Almudena Álvarez | Palencia www.elmundo.es 24/06/2010

Encuentro de una veintena de expertos en la villa romana. Castilla y León es un ejemplo de gestión del patrimonio.

Todos coinciden: lo romano está de moda. Primero estaban ‘Espartaco’, ‘La caída del Imperio Romano’, ‘Aníbal’, ‘Ben-Hur’ y hasta ‘La vida de Brian’. Luego llegó el boom de la novela histórica y el retorno del peplum, –las películas de aventuras ambientadas en la Roma Antigua-, con ‘Gladiator’, ‘Troya’ y ‘Alejandro’. Ahora, aunque en otro plano, está la villa romana La Olmeda, situada en Pedrosa de la Vega (Palencia), que ha contribuido a poner en el candelero de nuevo la importancia de la cultura «a la romana».

Al menos así lo reconocieron una veintena de expertos, representantes de los principales yacimientos romanos de España, que se han reunido sobre estos vestigios del Bajo Imperio y coincidieron en que La Olmeda es «una buena receta» de por donde tiene que ir los tiros.

Pedro Mencía, director de la villa romana de Almenara-Puras fue más lejos todavía, al afirmar que La Olmeda «es un conjunto magnífico, tanto por el contenedor como por el contenido» y aseguró que con Almenara-Puras, «Castilla y León tiene en Palencia y Valladolid las dos villas mejor conservadas de toda España».

Cerca del público
El caso es que directores y arqueólogos de museos, yacimientos, villas romanas, parques, conjuntos y zonas arqueológicos, se pasearon por La Olmeda y hablaron de gestión y programas de actuación, debatieron sobre el futuro de la musealización, compartieron inquietudes, preocupaciones y estrategias para aprovechar todos los mecanismos y fórmulas disponibles y ponerlos al servicio de cada recurso, con el objetivo final de aproximar el patrimonio al publico.

Y es que si hubo dos cosas que quedaron muy claras ayer es que «lo romano siempre ha estado de moda» y que una vez superada la fase de concienciar a la sociedad sobre la conservación del patrimonio, «hay que apostar por devolver a la sociedad lo que ha invertido en ese patrimonio en forma de conocimiento».

Esto lo dijo Pedro Ángel Fernández de la Vega, director del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria y director del yacimiento de Julióbriga y Camesa, en Cantabria. Pero también lo compartió el director del Museo Nacional de Tarragona y director de las villas romanas de Centcelles y Els Munts, en Tarragona, Francesc Tarrast. Habló de socializar el conocimiento porque «los museos no son para los eruditos, son para la sociedad». Una sociedad por cierto globalizada en la que «todos tenemos que mirar a todas partes, buscar lo mejor de cada uno, debatir ideas, sugerencias, inquietudes y sobre todo dar a la sociedad lo que demanda».

Recuperar el tiempo
Un mundo globalizado en el que se reconoció que Castilla y León «está recuperando a mucha velocidad el tiempo perdido», colocándose en posiciones de cabeza en cuanto a la conservación y promoción del patrimonio.

De hecho Tarrast aseguró que las capacidades se han equilibrado y Castilla y León «ha pillado» a Cataluña, hasta ahora ejemplo de gestión del patrimonio. «Calladitos están haciendo una operación muy buena de sensibilidad y de operativa social, recuperando elementos del pasado, integrándolos y generando programas y propuestas muy sociales», sostuvo.

En esta línea, el director de Almenara Puras aseguró incluso que esta comunidad está invirtiendo la tendencia y acortando distancias con otras comunidades españolas, que como Cataluña, le sacaban ventaja. Y es que Castilla y León tiene repartidos por su geografía numerosos recursos romanos que se complementan unos a otros: las minas de las Médulas, en León, la ciudad romana de Asturica Augusta, el teatro de Clunia, las villas señoriales del Bajo Imperio Romano de La Olmeda y Almenara. «Conocer un centro invita a conocer otro», apuntó Mencía porque a través de todos los vestigios que hay en Castilla y León se pueden reconstruir casi todos los aspectos de la vida romana. Una vida que forma parte de nuestra esencia individual y colectiva, porque somos descendientes directos de esa civilización, de la que sin duda seguimos bebiendo hoy en día.