Xosé María Palacios | Vilalba (Lugo) 11/02/2007

Dos vías que iban del interior a la costa pasaban por territorio del actual municipio. Restos de una calzada y de zonas dedicadas a ofrendas todavía son visibles hoy.
El pasado romano, aunque menos conocido para la sociedad que el de otros lugares de Galicia, todavía resulta visible en Guitiriz, en donde deja huellas de un valor que se pretende recuperar con varias iniciativas y cuyo origen supone en el fondo un anticipo del papel que el ayuntamiento juega en la localidad.

Dos antiguas vías romanas que conectaban diversos puntos de la Gallaecia con la costa atlántica y cantábrica tienen todavía restos en el término municipal, y reflejan una condición de lugar de paso que en el siglo pasado -con la construcción de la vía del tren, de la N-VI y de la A-6- se convirtió en una de las señas más claras de Guitiriz.

Uno de los caminos que pasaba por Guitiriz en los tiempos de la presencia romana en Galicia era la Vía XX, que iba de Lucus Augusti a Brigantium. El historiador y profesor Javier Gómez Vila, estudioso de ese período, explica que la vía suponía la salida del Lugo romano hacia A Coruña en sentido noroeste siguiendo un trayecto que recorría el sur del actual municipio guitiricense.

La vía está recogida en el Itinerario de Antonino, un documento que -afirma Gómez Vila- data del siglo IV después de Cristo. En el lugar denominado O Fondal -situado al sur de Parga- y en Ponte Moeiro -situado entre Parga y Guitiriz- se ven restos bien conservados de la calzada empedrada. En cambio, agrega que en lugares como O Boedo, más cercanos al actual casco urbano guitiricense, se han perdido restos que en otros lugares podrían encontrarse aún y cuya búsqueda prevé estudiar. La existencia de restos de la caja de la vía y de cascotes y de piedra menuda que se aprecian en lugares cercanos a Parga contrastan, explica Gómez Vila, con la falta de datos que se percibe en el tramo que va de Guitiriz a Portovello, en el límite con la actual provincia de A Coruña.

Dominio del norte

Sin nombre en el mencionado itinerario pero con restos apreciables hoy está una vía que iría de Sobrado dos Monxes a Viveiro por Guitiriz y otros concellos de Terra Chá y de A Mariña y que podría cruzarse con la anterior en la actual villa termal o en sus cercanías. Usando la toponimia actual, el origen de la vía estaba en un campamento militar que controlaba el norte de Gallaecia y que tenía también como cometido el diseño de vías y la supervisión de su construcción; el final se encontraba en una zona de actividad económica -el salazón se realizaba en aquella época en lugares como Area (Viveiro) y Bares-, de modo que el itinerario aseguraba el desplazamiento de los soldados -nunca iban, dice el historiador, campo a través sino por caminos-y garantizaba los movimientos económicos.

En Buriz, al norte de Guitiriz, se conserva una piedra que es una inscripción en honor de los dioses lares, que protegían los caminos. Gómez Vila explica que se trata de un texto en el que se informa de que la colocación del material se realizó en cumplimiento de una promesa.