Carles Gosálbez | Tarragona www.diaridetarragona.com 16/10/2009

El hallazgo prolonga hasta las proximidades del cauce del río la red urbana y el mapa de la ciudad antigua.

La intervención arqueológica que desde hace unas semanas se lleva a término junto al párking disuasorio del Passeig de la Independència, en un solar flanqueado por Vidal i Barraquer, Torres Jordi y la prolongación de la calle Manuel de Falla, ha puesto al descubierto restos de una amplia colección de edificios tardorromanos.

Maite Miró, arqueóloga de la Generalitat, declaró ayer al Diari que es pronto para relacionar los restos con el tipo de construcción al que corresponden, pero «podrían ser de viviendas y almacenes. Se tiene que profundizar más para acabar de definir el tipo de edificación». La evidencia indica que se trata de construcciones de «época tardorromana».

La arqueóloga de los Serveis Territorials de Cultura informó que en el solar donde han aparecido las estructuras pétreas «se hace una excavación en extensión donde, de momento, han salido varias estancias».

En la medida que avance la intervención arqueológica se conocerán nuevos datos de un yacimiento localizado en un espacio muy rico en presencia de estructuras romanas.

Tarraco crece hacia el río
A inicios de la década de los noventa la tendencia de los arqueólogos era a negar la posibilidad de que en esta zona de Tarragona hubieran restos de época antigua. En el mejor de los casos, se referían a almacenes vinculados a la actividad marítima.

Las intervenciones llevadas a término con motivo de la prolongación de la calle Pere Martell entre Eivissa y Reial y los trabajos arqueológicos previos a la construcción de múltiples edificios entre las calles Jaume I y Francesc Bastos pusieron al descubierto gran diversidad de estructuras romanas como canteras, una fuente de quince metros de longitud, una villa, un mínimo de dos termas, varios sarcófagos y mausoleos, una lavandería y tramos de calles en cuyo pavimento conservaban las marcas dejadas por las ruedas de carruajes.

La excavación que se realiza en el solar que ocupó la Azufrera Pallarés es una nueva demostración de la expansión territorial que alcanzó Tarraco. La gran cantidad de edificios que están apareciendo constatan que la ciudad se extendió hasta el cauce del río Francolí.

Junto al Camí de la Fonteta
Los restos están ubicados a menos de cien metros de distancia del Camí de la Fonteta, donde en una excavación reciente se ha hallado la impronta de tres mausoleos, de una vía y de edificios, tres elementos que fueron construidos en distintas cronologías.

A menos distancia está el edificio de la antigua fábrica de Tabacalera y futura sede del Museu Nacional Arqueològic de Tarragona. Entre 1922 y 1932 un equipo de arqueólogos comandados por Joan Serra Vilaró desenterró dos mil tumbas en el espacio hoy conocido como Necrópolis Paleocristiana. Los restos encontrados ahora permitirán ampliar el mapa urbano de la ciudad de Tarraco en época tardorromana.