Los
últimos
hallazgos
relacionados
con
las
villas
romanas
en la
provincia
de
Córdoba
se han
localizado
en la
barriada
de
Santa
Rosa.
En
este
lugar
se
ubica
(concretamente
en el
solar
que
Construcciones
Andaluzas
Tirado
tiene
en la
calle
El
Algarrobo)
una de
las
villas
mejor
conservadas
hasta
el
momento,
fechada
en el
siglo
II y
correspondiente
a una
familia
influyente
de la
época.
La
Consejería
de
Cultura
de la
Junta
anunció
que
los
restos
se
conservarían
debido
a su
importancia,
con lo
que la
empresa
-que
pretende
levantar
un
bloque
de
viviendas
de
lujo-
espera
ahora
la
autorización
de la
institución
autonómica,
después
de que
replanteara
su
proyecto
para
integrar
los
hallazgos,
entre
los
que se
encuentran
mosaicos
figurativos
de
gran
valor
que
ocupan
la
mayor
parte
de las
estancias.
En
ella
se ha
identificado
un
patio
octogonal
rodeado
de
columnas,
en
torno
al
cual
se
distribuyen
varias
estancias,
además
de dos
estructuras
hidráulicas:
un
estanque
y una
fuente
monumental.
La
villa
es de
gran
riqueza
ornamental.
Igualmente
se
deben
conservar
los
restos
de un
patio
o
peristilo
hallados
en la
Manzana
de
Banesto
-que
al
parecer
están
vinculados
a la
misma
villa;
de
hecho,
este
solar
también
da a
la
calle
El
Algarrobo-,
solar
en el
que se
descubrió
un
mosaico
que
rodeaba
un
patio
de
planta
cuadrada
en el
que
habría
una
fuente
central.
Este
patio
(que
tendría
cuatro
columnas
a cada
lado),
posee
un
escalón
circular
inscrito
dentro
del
cuadrado
del
patio.
A su
vez,
el
círculo
tiene
un
octógono
inscrito
en su
interior,
también
con un
nivel
superior,
y, más
hacia
el
centro,
aparece
otro
círculo
con un
nuevo
octógono
dentro,
que
correspondería
a la
fuente
citada.
Respecto
a los
hallazgos
de los
que ya
se
tenía
constancia,
hay
que
citar
a la
villa
de El
Ruedo,
localizada
en
Almedinilla,
de
tipo
rústico
y
considerada
como
una de
las
más
importantes
de
Andalucía,
debido
a su
buen
estado
de
conservación.
Son
conocidas
además
en
Córdoba
la
villa
de
Fuente
Álamo
(Puente
Genil)
-también
rústica-
y la
de
Cercadilla,
que
posee
tanto
rasgos
de las
villas
urbanas
como
otros
propios
de
producción.
Hace
años
se
encontró
otra
villa
romana
en el
barrio
de
Santa
Marina,
con
piletas
de
opus
signinum.
Ésta
tenía
características
de las
urbanas
y de
las
rurales.
A esta
lista
(es
una
aproximación)
habría
que
añadir
una
nueva
villa
(si
finalmente
se
confirma)
encontrada
en el
Paseo
de la
Victoria,
en la
que
han
hallado
un
mosaico
bicromo
con
motivos
marinos,
que la
Gerencia
de
Urbanismo
aún
está
estudiando.
Las
claves
de la
vida
cotidiana
en el
campo
Aunque
la
vida
romana
estaba
centrada
en la
ciudad,
había
muchos
habitantes
en el
campo,
cultivando
la
tierra,
sembrando
y
recogiendo
cosechas.
Los
agricultores
producían
los
alimentos,
materiales
y el
aceite
de los
que
dependía
la
ciudad.
A las
familias
acaudaladas
les
agradaba
huir a
retirarse
a sus
fincas,
donde
gozaban
de la
vida
campestre.
Por
eso
mandaron
construir
hermosas
casas
de
campo
(villae)
con
toda
clase
de
lujos,
como
baños.
Y es
que lo
cierto
es que
pocas
casas
disponían
de
baño
propio,
ya que
la
mayoría
de las
personas
acudían
a las
termas,
que
eran
los
grandes
establecimientos
públicos
de
baños.
En
cuanto
a los
usos
que
tenían
estas
villas
rústicas,
destaca
la
explotación
de las
huertas.
Por
eso,
en las
villas
rurales,
los
arqueólogos
han
encontrado
a
menudo
almacenes
(que
buena
parte
de
ellos
debieron
ser
sótanos
o
semisótanos)
para
ánforas,
pesas
de
telar,
adobes,
telares,
cisternas,
molinos
y
cerámica,
como
fue el
caso
de la
intervención
realizada
en el
Cerro
de la
Cruz (Almedinilla).
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