El
edificio
de ocio
llegó a
ser el
tercero
más
grande
del
Imperio
Romano,
tras el
de
Cartago
y el de
la
metrópoli,
con 178
metros
de
longitud
Las
investigaciones
arqueológicas
desarrolladas
en el
solar
donde se
instalará
el
Rectorado
de la
Universidad
de
Córdoba
-antigua
facultad
de
Veterinaria-
permitido
constatar
que
Corduba
Colonia
Patricia
albergó
el
anfiteatro
más
grande
del
Imperio
Romano
durante
el siglo
I, sólo
superado
posteriormente
por el
Coliseo
Romano y
el
anfiteatro
de
Cartago.
Tras más
de diez
meses de
investigación,
los
arqueólogos
de la
Gerencia
Municipal
de
Urbanismo
y el
Seminario
de
Arqueología
de la
Universidad
de
Córdoba
han
determinado
que este
espacio
-destinado
a la
lucha de
gladiadores
y la
recreación
de
batallas
históricas-
poseía
un eje
mayor de
178
metros,
sus tres
graderíos
alcanzaban
los
veinte
metros
de
altura y
tenía un
aforo
que
oscilaba
entre
los
30.000 y
los
50.000
espectadores.
Su
período
de
actividad
se
prolongó
desde el
siglo I
hasta
principios
del
siglo
IV.
Después
llegaría
el
expolio
de los
sillares
que lo
integraban
para
reutilizarlos
en otras
construcciones
y el
posterior
asentamiento
musulmán
en la
zona.
El
codirector
de las
excavaciones
y
arqueólogo
municipal,
Juan
Francisco
Murillo,
explicó
ayer que
sobre
una
planta
elíptica
aparecen
muros
concéntricos
conectados
por
otras
estructuras
radiales,
estructura
que
formaba
cuñas
sobre
las que
asentar
los
graderíos
que
conformaban
el
anfiteatro.
Las
investigaciones
han
constatado
que este
edificio
-fechado
en el
siglo I-
poseía
un
«podium»
o
estructura
de
seguridad
entre la
arena y
la zona
destinada
al
público,
y un
graderío
articulado
en tres
zonas:
Ima
Cavea,
la
inferior;
Media
Cavea; y
Suma
Cavea.
Murillo
explicó
que una
de las
peculiaridades
del
edificio
es ser
paradigma
de la
arquitectura
de ocio
hasta el
siglo I,
dado que
el
anfiteatro
hallado
rehuye
de los
pilares
y
apuesta
por las
estructuras
sólidas.
Juan
Francisco
Murillo
apuntó
que las
«cuñas»
formadas
por los
muros
concéntricos
y
radiales
se
rellenaron
de
tierra
para
otorgar
solidez
al
edificio.
Frente a
esta
solución,
el
Coliseo
Romano
optó por
la
estructura
de
pilares
con
bóvedas
que
«permite
ganar un
mayor
espacio
para el
tránsito
de los
asistentes
a los
espectáculos».
Dos
modelos
Este
hallazgo
permite,
pues,
establecer
dos
modelos
constructivos
de los
espacios
de ocio
en el
Imperio
Romano
que
tenían
como
referentes
el
hallado
en
Córdoba
y el
monumental
Coliseo
Romano.
El
director
del
Seminario
de
Arqueología
dela
Universidad
de
Córdoba,
Desiderio
Vaquerizo
indicó a
este
periódico
que
desde un
primer
momento
se
barajó
en la
hipótesis
de que
los
vestigios
localizados
correspondieran
a un
segundo
circo
romano
de
Corduba.
Esta
hipótesis
se
desmontó
cuando
se
analizaron
las
características
de las
estructuras
concéntricas
y se
pusieron
en
contacto
con
vestigios
localizados
en un
diámetro
de 178
metros.
La
coincidencia
de ambos
restos
-se ha
excavado
una
extensión
de 400
metros
cuadrados
para
desentrañar
estructuras
de
cimentación
del
edificio
que
alcanzan
hasta
los
cuatro
metros
de
altura-
llevó a
los
investigadores
a
manejar
la
hipótesis
del
anfiteatro
romano,
reflejada
en
algunos
textos
escritos.
Posteriormente,
en el
transcurso
de las
excavaciones
se
localizó
una
inscripción
que
confirmó,
más si
cabe, la
hipótesis
de que
allí se
encontraba
el
anfiteatro
de
Corduba
Colonia
Patricia.
Esta
inscripción
respondía
a una
reserva
de
localidad
para la
familia
Philipiani,
«una
asignación
decretada
por la
curia de
la
colonia»,
precisa
Vaquerizo.
El
director
del
Seminario
de
Arqueología
de la
Universidad
de
Córdoba
confirmó
que este
hallazgo
completa
el
listado
de
espacios
monumentales
dedicados
al ocio
que
existían
en la
Corduba
Colonia
Patricia,
dado que
ya están
localizados
el circo
-en la
manzana
de San
Pablo- y
el
teatro
-en la
plaza de
Jerónimo
Páez,
junto al
Museo
Arqueológico-.
Vaquerizo
argumentó
que la
existencia
del
anfiteatro
de
Córdoba
venía
avalada
por los
textos
escritos
y por la
aparición
de
lápidas
dedicados
a los
gladiadores.
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