Madrid | EFE 09/02/2007

La cantante canadiense Loreena McKennitt vuelve a la música nueve años después de su último disco con «An Ancient Muse», un «cuaderno de viaje» por la Ruta de la Seda en el que, a través de ritmos étnicos que van desde Grecia hasta Mongolia, profundiza en la Historia «para comprender lo que hoy sucede».

«An Ancient Muse» tiene su punto de partida en «La Odisea», de Homero porque McKennit atraviesa, en sus nueve temas inéditos, «la composición de las culturas a lo largo de la Historia» para responder a «qué hace ir a la gente a la guerra» o para encontrar «la manera de aproximar dos culturas diferentes», describe a Efe Televisión en una entrevista.

Este nuevo viaje de McKennitt tiene tantas paradas como canciones y, mientras inicia su trayecto con «Incantation» desde la localidad griega de Delfos, encuentra la inspiración para «Caravanserai» en el paraje turco de Capadocia y llega hasta China para escribir «Kecharitomene».

Siempre con sus raíces celtas como trasfondo -es hija de una enfermera y un comerciante de ganado de procedencia irlandesa-, McKennitt plasma una paz en su música que proviene de una filosofía que antepone la vida bucólica en una granja a una gran ciudad y una reunión informal de amigos a un encuentro con la prensa.

Este concepto íntimo e itinerante que McKennitt transmite en cada una de sus composiciones y que produce a través de su propio sello -Quinlan Road- logró en 1997 vender dos millones de discos en Estados Unidos de «The book of secrets», que incluía el famoso tema «The Mummers’ Dance».

Desde entonces, y debido a «una gran tragedia familiar de la que había que recuperarse» -perdió a tres seres queridos a bordo de un bote en un lago canadiense-, su silencio musical ha hecho que «An Ancient Muse» sea un disco muy esperado por sus admiradores.

Y, mientras estos años se ha dedicado también a fundaciones de ayuda y rescate en accidentes acuáticos y a reconstruir escuelas en su pueblo natal, para su octavo álbum reconoce que no planeó «las aspiraciones que pueda tener el público con este disco», pero sí sigue creyendo en el valor terapéutico de la música y observa que «lo que se oye y se escucha en estos viajes sí resulta interesante».

«Literatura, arte y espiritualidad religiosa» son, según ella, los ingredientes de un sonido que, desde su debut en 1985 con «Elemental», recoge elementos de música ambiental, ritmos étnicos y solemnidad sacra y que, en esta ocasión, cuenta con instrumentos como el laúd, la lira o la nyckelharpa -un violín folk escandinavo-.

Al contrario de lo que sucedió con su álbum «The mask and the mirror», McKennitt -que acumula unas ventas globales de 13 millones de copias- deja poco espacio en este disco a los acordes de origen español, que tienen sólo tienen cabida en el retrato musical de la cultura sefardí bajo el nombre de «Sacred Shabbat».

Y es que McKennitt se siente «íntimamente ligada» a la cultura hispana y, quizá por ello, la edición española tiene un disco extra en exclusiva, que incluye tres temas en directo extraídos de la actuación que la cantante ofreció el pasado septiembre en la Alhambra de Granada.

«Penelope’s song», «Caravanserai» y «Never-ending road (Amhrán duit)» son las canciones que componen este CD adjunto que muestra el sonido en directo de McKennitt y que las ciudades de Murcia (17 de marzo) y Barcelona (18 de marzo) tendrán la oportunidad de presenciar como fechas confirmadas en su nueva gira internacional.

Este periplo comenzará en Stuttgart el 11 de marzo y pasará por Italia, Reino Unido, Bélgica y Holanda, hasta terminar en abril en Roubaix, en Francia.

McKennitt, cuya música fue utilizada por el personal universo de Jean Claude-Lazon en la película de culto «Léolo», inicia así su primera gira en casi diez años y no descarta embarcarse en un nuevo proyecto porque, así como reconoce que «todos somos una extensión de la historia del otro», extiende esta teoría al hecho de que «el próximo álbum, aunque no está concebido, tiene ya algo avanzado con las sobras de ‘An Ancient Muse'».