En unas antiguas termas romanas descubiertas en la población inglesa de Carlisle en 2017, un equipo de arqueólogos ha realizado el extraordinario descubrimiento de unas 30 piedras semipreciosas, de unos 2.000 años de antigüedad, que fueron talladas a mano y que decoraron los anillos que portaba la élite romana. Estas gemas se desprendieron y sus propietarios las perdieron en una de sus visitas a los baños.

J. M. Sadurní www.historia.nationalgeographic.com.es 31/01/2023

Como parte del proyecto Uncovering Roman Carlisle (descubriendo la Carlisle romana), en 2017, arqueólogos de Wardell Armstrong, una consultora especializada en medioambiente, ingeniería y minería, y que cuenta con un destacado equipo de arqueólogos e investigadores, descubrieron en Carlisle Cricket Club, en el distrito de Stanwix, los restos de unas termas construidas durante la estancia en la antigua Luguvalium (la actual Carlisle) del emperador Septimio Severo, que se alojó en el lugar a principios del siglo III, en el transcurso de sus campañas en Escocia.

La casa de baños se encuentra cerca del fuerte romano que se alzaba en el lugar, Uxellodunum, cuyo significado es «fuerte alto», también conocido como Petriana, la mayor fortaleza romana que defendía el Muro de Adriano (un conjunto de fortificaciones defensivas que recorrían Gran Bretaña y que fue impulsado por el emperador Adriano en el año 122).

Uxellodunum se levantó precisamente para controlar los territorios al oeste de la actual Carlisle y los cruces del río Eden. El fuerte estaba protegido por un regimiento auxiliar de caballería (conocido como Ala Petriana), a cuyos miembros se había concedido la ciudadanía romana por el valor demostrado en el campo de batalla.

LAS GEMAS PERDIDAS

En el transcurso de las primeras excavaciones que se llevaron a cabo en estas termas, salieron a la luz diversas habitaciones, un hipocausto (sistema de calefacción por suelo radiante), tuberías de terracota, pavimentos intactos, azulejos pintados y diversos fragmentos de ollas. Sin embargo, en la última campaña de excavaciones los arqueólogos han hecho un sensacional hallazgo. Al parecer, mientras disfrutaban de su ocio en los baños, posiblemente varios oficiales romanos de alto rango perdieron las gemas que estaban engarzadas en sus anillos. Y es precisamente este tesoro oculto lo que los arqueólogos acaban de descubrir.

Los investigadores creen que las gemas pudieron haberse caído en el agua y fueron a parar a los desagües de las piscinas cuando estas se vaciaron para limpiarlas. Frank Giecco, experto en la Gran Bretaña romana y arqueólogo de Wardell Armstrong, afirma que los antiguos romanos adherían las piedras de los anillos con una especie de pegamento vegetal (que no era muy resistente) y que con el vapor de los baños posiblemente se desprendieron. Estas gemas grabadas, conocidas como intaglios, datan de finales del siglo II o III d. C. e incluyen una amatista en la que se muestra a Venus sosteniendo una flor o un espejo y un jaspe marrón rojizo que representa a un sátiro.

LA TÉCNICA DEL HUECOGRABADO

«No se encuentran gemas de este tipo en sitios frecuentados por personas de bajo estatus. Lo que significa que no es algo que habrían usado los pobres. Algunos de los huecograbados (una técnica de grabado hecha a mano con un buril) que decoran estas gemas son minúsculos, de entre 5 y 16 milímetros. La habilidad de los artesanos que grabaron cosas tan pequeñas es increíble«, se maravilla Frank Giecco.

Pero las gemas no son los únicos hallazgos realizados durante los trabajos en las termas. Durante esta campaña, los arqueólogos también han desenterrado más de 40 horquillas para el cabello, 35 cuentas de vidrio, una figura de Venus de arcilla, huesos de animales y azulejos con sellos imperiales impresos, lo que hace suponer a los investigadores que esta casa de baños era una construcción monumental utilizada no solo por la guarnición acuartelada en Uxellodunum, sino también por la élite romana que vivía en Luguvalium.

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