J.H. | Segovia www.eladelantado.com 22/02/2010

Alrededor de treinta personas participaron ayer en el primer itinerario didáctico sobre el monumento y la ciudad romana a través de sus restos arqueológicos, incluido en el ciclo de Caja Segovia “Segovia y Roma”.

Alrededor de treinta personas participaron ayer en el primer paseo didáctico organizado por Caja Segovia dentro del ciclo “Segovia y Roma”, descubriendo los secretos del Acueducto. A través de este itinerario, desde el primer desarenador del monumento situado en la avenida Juan de Borbón, y hasta el Alcázar, se quiso dar a conocer a los ciudadanos la obra hidráulica y la ciudad romana a través de los vestigios arqueológicos que se han documentado en distintas excavaciones llevadas a cabo en la parte alta de la ciudad.

El Acueducto es una obra hidráulica única y espléndida, una de las obras más soberbias de los romanos en la península. La mayoría de estudiosos lo datan en el siglo I. Posiblemente sea una de las mejores obras de ingeniería civil en España. El paseo se inició en el conocido desarenador de Chamberí, que data de los siglos XV-XVI, donde se eliminaban las impurezas del agua y además se regulaba el caudal. Tras atravesar el entorno de la iglesia de San Antonio el Real, es donde el Acueducto empieza a ser visible y se ubica el segundo desarenador, muy parecido al primero, con sillares de factura romana. En este tramo comienzan los arcos formando un solo piso de arquerías.

Ya en el Azoguejo, el Acueducto presenta su máxima altura, a lo largo de una serie de 43 arcos. Siguiendo el monumento se alcanza el Postigo del Consuelo, desde donde se observa todo el trazado de la obra. Es el punto donde los arcos vuelven a desaparecer, aunque los canales continúan por la zona alta de la ciudad, hasta el Alcázar.

Durante el recorrido se aprovechó para visitar el hotel Casa Mudéjar, junto a la Plaza Mayor de Segovia, donde se pudo observar una impresionante escalinata de acceso a un importante edificio romano, junto con otros elementos medievales y modernos. Este elemento indica un edificio de notable importancia y constituye uno de los escasos retos significativos in situ de la todavía poco desvelada ciudad romana de Segovia.

El itinerario concluyó en el Alcázar donde está documentado el último punto arqueológico del Acueducto, a través de un escrito de 1504 de las ordenanzas del agua del puente de la ciudad de Segovia, en tiempos de la reina Doña Juana.

El programa de recorridos didácticos del ciclo “Segovia y Roma”, que se desarrollará hasta el 30 de mayo, continuará con diferentes rutas: por la cacera del Acueducto, y por los restos arqueológicos de las localidades segovianas de Armuña, Aguilafuente y Coca.

El programa, que tiene un presupuesto de 240.000 euros, incluye también exposiciones didácticas, publicaciones, teatro, ciclos de conferencias, y la restauración por la entidad de ahorro de un fragmento de pintura mural hallado en la calle de la Judería de Segovia en 2008, que se encuentra en el Museo Provincial de Segovia.