Lucía R. Insua | Lugo www.lavozdegalicia.es 08/06/2007

Las armas y armaduras que usaban son algunas de las piezas más curiosas. Más de cien reproducciones permanecen en el centro Uxío Novoneyra.

Por qué un hombre se convertía en gladiador, dónde entrenaba, qué comía o cómo se pertrechaba para combatir en la arena del anfiteatro son algunas de las preguntas que encuentran respuesta en la exposición sobre gladiadores que desde el lunes se puede visitar en el centro Uxío Novoneyra. Su combates nacieron vinculados a los ritos funerarios de la aristocracia, pero acabaron convirtiéndose en el mayor espectáculo de la Roma antigua. Igual que ocurre hoy con los partidos fútbol, hace 2.000 años las gentes acudían a primera hora al anfiteatro para conseguir las mejores localidades -algunos asientos estaban reservados- y había gladiadores famosos a los que el público jaleaba por su nombre.

¿Pero qué había antes y después del combate? La muestra de Lugo ofrece abundantes retazos para acercarnos a la vida que llevaban estos luchadores profesionales, muchos de los cuales eran romanos condenados, esclavos o prisioneros de guerra que vivían en pésimas condiciones y se entrenaban en escuelas privadas especializadas ( ludi gladiatora ). En ellas recibían intensas jornadas de adiestramiento bajo una disciplina férrea que preparaba tanto su cuerpo como su mente para el combate cuerpo a cuerpo.

Además de los elementos de entrenamiento, como las armas de madera con sobrepeso que contribuían a fortalecer los músculos, en el sala de exposiciones del Uxío Novoneyra los visitantes pueden observar un camastro como los que utilizaban los gladiadores para descansar, y que constituía uno de los escasos elementos de su ajuar. Las comidas eran a base de alubias, cebada y carne, que ayudaban sobremanera a la puesta a punto de los luchadores.

Las 103 piezas expuestas son reproducciones de elementos arqueológicos reales que se encuentran en museos, en mosaicos o en grabados de tumbas, según indica el diseñador Ricardo Cagigal, que en octubre presentará el libro en que se basa esta muestra: Del rito funerario romano a la lucha de gladiadores .

Pertrechados para la lucha

Uno de los aspectos que más llama la atención son las armas y armaduras con que se preparaban los gladiadores antes de saltar a la arena de anfiteatros como el Coliseo de Roma o el de El Djem, en las proximidades del desierto tunecino. De esta manera existían numerosas modalidades de cascos, espadas, tridentes, lanzas, panoplias -armadura completa-, grebas -pieza similar a una espinillera que cubría la pierna desde la rodilla al pie- y manicae -protección que se disponía en el brazo que portaba la espada-, y cada luchador tenía su estilo propio. De su elección y de la suerte dependía en buena medida que saliese o no victorioso de la contienda. El objetivo de la vestimenta y los pertrechos era evitar heridas que les impidiesen seguir luchando y conseguir la derrota del rival, fuese otro hombre, fuese una fiera. Si vencía, además del reconocimiento del público, el gladiador podía lograr su libertad merced a la benevolencia del emperador. Pero si luchaba mal, perdía su honor y en el peor de los casos hasta la vida. Entonces era arrastrado al expolarium .

Prueba de la enorme fama que tenían los juegos públicos entre los romanos son los grafitos que se han hallado en restos de paredes y muros de algunas ciudades, y que reproducen escenas de gladiadores en combate, así como nombres y mensajes de estímulo hacia los ídolos. En la exposición, que permanece abierta hasta el domingo de cuatro a nueve de la tarde, se pueden contemplar varias de estas reproducciones.

GLADIADOR: De la vestimenta que eligiese el gladiador dependía que saliese o no victorioso.
ESCUDOS: Estas protecciones se empleaban para evitar heridas que impidiesen seguir luchando.
TRIDENTE: Junto con lanzas y espadas, esta arma causaba grandes heridas al rival.
CASCOS: Existían numerosas modalidades de cascos y cada gladiador tenía su estilo.
LETRINAS: Los gladiadores hacían sus necesidades en un lugar común. Para asearse usaban una esponja de mar, un palo y un cubo de madera.