www.cultivalibros.com 13/06/2011

Antonio Navarrete nos acerca la mitología clásica a través de la mirada de sus alumnos.

Ante el reto que supuso la aparición de la nueva asignatura de Cultura Clásica en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), muchos docentes de lenguas clásicas de toda España comenzamos a elaborar materiales didácticos que resultasen atractivos al alumno en este primer año de contacto con el mundo clásico. La mitología y su proyección en el arte se revelaron como uno los temas más rentables.

Pues bien, ‘Crónicas mitológicas. Un año de Cultura Clásica’ es el compendio de las actividades realizadas en los primeros años de experimentación de la asignatura en cuestión. Las más sorprendentes, sin duda, han sido aquellas que trataban de recrear y dramatizar los temas mitológicos.

Los alumnos, impresionados por la belleza y fantasía de los mitos, han tomado parte en la narración como verdaderos protagonistas, dejando volar su imaginación con ingenio y creatividad, unas veces reflexionando sobre un tema, otras actuando como auténticos reporteros, y siempre aplicando grandes dosis de humor e ironía. El resultado ha sido como escribir un manual de mitología en equipo.

El autor
Antonio R. Navarrete Orcera es Doctor en Filología Clásica y Catedrático de Griego del Instituto de Educación Secundaria San Juan de la Cruz de Úbeda (Jaén). Es también Profesor-Tutor en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Tras sus primeros trabajos, dedicados a lexicografía (Léxico jurídico de Demóstenes), literatura (Alexis: introducción, traducción y notas a los fragmentos) y didáctica del griego (adaptación del método Leer griego de Cambridge; La enseñanza del griego en España; Actividades de mitología; Frases célebres y anécdotas de los antiguos griegos, en esta misma editorial), su investigación se ha centrado en revalorizar el mundo clásico y detectar su influencia a lo largo de los siglos, tanto en la imagen (Guía de pintores mitológicos; Manuales de mitología en España (1507-2002); La mitología en los palacios españoles) como en el texto (Los griegos y la educación en valores: 1000 consejos; La victoria de los valores: consejos de la antigua Grecia, editado en Argentina). Ha publicado también artículos en revistas de la especialidad e impartido ponencias en cursos de perfeccionamiento. Actualmente trabaja en un ambicioso proyecto: elaborar una guía mitológica de los palacios, villas y museos de toda Italia.

Un fragmento: el nacimiento de Atenea
Mito: El primer amor de Zeus fue Metis, de quien tuvo a Atenea. A punto de dar a luz, Gea y Urano le revelan que si Metis tenía un hijo, éste arrebataría a Zeus el poder. Así persuadió a Metis para que se convierta en una mosca y se la traga. Cuando llega el momento del parto, Zeus llama a Hefesto para que le parta la cabeza de un hachazo: de ahí nació una joven completamente armada, Atenea.
Fuentes plásticas: Nacimiento de Atenea, vaso de figuras rojas de Vulci, 560 a.C., Museo Británico.
Actividad: Describe la escena del parto de Zeus.

<<¡NO PUEDO MAS! ¡AHHG! ¡Este dolor de cabeza va a acabar conmigo! ¡Y todavía no han inventado la aspirina! ¿Qué hago yo ahora? Aquel día todo era confusión y alboroto en el Olimpo. Zeus gritaba y, como loco, se puso a lanzar rayos a diestro y siniestro. Tierra y cielo temblaban, mientras los demás dioses intentaban, sin conseguirlo, calmarle un poco: Hera: Cariño, tranquilo. ¿No ves que vas a crear un desastre. Es un simple dolor de cabeza. Zeus: ¿Calmarme? ¡Calmarme!, calmarme, calmarme, calmarme. ¡No puedo! Me duele, me duele. Apolo: ¡Ay que ver, pues no pareces un crío chico! Si quieres toco un poco mi lira, y ya verás. Si la música ablanda a las fieras, también podrá hacer algo contigo. Hefesto: Yo creo que simplemente con un certero golpe de mi hacha... Zeus: ¡Animal! ¿Qué me quieres hacer? ¿Dejarme sin cabeza?... Aunque mirándolo bien, así ya no me dolería. ¡Adelante! Hera: ¡Pero tú estás loco! ¿Vas a dejar que te corten la cabeza sólo porque te duele? Hefesto: ¡Tú calla, mujer! Si es un simple toquecito... A la una, a las dos y a las tres... ¡Un momento! ¡Veo un yelmo! En ese momento la tierra se paró, el mar cesó su movimiento y dejó de llover en toda la tierra. El cielo se abrió, salió el sol y de la cabeza de Zeus, ya armada, nació Atenea, la de los ojos claros.>>
Belén Cuadra Mora

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