Santillana del Mar (Cantabria) | EFE 20/06/2011

El filólogo y ensayista Carlos García Gual ha dedicado gran parte de su vida a la difusión de los clásicos griegos y latinos y a «conocer y comunicar» un pasado que «merece pervivir en nuestra imaginación» y que sirve para entrelazar «las voces de ayer» y el mundo actual.

«La filología ayuda, en gran medida, a viajar por el tiempo, a conocer lo más digno de la existencia humana», dijo hoy García Gual, protagonista de la primera jornada del ciclo «Lecciones y maestros», que por quinto año consecutivo se celebra en Santillana del Mar y que, por primera vez, está dedicado al ensayo.

En ediciones anteriores este ciclo se centró en escritores como Carlos Fuentes, José Saramago, Juan Goytisolo, Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Arturo Pérez-Reverte, Ángeles Mastretta, Luis Mateo Díez y Rosa Montero, entre otros.

Pero, como afirmaba hoy el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Salvador Ordóñez, en tiempos de crisis como los actuales era interesante contar con la visión de varios ensayistas que puedan arrojar algo de luz con su «análisis riguroso y reflexión ponderada y equilibrada, y apunte de soluciones de futuro».

«Parece que la única solución/salvación es el diálogo, la propuesta, el debate, el razonamiento sereno sin violencia ni coacción, y esa es la función del ensayo», señaló el rector de la UIMP, tras las palabras de bienvenida de Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana. Por eso el ciclo estará protagonizado, además de por García Gual, por el historiador y ensayista Santos Juliá y por el escritor y periodista Vicente Verdú.

Catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense, García Gual (Palma de Mallorca, 1943) se considera ante todo «un lector impenitente, fatalmente disperso, desordenado, selvático y diletante». Desde niño vivió rodeado de libros y en la biblioteca de su abuelo en Palma leyó a Julio Verne, Conan Doyle, Homero, Cervantes, Galdós y Unamuno, entre otros muchos autores. Esa «temprana vocación de lector omnívoro y miope» decidió su destino.

Y ese destino lo llevó a convertirse en «filólogo experto en evocar textos y mitos antiguos». Pero García Gual sigue siendo «un aficionado a las letras en general» y conserva «el interés por la literatura, la historia y la filosofía», es decir, vive, «como Quevedo en conversación con famosos y sabios difuntos».

«Soy un lector hedónico, como Borges, con curiosidad oceánica, socrático, vagabundo, escéptico, independiente e irreverente», señaló García Gual antes de afirmar que por eso practica el ensayo, para «invitar al lector a compartir reflexiones, sospechas y asombros».

Fundador de la prestigiosa Biblioteca Clásica Gredos, García Gual confesó que echa de menos «la vivaz atmósfera cultural y los programas» de la Facultad de Filosofía y Letras en la que se licenció en Filología Clásica en 1965.

La universidad actual, afirmó el helenista, «tiene más medios técnicos, pero ofrece menos ilusiones y perspectivas» que cuando él estudió, en esa época que fue «la lentísima agonía del tardofranquismo», cuando «el existencialismo, el marxismo, el estructuralismo, coincidían con la novela experimental y el cine neorrealistas y había un ambiente contestatario e inquieto».

García Gual ha mantenido «una lealtad perenne» a las obras del «viejo Homero», autor que ha releído y enseñado «durante medio siglo». Pero, como ensayista, ha escrito también sobre autores y temas que le parecían «poco conocidos o mal tratados», como Epicuro y los cínicos, los primeros filósofos, los comienzos de la novela en Grecia y Roma, los mitos artúricos, la leyenda novelesca de Alejandro y las interpretaciones y relecturas de la mitología.

Entre sus obras, destacó «El eclipse de la literatura y otros avisos humanistas», que trata de «la crisis universitaria y acaba con Borges». También es autor de «Los orígenes de la novela», «Mitos, viajes, héroes», «Epicuro», «Historia del rey Arturo» y «Prometeo: mito y tragedia».

Maestro de filólogos, García Gual solo se considera «un profesor envejecido en el trato de los clásicos», y ha procurado, «en tiempos difíciles, combinar apego a la gran tradición con la apuesta por la modernidad». Y ha vivido convencido de que, «más allá de lo presente, lo local y efímero, la cultura y la literatura abren y renuevan nuestra sensibilidad y nuestra comprensión del mundo». EFE-Cantabria amb/me

FUENTE: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=854667