Madrid www.elpais.com 14/05/2007
La falta de conservación y el calentamiento global perjudican los cimientos de la colina del Palatino y los monumentos se agrietan.

Roma, la capital imperecedera, sede del Imperio Romano y de la Cristiandad durante siglos, se está deteriorando. Lo que no ha logrado el paso del tiempo lo está consiguiendo la dejadez del Ministerio de Cultura y el cambio climático, según informa la web BBC News. El Foro, el Coliseo y los edificios de la colina del Palatino están expuestos a la falta de atención.

El presupuesto del Ministerio de Cultura es insuficiente porque además de los millones que cuesta conservar el legado arquitectónico de la antigua Roma, tiene que proteger las ruinas que se descubren casi cada semana.

Una de las últimas situaciones de alarma sucedió en noviembre de 2005, cuando un muro del siglo XVI se hundió en una zona muy visitada, cerca del palacio del emperador Tiberio. El suceso obligó a las autoridades a investigar la estabilidad de la colina y de sus monumentos.

El subsuelo de la colina del Palatino se parece a un queso Emmental. Está perforada por decenas de cavidades, que son el resultado de siglos de excavaciones y trazado de túneles. Si a ello se añade que los romanos no demolían los antiguos edificios sino que edificaban sobre ellos, la inestabilidad de los cimientos de muchos monumentos se duplica. Las autoridades ya han advertido el peligro del deterioro de los edificios y han cerrado muchas áreas, de manera que menos de la mitad de la colina está abierta al público.

«La colina del Palatino se modificó completamente en la antigüedad. Parte de la colina fue desgajada y en su lugar se construyeron los monumentos», ha señalado a BBC News el arqueólogo británico Andrew Wallace-Hadrill. «Las buenas noticias son que los antiguos romanos construían de manera más sólida de lo que lo hacemos hoy -alguien se imagina una estructura moderna que sobreviviera 2.000 años de abandono y dejadez?- pero si dejas que el terreno que lo sostiene se desplace se agrietará y al final caerá», ha advertido.

Las condiciones meteorológicas no ayudan. Debido al calentamiento global, las lluvias son más intensas e inundan la ciudad con mayor frecuencia. El agua se cuela en las galerías subterráneas y erosiona los cimientos de la colina. Algunos expertos están pensando restaurar el sistema de alcantarillado de la Antigua Roma para ayudar a drenar el agua de las lluvias.

El arquitecto que dirige el mantenimiento del Coliseo, Piero Meogrossi, sostiene que dispone de la tecnología para estudiar los cimientos de la colina y formas relativamente baratas de reparar las grietas. Pero le faltan los fondos necesarios. Meogorssi ha declarado a BBC News que sólo recibe 500.000 euros, lo que, según precisa, únicamente cubre las reparaciones corrientes.

Pero como los arqueólogos siguen descubriendo ruinas, el presupuesto se reduce aún más. Una de las excavaciones más recientes es la que dirige arqueólogo italiano Andrea Carandini. «Cuanto más excavas, más problemas das», se lamenta. «Pero si quieres que los turistas sigan viniendo tienes que ofrecerles alguna novedad».

Wallace-Hadrill explica que se trata de un trabajo muy interesante porque Carandini está excavando las viviendas de los primeros reyes de Roma. «Pero es increíblemente complicado, y a menudo la única manera de proteger lo que acabas de descubrir es volver a taparlo con tierra otra vez», añade.

Un recinto que no se puede volver a tapar es la Domus Aurea, el palacio dorado de Nerón, una parte del cual acaba de ser restaurada y reabierta al público. Los techos estaban cubiertos originalmente con oro, marfil y perlas. Sus salones y pasillos decorados con frescos discurrían bajo tierra y se conservaron gracias al emperador Trajano, que enterró el edificio de Nerón bajo los cimientos de su propio complejo de termas.