www.hola.com 02/11/2009
La última de Amenábar no se rodó en Alejandría sino en la isla principal de este archipiélago. En pleno Mediterráneo, ha visto desfilar a todos los grandes pueblos que dominaron el Mare Nostrum.
El estreno de Ágora, la última película de Amenábar, ha contribuido a rescatar de sus cenizas el esplendor de la vieja Alejandría y, de paso, ha generado un auténtico boom editorial alrededor de la figura de Hipatia, la astrónoma, matemática y filósofa que vivió en el siglo IV en la mítica ciudad egipcia, dominada en aquellos días por un Imperio Romano en pleno declive, y sobre cuya vida han surgido más de una decena de títulos en los últimos meses.
Lo suyo, claro, habría sido rodar la película en Alejandría, pero para desgracia de Amenábar –y del resto de la Humanidad–, la cuna del saber que fue su célebre Biblioteca, el Faro y tantos otros tesoros de este antaño crucial puerto del Mediterráneo yacen esparcidos en el fondo del mar como consecuencia de los desastres naturales, los incendios y la barbarie. Hubo pues que buscar otra localización, y Malta, en pleno Mare Nostrum, resultó la elegida.
Esta isla que viera desfilar a fenicios y griegos, cartagineses y romanos, árabes, normandos y, por supuesto, a los Caballeros de la Orden de Malta, sirvió también como escenario para los rodajes de Gladiator, Troya, El Conde de Montecristo y, entre muchas otras, la también recientemente estrenada Vicky el Vikingo.
En marzo de 2008, Amenábar y su equipo desembarcaban para un rodaje de cuatro meses realizado íntegramente en la isla. Sin embargo, cosas del cine, no todo lo que se ve en Ágora existe realmente en Malta. La Biblioteca, el anfiteatro, los templos paganos y los cristianos, el ágora, la vía Canópica y demás monumentos ‘antiguos’ en los que se llevó a cabo prácticamente el 80 por ciento del rodaje se reconstruyeron en un descomunal decorado levantado dentro del Fuerte Ricasoli, erigido en el siglo XVII por los Caballeros de Malta a la entrada del Grand Harbour.
Las demás localizaciones sí se hicieron en las verdaderamente antiguas ciudades de La Valetta, la capital de la isla que atesora un espectacular casco antiguo adornado de iglesias barrocas, palacios y cúpulas cercado por las poderosas fortificaciones con las que los Caballeros blindaron su bahía contra los ataques otomanos. Y también se rodó en Mdina, la ciudad más antigua de la isla, con su cogollo peatonal cosido de nobilísimos palacetes e iglesias y horadado de catacumbas en las que muchos cristianos se escondieron de los romanos antes de que, como puede verse en Ágora, fueran ellos quienes acabaran imponiendo su religión.
Algunas pistas
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Más información: Turismo de Malta