Auxiliadora Villar | Sevilla www.elcorreoweb.es 01/04/2010

Las obras de la nueva ronda de circunvalación han sacado a la luz tres asentamientos y más de 130 enterramientos entre Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas.

Siempre se dice que en Sevilla y sus pueblos se hace una obra y sale a la luz la Historia, y esta vez ha sido en medio del campo, a medio camino entre Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas donde los trabajos de la nueva ronda de circunvalación SE-40 han dado con los restos de tres asentamientos humanos de los primeros años de nuestra era.

La necrópolis excavada en el punto kilométrico 4,200 del segundo tramo de la SE-40, en la que desde el verano pasado se han encontrado alrededor de 130 enterramientos, la mitad de ellos cremaciones, hacía presumir a los arqueólogos que han trabajado en la zona que se encontraban junto a asentamientos humanos de la época.

Así, en la sucesión de las catas arqueológicas en este entorno se han identificado tres yacimientos correspondientes a tres villas romanas, fechadas en distintos siglos del Imperio. Fuentes del Ministerio de Fomento señalaron que la más antigua, Adaines II, es una villa romana altoimperial del siglo II d.C. en la que se han encontrado reestructuraciones posteriores.

El yacimiento denominado Torrequinto corresponde a una mediana villa romana altoimperial, fechada entre los siglos II y IV de nuestra era. Tenía dos edificios independientes construidos con posterioridad a la necrópolis que, según los expertos, se construyeron anexos a la zona sacra que ya existía.

La tercera villa romana, Pozo de la Culebra, era más pequeña, alto y bajoimperial, y en ella se han encontrado restos de pequeñas termas.

Los hallazgos más importantes que se han encontrado corresponden efectivamente a la época romana, desde los restos de muros y cimentaciones de las estructuras inmuebles, a los restos de inhumaciones de la necrópolis, vasos y ánforas cerámicos, monedas y varios albeus -pequeñas termas-.

Pero no son los únicos. También se han hallado algunos restos previos del paleolítico medio y algunos de época posterior a la romana, de la alta y baja Edad Media de origen árabe, e incluso posteriores en el Pozo de la Culebra.

Lluvias. Uno de los temores que existían es que las fuertes lluvias que se han sucedido a lo largo de los tres meses de invierno perjudicaran los restos encontrados. Desde el Ministerio de Fomento han señalado que los posibles elementos que pudieran verse comprometidos al ser arrastrados por las aguas cuando llegó el temporal a mediados de diciembre ya se habían estudiado, extraído y retirado -se trata de los restos humanos, cerámicas y monedas, entre otros objetos-.

En el lugar donde se hallaron sólo quedan los restos de edificaciones: las trazas de muros y de cimentaciones y los albeus, de los que se va a retirar uno para conservarlo. Será la Consejería de Cultura la que decida su destino final.