La Villa Romana de la Estación de Antequera tiene mucha más extensión de la que hasta ahora se había podido comprobar técnicamente. En concreto, se estima de su superficie es de unos 185.000 metros cuadrados, frente a los 110.000 ya delimitados.

Estos son sólo los primeros datos obtenidos del estudio del subsuelo mediante georradar que desde hace dos meses vienen acometiendo especialistas de la Oficina de Transferencias y Resultados de la Investigación (OTRI) de la Universidad de Granada en la zona.

El responsable de la actuación, José Antonio Peña, con experiencia en la materia, incluso en la Antártida, explicó que la recopilación de datos «ya está bastante avanzada y dan una idea de que existen materiales soterrados bajo un cultivo de olivar situado al otro lado de la carretera, con perfiles de hasta 300 metros de extensión».

La técnica utilizada consiste en un radar de subsuelo, una técnica de prospección geofísica no destructiva, que emite ondas electromagnéticas al interior de la tierra y captura las reflexiones que esa onda produce donde hay un cambio de materiales.

Toda esta información se almacena en una especie de ordenador para su posterior análisis de laboratorio. Una labor complicada, según Peña, ya que cada día de trabajo de campo equivale a una semana de trabajo en laboratorio.

Este estudio, que se prolongará durante al menos dos meses más, permitirá a la Consejería de Obras Públicas la elaboración del proyecto del paso elevado de la circunvalación norte, cuyo trazado original pasaba por el yacimiento. El alcalde de Antequera, Ricardo Millán, comentó que una vez finalizado el estudio, «se sabrá dónde se pueden colocar exactamente los pilares de dicho paso sin que la villa sufra deterioro alguno».

El proyecto se completará con un edificio ubicado junto a la carretera, dedicado a la interpretación del yacimiento romano de la Estación.