil pensar una receta en esta tierra sin su presencia. Por eso también es difícil encontrar un solo momento de nuestra historia sin él. La Asociación CulturaClásica.com propuso ayer una ‘cena renacentista’ en el marco de las IV Jornadas de Cultura Clásica, que se celebran desde el pasado viernes en Baeza.

La permanencia del Humanismo, una forma de ver la vida que nació con el Renacimiento, se puso de manifiesto en esta reunión de especialistas venidos de toda Europa. El encuentro sigue fiel a sus principios y ofrece en cada una de sus sedes una visión del mundo clásico desde la óptica local.

Sobrio y majestuoso

El antiguo claustro franciscano que acoge el restaurante Vandelvira recibió ayer a los congresistas convertidos para la ocasión en comensales renacentistas. El lugar produce un primer impacto visual difícil de olvidar. No hace falta añadir nada para viajar en el tiempo. Tampoco a las recetas. La cocinera del restaurante, Salomé Delgado, preparó un menú pegado a la tierra y a la tradición más local. El aceite sin duda se convirtió en un elemento indispensable. Así, por ejemplo, estuvo presente el paté de perdiz con fondo de aceite de oliva virgen extra o platos que hablan tanto de tiempos pasados como la ‘ensalada de naranja y bacalao con brotes de cebolleta’, el tradicional lomo de orza o la ‘sopa de seminarista’, cocina de supervivencia, convertida hoy en receta de alta cocina.

No sólo vive el humanismo, la Cultura Clásica o la admiración por Grecia y Roma. Vive la lengua latina. Durante el congreso han estado presentes nombres procedentes de Italia, Alemania y Escocia y se han vuelto a reunir y entender en torno al latín. Andreas Fritsch, Roberto Carfagni o Luigi Miraglia se dirigieron al auditorio en la lengua de Cicerón -sin traducción simultánea-.

El Palacio de Jabalquinto se convirtió en una universidad de la Europa renacentista. Nuevamente el Latín se convirtió en lengua franca por la que se entendieron los asistentes como en los claustros de la Europa humanista. En Latín se ha hablado del legado pedagógico de Comenius o de la metodología para enseñar latín y griego, que son además vehículo de cultura.

Las nuevas tecnologías le sientan bien al Latín y al Griego. Así se pudo ver durante las jornadas. Es el caso de Acrópolis World News (www.akwn.net), una web de actualidad informativa en griego clásico, presentada por el profesor de griego y latín de la Universidad de St. Andrews, Juan Coderch, o de Balawat (www.balawat.com), empresa pionera en la arqueología virtual y diseño multimedia.

Cánones estéticos

Grecia y Roma siguen presentes en nuestros cánones estéticos, como subrayó la catedrática de Griego Mercedes Madrid que abrió las jornadas con su ponencia sobre el desnudo masculino en Grecia. Madrid en Baeza planteó cuestiones como… «¿por qué están desnudas las primeras estatuas que esculpieron los griegos?, ¿qué representan estos jóvenes en el esplendor de vigor y belleza?, ¿por qué representaron también desnudos a sus dioses?».

EL APUNTE

Un mundo cercano: El mundo clásico no es un mundo remoto. Sorprende escuchar a los jóvenes integrantes del grupo sexitano SKS Teatro (www.sksteatro.com), especializado en el repertorio grecolatino, hablando de Heracles, Alcestis o de Eurípides. Su director Antonio Cantudo reivindica un lugar para lo clásico. «La educación necesita de la Cultura Clásica, del latín, del Griego, de las raíces europeas, en definitiva, necesita de esas bases para conocerse mejor», concluyó.