Valencia | EUROPA PRESS 31/07/2006
La arqueóloga Rosa Albiach, directora de las campañas de excavación que se llevan a cabo desde 2001 en La Carència (Turís) aseguró hoy que los trabajos de excavación «podrían demostrar que estamos ante la enigmática urbe iberromana conocida como Kili/Gili».

Valencia | EUROPA PRESS 31/07/2006
La arqueóloga Rosa Albiach, directora de las campañas de excavación que se llevan a cabo desde 2001 en La Carència (Turís) aseguró hoy que los trabajos de excavación «podrían demostrar que estamos ante la enigmática urbe iberromana conocida como Kili/Gili».
Según esta experta, «sin duda, La Carència es uno de los yacimientos que opta a ser la enigmática ciudad iberromana, acuñada como Kili/Gili en algunas monedas valencianas, dada su gran entidad, su
vasta extensión de 8,5 hectáreas, la presencia de tres murallas defensivas y recintos fortificados, así como su amplio periodo de ocupación durante más de siete siglos y la gran cantidad de yacimientos que han sido detectados alrededor de esta peculiar ciudad-estado», explicó.
Dada su importancia en las épocas ibérica y romano-republicana, la Diputación de Valencia inició en 2001 el segundo proyecto de intervención general en La Carència, tras un primer proyecto dirigido por Milagros Gil-Mascarell a principios de los años 70, en el que se descubrió la secuencia cronológica y estatigráfica del yacimiento. La corporación provincial ha consignado un total de 14.000 euros al Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) para el desarrollo de los trabajos durante el mes de julio de 2006.
La Carència es un poblado de gran extensión que tiene una continuidad de ocupación desde el Bronce Final (IV a.C.), pasando por las épocas ibérica, romana republicana y romana imperial, hasta alcanzar el siglo III d.C.
Albiach declaró que «habría que plantearse la función de este ‘opidum’ romano respecto al control del territorio», puesto que «podría depender de Valentia o Saguntum y ser así un control desde el interior, porque aunque no es una ciudad grande sí es un enclave menor ideal para controlar el río Magro, navegable entonces y punto de entrada de muchos productos tal y como atestiguan los hallazgos cerámicos itálicos y griegos en las inmediaciones de La Carència».
Dentro de los yacimientos de época iberromana en tierras valencianas destacan sus ciudades. Se conoce Arse/Saguntum, Edeta/Llíria, Saiti/Saetabis/Xàtiva, Kelin/Caudete de las Fuentes.
Algunas de estas urbs acuñan moneda tanto en época ibérica como en el periodo posterior romano-republicano, según se desprende de los hallazgos de cecas valencianas, entre los que se adscribe las monedas de acuñación bilingüe Kili/Gili, cuyo mayor volumen de hallazgos se ha realizado en tierras valencianas.
«La Carència, posible Kili, es uno de los poblados más desconocidos de la Comunitat Valenciana, porque se ha estudiado más recientemente que otros», aclaró Albiach.
La zona de La Carència y su territorio están ubicadas en un área que no disfrutaba, hasta el inicio de las investigaciones del SIP, de un estudio pormenorizado de la organización del territorio y sus pobladores, tal y como sí se ha realizado en las áreas de Edeta y Kelin (actual Caudete de las Fuentes).
Gracias a los trabajos de la investigadora Milagros Gil-Mascarell acometidos en los años 1971 y 1972, se dató la secuencia cronológica de una parte del yacimiento, así como el tipo de construcciones. La pretensión del SIP, al retomar el estudio del yacimiento en 2001, fue consolidar el yacimiento, dada su importancia en las épocas ibérica y romano-republicana, y ratificar su evolución cronológica y urbanística así como también realizar una valoración del territorio.
Los trabajos arqueológicos en La Carència, correspondientes a la campaña de excavaciones de 2006 comenzaron con los trabajos de consolidación de las tareas de años anteriores y el inicio de nuevas localizaciones «que hemos concluido con la detección de dos nuevos yacimientos iberos y dos villas romanas, que se unen a los 64 yacimientos ya conocidos dentro del terreno próximo a La Carència», destacó Rosa Albiach.
Las excavaciones se han centrado en la puerta de la muralla meridional del segundo recinto fortificado. «Estamos ante un yacimiento que es fuente inagotable de información, como es el caso de la construcción de sus murallas, cuya técnica helenística de construcción, conocida como emplecton, es muy difícil de encontrar en otros poblados, con su doble muralla con tirantes», subrayó la arqueóloga
Junto a la muralla, construida en el siglo III a. C., cuando la segunda Guerra Púnica estaba en marcha, también ha sido descubierto un tapiado posterior, que dataría del siglo I a. C., «y nos permite poner el yacimiento en relación con las guerras sertorianas y dar así información sobre la actividad e importancia del poblado», apuntó.
NUEVAS TECNOLOGIAS
Junto a los estudiantes y licenciados en Historia que trabajan en La Carència, bajo la dirección de Rosa Albiach, también hay un equipo interdisciplinar formado por técnicos de diversas materias para ayudar y completar la labor arqueológica.
Es el caso de los trabajos de topografía del yacimiento. «Este año comienzan los trabajos de restitución fotogramátrica del yacimiento que permitirán visualizar y comprender mejor las estructuras, construcciones y el conjunto del poblado», indicó la directora de los trabajos.
Según comentó Albiach, «la Universidad Politécnica de Valencia pasará un georradar por la zona para ver las estructuras del subsuelo y estudiar la conveniencia de futuros trabajos».
El poblado de La Carència está ubicado en el extremo oeste de la sierra El Portell. Actualmente se puede acceder a él desde tres caminos. La llanura donde se sitúa La Carència está bañada por numerosos barrancos y salpicada por algunos picos no muy elevados que son el soporte de poblados de las culturas del Bronce e Ibérica.
Además, el río Magro creó con sus continuos desbordamientos algunas terrazas aluviales sobre las que se ubicaron ‘villae’ romanas.
Desde La Carència, se alcanza a divisar, por el sudoeste y al fondo, la sierra de Dos Aguas y el poblado ibérico de Pico de los Ajos (Yátova), y por el sudeste, el puerto de Buñol. Al norte, se contemplan las últimas estribaciones de la sierra Calderona y, tras la actual Loriguilla, se ve la cima de la ciudad ibérica de Edeta (actual Llíria). Hacia el este, y en un día claro, el mar Mediterráneo.