Ashkelon (Israel) | REUTERS 15/12/2010

La efigie, a la que le falta la cabeza y una mano, es de mármol blanco y representa a la diosa Afrodita. La pieza cayó desde una altura de 10 metros al derrumbarse un acantilado en Ashkelon.

Las últimas lluvias torrenciales caídas en Israel han causado grandes daños en lugares con restos arqueológicos pero también ha puesto a descubierto tesoros hasta ahora desconocidos, como una impresionante estatua de mármol de la época romana.

La estatua -una mujer vestida con una toga y sandalias- estuvo sepultada durante siglos, y ahora, tras las lluvias del pasado fin de semana, ha sido descubierta tras el derrumbe de un acantilado en Ashkelon. La efigie, que tiene entre 1.650 y 1.800 años de antigüedad y mide 1,2 metros, está incompleta, pues carece de cabeza.

Casa de baños
Al parecer, la estatua estaba a la entrada de lo que fue una casa de baños de la época romana, ya que junto a ella se encontraban secciones de un suelo de mosaico de colores, que se arruinaron al derrumbarse el acantilado y muchos fragmentos fueron arrastrados por el agua.

“Es una hermosa estatua blanca, le falta la cabeza y parte de una mano. Podría haber sido importada de Italia, Grecia o Asia Menor y podría haber representado a la diosa Afrodita”, ha indicado el arqueólogo Yigal Israel, de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Ashkelon.

Pies delicados
“La mujer representada lleva una toga y está apoyada en una columna cuadrada de piedra, su ropa fue esculpida meticulosamente, los dedos de sus pies son delicados, vemos sus sandalias y su pecho pequeño. Simplemente una estatua bellísima”, ha destacado.

Según el arqueólogo, la estatua cayó al precipicio desde una altura de 10 metros cuando se derrumbó el acantilado, pero sorprendentemente ha resultado “ilesa”, y ha estimado que la cabeza y la mano perdidas ya le faltaban incluso desde la época romana.

Un transeúnte ha sido el que ha descubierto la estatua y el que ha avisado a las autoridades. “Rescatamos la efigie a la altura de las olas del mar con una grúa” proporcionada por el Consejo de la ciudad de Ashkelon, ha relatado.