Roma | EFE 01/04/2010
En las inmediaciones del área arqueológica se encuentran también importantes monumentos como el Coliseo, los Foros Imperiales y varias basílicas.
La Domus Aurea de Roma, el «palacio dorado» donde el emperador Nerón estableció su residencia privada durante sus últimos años de vida, sufrió este martes un desprendimiento en una de sus galerías, durante los trabajos de restauración que se llevan a cabo en el monumento, que se levanta a pocos metros del Coliseo. En esa área arqueológica, que es una de las zonas más turísticas de la capital italiana también se encuentran los Foros Imperiales y varias basílicas.
El desprendimiento de la Domus Aurea de Roma se produjo en la conocida como Galería Trajana, que da acceso al complejo arqueológico, y que se encuentra bajo unos jardines. Unos sesenta metros cuadrados se desprendieron del techo de la galería debido a las filtraciones de agua habidas a causa de las últimas lluvias.
La zona afectada estaba cerrada al público en el momento del derrumbe, aunque los bomberos han establecido un perímetro de seguridad en la zona mientras determinan el alcance total del suceso. Desde el 2005, el «palacio dorado» permanecía cerrado al público por las labores de restauración a las que estaba siendo sometido y por el riesgo de desprendimientos por el agua que se filtra en la época de lluvias en los jardines que se encuentran sobre el monumento.
El Coliseo y los Foros Imperiales
En las inmediaciones del área arqueológica de la Domus Aurea, una de las zonas más turísticas de la capital italiana, se encuentran también importantes monumentos como el Coliseo, los Foros Imperiales y varias basílicas. Construida por el emperador Nerón (37-68 d.C.) tras el gran incendio que asoló Roma en el año 64 d.C, la Domus Aurea fue concebida como una representación del cosmos y estaba vinculada al movimiento del sol y de las estrellas.
Además de los acabados en oro que la caracterizaron y le dieron nombre, en los techos de sus galerías destacaban las incrustaciones de metales semipreciosos y de láminas de marfil. Años después de su creación, Vespasiano recuperó el edificio para el disfrute de los ciudadanos con el propósito de ganarse el favor del pueblo romano. El edificio ha sido cerrado y abierto de manera parcial al público en varias ocasiones y, con las obras que se estaban llevando a cabo desde 2005, se esperaba poder garantizar su apertura completa dentro de dos años.