Gregorio Mármol | Cartagena (Murcia) www.laverdad.es 10/10/2010

En un año estará acabada la obra del parque arqueológico, que abrirá las 24 horas del día y tendrá accesos con escaleras mecánicas.

Mirar hacia lo alto del cerro del Molinete desde cualquiera de las calles aledañas es darse de bruces con una amplia colina tan árida como el desierto de Arizona. Las casas del antaño barrio chino de la ciudad dejaron primero su lugar a montones ingentes de escombros y, después, a amplios solares colmados de matorral, basuras y plagas de insectos. Pero una cosa y la otra ya son una pequeña parte de la inmensa historia de Cartagena. Ahora el cerro aparece coronado por las polvaredas de los movimientos de tierras que levantan máquinas excavadoras. Es la evidencia de que al Molinete le ha llegado la hora y en apenas dos años estará rivalizando con el Parque Torres como mirador privilegiado de la ciudad. Así lo esperan en el Ayuntamiento.

«Vamos a hacer un pulmón verde en lo alto de la ciudad, un gran mirador accesible para que pueda ser disfrutado por todo el mundo. Será un gran área de esparcimiento y paseo», explica el concejal de Urbanismo, Joaquín Segado, a modo de declaración de intenciones.

Los once mil metros de terreno del Molinete han sido divididos en tres partes: una corresponde a los yacimientos arqueológicos ya excavados en la zona de las calles Honda y Balcones Azules, donde próximamente comenzará la obra de protección con una gran visera; una segunda corresponde a las parcelas urbanizables existentes en la parte posterior de la calle San Fernando y en el eje de la Morería Baja, donde se actuará posteriormente. La tercera, la más extensa, corresponde con la que hay ahora en obras, en pleno cerro.

La empresa Transportes Europeos del Campo de Cartagena SL es la encargada de realizar esta transformación urbanística con un presupuesto de 3,78 millones de euros, financiados con fondos del Plan E.

Tránsito a todas horas
Dos escaleras mecánicas especiales para exteriores darán acceso al nuevo parque desde las calles San Fernando y Honda, aunque también se podrá entrar por las calles San Vicente y Balcones Azules. Como en de Los Juncos y a diferencia de los parques Torres y Cornisa (sobre el Teatro Romano), el Molinete no tendrá puertas.

La idea es que el entramado de sendas y caminos tenga tránsito de peatones a cualquier hora del día. Además de los restos arqueológicos, los jardines serán acondicionados con flora autóctona y arbolado que dé sombra en los meses más soleados.

El parque tendrá como gran atractivo los restos arqueológicos que están siendo recuperados en las zonas norte y este de la parcela. Entre todos ellos destaca la recuperación de parte del lienzo de la Muralla de Felipe II (año 1570) que discurre en paralelo a la calle San Fernando y se hallaba oculta hasta ahora bajo rellenos posteriores y maleza. Además, ha sido excavado frente al nuevo centro de salud de la calle San Vicente un baluarte perteneciente a la Muralla del Deán (año 1550).

La recuperación arquitectónica de los dos antiguos molinos del cerro también será una realidad en pocos meses. Uno de ellos, el conocido como molino ermita de San Cristóbal (porque fue usado en la antigüedad como oratorio) tendrá acceso directo desde la calle Honda.

Cafetería con vistas
Otro de los grandes atractivos del parque será la cafetería que habrá en la parte superior de las ruinas arqueológicas de la calle Honda. «Tendrá una terraza con vistas a la ciudad», anuncia Segado.

Todo ello será realidad en algo más de un año. «Hay que tener en cuenta que es una obra muy compleja, que va siendo modificada para mejorarla en función de lo que va apareciendo en las excavaciones. No contábamos, por ejemplo, con el baluarte de la Muralla del Deán y se está incorporando al proyecto. Esto, a su vez, tiene implicaciones en el proyecto de urbanización pues está en una parcela urbanizable», explica el concejal.

Excavaciones arqueológicas
Entre los restos arqueológicos hallados en las excavaciones desarrolladas en la parte alta del cerro destacan una serie de estructuras de época tardorrepublicana asociadas a un templo anterior localizado junto a una pequeña capilla dedicada a la diosa siria Atargatis, según destaca el Ayuntamiento en la memoria del proyecto del parque.

Este documento también hace referencia a que en las inmediaciones del molino ermita de San Cristóbal fueron localizados hace años los restos de un supuesto ‘castellum aquae’, es decir, una estructura destinada al almacenamiento y posterior redistribución de agua a la ciudad en época antigua.

Estas intervenciones arqueológicas son independientes a las que la Comunidad Autónoma realiza en la falda sur del cerro, en las inmediaciones de las calle Honda y Balcones Azules. Allí, la Consejería de Cultura tiene previsto iniciar en breve las obras para instalar una gran cubierta de protección de ese yacimiento.

Se trata de una cubierta traslúcida especialmente diseñada para que la luz natural ilumine de día las estructuras de viviendas romanas. De noche, la cubierta será iluminada con luz artificial. Esta actuación tiene un presupuesto cercano a los 1,4 millones de euros.

Joaquín Segado recuerda que anteriormente el Ayuntamiento ha invertido otro millón de euros en el arreglo de la calle Balcones Azules, cuya anchura ha sido ampliada hasta los cuatro metros (para que puedan acceder vehículos de grandes dimensiones) gracias a la construcción de una estructura subterránea de hormigón que vuela sobre los restos arqueológicos. El yacimiento de la falda sur será acondicionado por el consorcio turístico Puerto de Culturas, que lo incorporará a su red de museos sitios visitables.