C.M. | León www.elmundo-lacronica.com 14/10/2007

Los trabajos de restauración que desde hace meses se desarrollan en la sede de la Fundación Sierra Pambley han dejado al descubierto restos romanos pertenecientes al cuartel general de la Legio VII, los Principia.

Los restos hallados en la excavación pertenecen al cierre este del cuartel general y complementan los descubiertos en excavaciones anteriores. Su hallazgo permite conocer y establecer el perímetro del cuartel de mando del campamento romano.

Unos metros más allá se encuentran los restos descubiertos en 2003 en el solar de la calle San Pelayo, también denominados Principia.

Sin embargo la suerte de estos dos lugares ha corrido de forma completamente opuesta. La huella romana, visible en la ciudad de León, unas veces se rescata y otras se entierra, según determinen las instituciones responsables.

Los restos descubiertos en Sierra Pambley, un canal de tégulas y un tramo de una calle romana de más de 9 metros de ancho, no serán sepultados por toneladas de tierra. Todo lo contrario. Se expondrán al público gracias a dos lucernas situadas en lo que será el salón de actos de la Fundación, tal y como explican los gestores de la misma.

El rescate y protección de estos restos arqueológicos se ha decidido tras dictaminar la Junta, competente en materia de patrimonio, que son importantes y deben preservarse y mostrarse.

Fuentes de la dirección de la Fundación Sierra Pambley aseguran que prácticamente se han visto obligados a desarrollar un proyecto de restauración de la sede en la que se integran los restos romanos y se exponen. Además, desde la Junta se ha recordado a la Fundación su implicación con el mundo cultural de León y su defensa del patrimonio leonés.

Ante este dictamen los responsables de Sierra Pambley han decidido musealizar los restos arqueológicos descubiertos.

Este interés de la Junta por preservar los restos del cierre este del cuartel general de la Legio VII contrasta con el dictamen emitido, por los mismos técnicos, en 2004 sobre los Principia, los restos descubiertos en el solar de San Pelayo y de mayores dimensiones que los hallados en Sierra Pambley.

En aquella ocasión, la comisión territorial de Patrimonio dictaminó que, una vez estudiados y datados los restos, se tenían que enterrar. Pero no sólo se pronunció con esta contundencia la comisión. La polémica que suscitó el informe de los arqueólogos de la Junta, los mismos que ahora exigen musealizar los restos de Sierra Pambley, llegó hasta las Cortes.

El presidente de la Junta, en el Pleno del 13 de septiembre de 2005, avaló el informe de los arqueólogos y sostuvo que los restos de San Pelayo, los más abundantes y extensos de los Principia, carecían de interés museístico y podía construirse en el solar.

El delegado de la Junta en León, Eduardo Fernández, asegura que en 2004 se optó por dictaminar el entierro de los restos de San Pelayo «porque el Ayuntamiento no presentó en su defensa ningún plan museístico o que contemplara la conservación de la huella de los Principia». Ahora, por contra y según Eduardo Fernández, la situación es diametralmente opuesta porque la Fundación Sierra Pambley sí presentó un proyecto para musealizar los restos y exponerlos.

El delegado de la Junta abunda aún más en la polémica asegurando que los restos de San Pelayo no fueron defendidos por el Ayuntamiento, presente en la ponencia en la que se analizaba su preservación o soterramiento. Eduardo Fernández afirma que la Junta siempre apostó porque los Principia de San Pelayo se investigaran y luego se habilitara una cripta bajo el edificio para mostrarlos al público.

Tres años después de aquel dictamen, los restos de San Pelayo siguen enterrados y el solar sumergido en un litigio entre el Ayuntamiento y los propietarios. Hasta el Consejo de Europa determinó su importancia y apostó porque León recuperara su pasado romano y lo rentabilizara, porque poseía restos romanos militares únicos en Europa.

A partir del mes de enero parte de esos restos se podrán visitar en el salón de actos de la Fundación Sierra Pambley. Los de San Pelayo aún siguen bajo tierra.