A. Rotaeche Ciarreta | Cádiz www.diariodecadiz.es 18/07/2011

Este fin de semana tuvo lugar la primera de las Cenas en el Gades Romano, en el Yacimiento Arqueológico Casa del Obispo, que durarán hasta septiembre.

Cayo Julio César llega, tras un largo viaje para consultar al famoso oráculo de Hércules sobre su próxima empresa en las Galias, al hogar en Gades de Lucio Cornelio Balbo, político y noble romano, quien ofrece un banquete en su honor. Un banquete aderezado con manjares como aceitunas, atún, pez espada, dátiles y muchos frutos, regado con mucho vino y acompañado de danzas en honor a los dioses o una representación del mito de Coronis y Apolo. Los presentes, nobles de Gades, asisten a las ceremonias en honor al César mientras disfrutan de la comida y la bebida, placeres típicamente romanos; y el propio Balbo expresó su deseo de que ésta fuera «la primera de muchas cenas», paseándose junto al César en torno a las mesas de los invitados.

Éste es el escenario de las Cenas en el Gades Romano, que un verano más vuelven a celebrarse en el Yacimiento Arqueológico Casa del Obispo durante los meses de julio, agosto y septiembre. Los asistentes deben sentarse a la mesa vestidos a la moda romana, en el patio entre la Casa del Obispo y la catedral, y prepararse para disfrutar de una trama palaciega en la que un joven esclavo urde un inteligente plan para conseguir la libertad, aprovechándose de personajes simpáticos como el tonto Escobilla, un Julio César bajito y amanerado o el propio Balbo, retratado como un romano natural y espontáneo. Entre plato y plato, las danzas de bailarinas y sátiros amenizan la velada, aunque quizá llega un punto en el que son algo repetitivas. También pequeños chistes, incluso alguno en alusión al «acueducto» en construcción, hacen que la cena, abundante por cierto, transcurra rápidamente pese a sus tres horas de duración, desde las ocho y media hasta las once y media.

El menú, compuesto de los gustatio(fruta, dátiles, aceitunas y pan romano con atún en manteca), la mensa prima(emperador al estilo Toroni), caputcenae(pollo numídico), la mensa secunda(ova sgongia ex lacte, o lo que es lo mismo, crepes con leche, melón y nueces), y el merun(vino de rosas, vino tinto y mulsun, es decir, vino melado caliente), se inspira en el recetario de Marco Gavio Apicio, el único heredado de los romanos, y está elaborado por el restaurante Rayuela.

En un principio, uno puede asistir un poco reticente, pero poco a poco todos los pequeños detalles, como la vajilla de cerámica, y en gran medida el entorno, hacen que los «ilustres invitados», como se refieren los actores en múltiples ocasiones a los presentes, se trasladen a la época romana. Los platos y el vino son servidos por esclavos muy conseguidos que no se dirigen a los comensales y miran al suelo, sin expresión alguna, con tatuajes con el nombre de su amo; y entre plato y plato se pasean entre los asistentes con cuencos de agua con pétalos de rosa para que éstos se limpien las manos. Sobre las nueve y media, cuando comienza a anochecer, se encienden las velas alrededor del patio, creando una atmósfera de otro tiempo que acrecienta la sensación de encontrarse en los tiempos de la República(romana, ojo).

Los asistentes, en su mayoría familias o parejas mayores, parecen sentirse cómodos, algunos estirados en los chaise longue, disfrutando de esta cena tan diferente, que constituye una alternativa al ocio típico estival.

Para todo aquel que quiera disfrutar de una noche en el Gades romano, y disponga de cuarenta euros, puede hacerlo durante las noches de todos los viernes de julio, agosto y septiembre, a partir de este viernes 16 de julio. El evento corre a cargo de la asociación Monumentos Alavista.

En el corazón del gaditano Barrio del Pópulo hay pues una opción para las noches de verano que gustará o no, pero que es diferente y promete sorpresas y originalidad.

De hecho se trata de una velada peculiar, en casa de Cornelio Lucio Balbo el Mayor, que encantará a los más «peliculeros», y en la que no habrá que soportar la presencia del temido garum, esa famosa salsa, a base de vísceras de pescado y diversas especias, que los romanos usaban para aliñar sus manjares y que ningún cocinero ha conseguido hacer comestible.

FUENTE: http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/1023210/veladas/casa/lucio/balbo/mayor.html