Carles Gosálbez | Tarragona www.diaridetarragona.com 14/11/2009

Hoy se cumplen 1.461 días del desprendimiento. La situación no ha variado y la restauración aún deberá esperar unos meses. Los sillares desprendidos están en la misma posición en que quedaron el día del derrumbe.

El 15 de noviembre de 2005 un tramo de la muralla romana de unos veinte metros de longitud se vino abajo. Han pasado cuadro años y los bloques de piedra desprendidos siguen repartidos por el suelo de L’Hort de l’Arquebisbe. Ni el acuerdo firmado el 4 de marzo de 2009 por el Ayuntamiento y la Iglesia –propietaria del solar donde está enclavado el sector dañado–, para proceder la «inmediata» reparación de la muralla, ha devuelto los sillares al lugar que les corresponde.

Un episodio de fuertes lluvias fue la causa apuntada como posible origen del derrumbe de la muralla. En cuatro días cayeron sobre la ciudad 118 litros por metro cuadrado. El suceso se produjo a las 10.30 horas y la primera medida adoptada por el Ayuntamiento fue cerrar al público del Passeig Arqueològic por motivos de seguridad.

Desde el 15 de noviembre de hace cuatro años la situación no ha variado, si se exceptúa la colocación de unos llamativos contrafuertes de hierro a ambos lados de la muralla, con la misión de evitar nuevos y desagradables sobresaltos.

La construcción de los contrafuertes finalizó el 2 de marzo de 2006 y su instalación obligó a mantener clausurado el Passeig Arqueològic por espacio de tres meses y medio. La medida fue criticada por algunos sectores vinculados al sector turístico que defendían la tesis que era posible la visita a pesar de las obras.

Urgencia ¿a largo plazo?
El mismo día en que la muralla quedó hecha añicos el Departament de Cultura de la Generalitat emitió un comunicado de prensa donde anunciaba que estaba «definiendo las actuaciones necesarias para su inmediata restauración». Esta afirmación cayó en saco roto y la urgencia se desvaneció en los despachos.

De nada ha servido que el corrimiento de tierras y sillares se produjera en un monumento declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Ni siquiera este sello de calidad ha propiciado una pronta solución para reparar la construcción romana más antigua de la Península Ibérica.

También de forma «inmediata» se tenía que hacer la restauración rubricada en un convenio suscrito el 4 de marzo de 2009 por la teniente de alcalde de Patrimoni Rosa Rossell, el arzobispo Jaume Pujol y representantes del Departament de Cultura de la Generalitat y del Institut Català del Sòl (Incasòl).

El compromiso alcanzado para la nuevamente «inmediata restauración del tramo de muralla» situado en L’Hort de l’Arquebisbe se produjo sólo tres días después de que trascendiera a la luz pública que un fiscal investigaba lo sucedido el ya lejano 15 de noviembre de 2005.

Más meses de retraso
La teniente de alcalde de Patrimoni, Rosa Rossell, se mostró ayer molesta con la decisión del Institut Català del Sòl (Incasòl) de anular la licitación de las obras previstas para la reparación del lienzo de la muralla. «Desconozco los motivos, por que no los han comunicado, pero se me ha informado que todo el proceso tiene que empezar de nuevo». El Ayuntamiento «tiene hecha una reserva de crédito y pensaba que las obras estaban a punto de empezar, pero la decisión de Incasòl implica que se retrasará cuatro, cinco o más meses», añadió.

El descontento de Rossell es manifiesto. La responsable de Patrimoni declaró hace mes y medio que su previsión era que antes de la finalización de 2009 estarían en marcha los trabajos de consolidación de la muralla en los tramos de Portal del Roser y de L’Hort de l’Arquebisbe, a pesar de la supresión del Plan Murallas por parte del Gobierno del Estado. Ayuntamiento e Incasòl serán, en principio, las administraciones que financiarán los dos proyectos, sin descartar una aportación de la Administración Central.

La respuesta de Incasòl
El Institut Català del Sòl respondió ayer a las declaraciones de la concejal Rossell y clarificó la situación. Desde el gabinete de prensa se informó a esta Redacción que la empresa pública «no ha anulado la licitación». Sucedió que «se inició un procedimiento negociado en el que se pedía la comparecencia de tres empresas y, finalmente, sólo se presentaron dos».

Ante esa tesitura, los responsables de la empresa pública consideraron la conveniencia de efectuar una nueva convocatoria, «ya que se quiere que la empresa encargada de hacer las obras de restauración de la muralla sea competente y realice un trabajo de calidad».

La misma fuente contradijo a la teniente de alcalde de Patrimoni. «El Ayuntamiento de Tarragona está informado desde hace tiempo de cómo está el proceso», subrayó.

Según el Incasòl, ya está abierto el nuevo proceso para adjudicar la restauración de los tramos de muralla que coinciden con el Portal del Roser y L’Hort de l’Arquebisbe. «En cuestión de diez días que se haga público el anuncio de la convocatoria».

Las obras de reparación de la construcción romana «podrían empezar, como muy tarde, dentro de tres meses porque, insisto, nuestra intención no era retirar la licitación sino que a la misma acudieran tres empresas para poder tener más posibilidades de elección». Bajo ningún concepto «se ha anulado la obra» de restauración del lienzo que se derrumbó el 15 de noviembre de hace hoy cuatro años.

300.000 euros
Difícilmente se podrá mantener el presupuesto de 300.000 euros calculado en el proyecto de reconstrucción de la muralla aprobado por la Comissió Territorial del Patrimoni Cultural de la Generalitat.

Esta cifra era la que se barajó a finales del pasado año, cuando por aquellas fechas la previsión apuntaba a que las obras comenzarían dentro del tercer trimestre de 2009.

Ante las nuevas noticias que se derivan de la decisión del Incasòl de anular la licitación de las obras, con suerte el tramo de la muralla ubicado en L’Hort de l’Arquebisbe no empezará a recuperar la imagen que tenía antes del 15 de noviembre de 2005 hasta mediados 2010.