Granada www.teleprensa.es 05/02/2010

Se trata de un estudio sobre el verso favorito de los comediógrafos, y acaso la forma métrica latina más popular de la que se tiene conocimiento.

“Versvs Qvadratvs. Crónica milenaria de un verso popular”, es el título del libro que el profesor Jesús Luque Moreno, del Departamento de Filología Latina de la UGR, ha publicado en la Editorial de la Universidad de Granada (EUG).

Se trata de un estudio sobre el septenario trocaico, verso favorito de los comediógrafos, y acaso la forma métrica latina más popular de la que se tiene conocimiento, en el que la versificación cuantitativa helenizante terminó identificada con el tetrámetro trocaico cataléptico que, a decir del autor, “responde con gran probabilidad a un verso autóctono, herencia indoeuropea que desde tiempos prehistóricos habría tenido fuerte arraigo en la península itálica donde, al lado del saturnio, que se especializó en la expresión poética más elevada, habría sido vehículo de otro tipo de cantos en la poesía popular: canciones de niños, coplas satíricas, cantos de soldados, etc.

Por ello se ha podido afirmar que nuestro septenario es sin duda el verso latino más popular que conocemos y fue por ello el favorito de los comediógrafos”.

El autor advierte de la dificultad de la documentación y el problema de las fuentes, dado que los materiales de que se dispone, sobre todo en las etapas más antiguas, son, además de escasos, inseguros. “Llegan a nuestras manos –afirma Jesús Luque– solo por vía indirecta y pasados, en consecuencia, por el tamiz de la lengua y la literatura cultas, helenizadas. Ni siquiera la epigrafía, de la que en este sentido cabría esperar mucho, brinda un apoyo especial; los versos populares que con frecuencia recogen las inscripciones lo son, sobre todo, en el otro sentido del término, en el de formas cultas más o menos popularizadas.”

Los versos populares o vulgares están escritos en latín vulgar o latín familiar; el latín hablado en cada época, “latín –afirma el autor del libro– en el que no se excluyen las posibles influencias del literario, bien del coetáneo, bien del que se fijó como norma en la literatura clásica”. Y esta lengua participa del mismo sistema que la literaria y se atiene en lo esencial a los mismos principios y estructuras fonológicas, prosódicas o morfosintácticas.