E. Gancedo | León www.diariodeleon.es 17/04/2010

Los expertos conocen el nombre de 150 personas pertenecientes a las tribus prerromanas que poblaron León.

El mundo de las gentes que vivían en esta tierra antes de la llegada de Roma está poblado de incógnitas. Prácticamente lo único que sabemos de ellos es lo que nos cuentan los cronistas romanos, sus conquistadores y colonizadores, así que son textos teñidos de la visión interesada del vencedor. Sabemos que, al llegar a este cuadrante peninsular, la vanguardia de la maquinaria romana clasificó a la mayoría de tribus que aquí encontró como pertenecientes al pueblo astur o ástur (astures cismontanos o augustanos corresponderían, más o menos, a los leoneses actuales, con partes de Zamora y Orense, mientras que los astures trasmontanos vivirían, aproximadamente, en la Asturias actual). El ángulo nororiental de la provincia sería de los vadinienses, que suelen adscribirse a la etnia cántabra.

No conocemos la lengua de estos pueblos, salvo por comparación, en algunos de sus elementos (nombres de personas y de dioses, toponimia), con el resto de la Europa céltica a la que, se supone, pertenecieron en lo cultural, y sus costumbres son descritas por Roma como en gran parte bárbaras -”aunque quizás no lo fueran tanto-”.

Como desconocían la escritura, las lápidas, estelas e inscripciones con nombres propios indígenas se crearon a imagen y semejanza de las romanas y cuando el territorio ya estaba romanizado o en vías de integración en el Imperio. También hay ocasiones en que los expertos vacilan en clasificar algunos nombres propios como latinos o como indígenas, aunque lo «extraño» de la onomástica de estos últimos suele ayudar. En otros casos aparecen mezclados.

Y así, actualmente se conocen cerca de 150 nombres de persona, prerromanos, fijados en inscripciones halladas en el actual territorio leonés, según recuerda el director del Museo, Luis Grau, quien también hace ver que las primeras letras con nombres propios fueron hechas por romanos. Son las famosas lápidas vadinienses -”de las que el Museo de León guarda la mejor colección, y que son, además, más antiguas que las encontradas en Asturias y Santander (siglos II-III d. C.)-” las que nos informan de algunos de los primeros nombres autóctonos, no latinos, de los que hay constancia en el territorio leonés.

Así se llamaban. Doidero , Cano Canivesco , Caldaeco y Madugena alzaron una lápida en honor de sus padres (se halló en Crémenes). Maisontine figura en otro epitafio dedicado por su padre (aparecido en Liegos). El epitafio de Abano Munigaligo , de 25 años, se utilizaba como peldaño para subir a un hórreo en Valdoré. El de Balaeso , hijo de Pento , de 30 años, se encontró en Aleje. Otros son los de Arao , o Bovecio , también de 25 años. El de Annuato , hijo de Paramón , de 30 años, lo elevó su amigo Origeno . A Tridio Alonge , de 25, dedicó una lápida su amigo Fronto Doiderigo . Lo encontraron en Remolina, cerca del mismo sitio del que procedía la recientemente recuperada en la que aparece el nombre de Vado Nebira , del clan de los Indeginos, hijo de Anemide , dedicado por su amigo Lugua .

Otros epígrafes salvan del olvido a Virono , hijo de Segisamo , de 35 años, dedicado por su sobrino Cangilo ; a Tureno , mandado hacer por su padre Doidero ; a Alio Pendiegino , consagrado por su hija Venus Labara ; a Ambato , de 30 años (casi todas las edades conocidas giran en torno a la treintena); a Negalo , de 25; a Turanno , hijo de Canivo , puesto por su hermano Sempronio . Cestio Bodo , padre de Cestio Flavio , murió a una edad insólita para la época, 75 años.

Uno de los escasos nombres femeninos es Concordia , que tenía tan sólo 30 meses de edad. Medugeno contaba con 40 años, como Virono Tauro , hijo de Doidero . Caelión , Elanio -”a quien recuerda su amigo Tridalo -”, Iuno Aravo , Andoto Ubalacino , en lápida erigida por Cludamo , Marilio , Necón , Acario , Bodero Bodives , Ablonio Taurino …

Dentro del ámbito astur, es famosa la lápida votiva de mármol esculpida en honor al dios Vago Donnaego por la «República Astúrica» en el II d. C. y hallada en La Milla del Río. Otra astorgana se dedica al dios Vago Caburio . Tito Montanio Frontón, con su nombre ya romanizado, de la tribu astur de los zoelas, tenía 53 años «y 23 de milicia» cuando murió y su esclavo liberto T. Montanio Materno le dedicó una estela funeraria.

En la hoy capital leonesa, la antigua Legio VII, se «reciclaron» numerosísimas lápidas, como material de construcción, para reconstruir, reparar o recrecer las murallas, y de ellas se han extraído en gran número sin que se conozca muy bien su origen exacto. Es el caso del fragmento de estela discoidea dedicada a Terencio Reburro , de 55 años, o la de Attia Maldua , hija de Reburrino , de 58 años.

Escribe Mauricio Pastor Muñoz en su libro Los astures durante el Imperio Romano que, normalmente, «el gentilicio sigue al nombre individual y el nombre del padre se coloca al final, al igual que ocurría en todo el Noroeste hispánico. Esta colocación señala claramente que la entidad social principal era la comunidad de linaje, no la familiar: así, por ejemplo, tenemos Aravo Oilaridum Licini (Aravo, de los oiláridos, hijo de Licinio)».

El documento escrito más antiguo que se conoce sobre los astures es el famoso Edicto del Bierzo, una placa de bronce hallada cerca de Bembibre en 1999 y fechada en el 15 a.C.; en ella se relata una completa descripción de la organización social y política de los astures pero no nos ofrece ningún nombre propio, sólo nombres de gentes o tribus. Comienza así. «El emperador César Augusto, hijo del divino, en su octavo poder tribunicio y procónsul, dice: -˜Conocí por todos mis legados que presidieron la provincia Transduriana, que los del castro de Paemeiobriga , de la gens de los Susarros , se habían mantenido fieles, mientras que los demás eran disidentes. Por ello, a todos ellos les hago donación de inmunidad perpetua y ordeno que posean sin discusión las tierras y en los mismos límites que poseyeron cuando mi legado Lucio Sestio Quirinale gobernó esta provincia». Estos susarri vivirían en la zona del Alto Bierzo.

¿Los primeros nombres? También se detiene Pastor en el Pacto de los Zoelas hallado en Astorga y conservado hoy en el Museo de Berlín. Una lámina de bronce que refleja un pacto de hospitalidad renovado en el año 27 d.C., y ampliado en el 152 d.C., entre dos gentilidades del pueblo astur de los zoelas. Si en la primera parte el contexto es plenamente indígena (nombre de los firmantes del pacto, magistrado de los zoelas, lugar en el que se realiza, la hoy ilocalizada ciudad de Curunda), en la segunda ya es clara la acción de Roma (los firmantes tienen nombres latinos, los magistrados son probablemente legados romanos y el pacto se sella en Asturica Augusta).

Se cree que los zoelas vivían en un área imprecisa que se extendería por lo que hoy es el norte de Zamora, la Cabrera, el Este de Orense… si aceptamos, pues, que ocuparon parte del actual León, los nombres que aparecen en la primera parte del pacto serían los de los primeros leoneses de los que da cuenta la Historia. Son Araus Ablecaeni , Touraius Clouti , Docius Elaesi , Magilo Clouti , Bodecius Burrali y Elaesus Clutami . El magistrado se llamaba Abienus Pentili.