María Iglesias | Gijón www.lne.es 05/06/2008
«Las películas de romanos hacen barbaridades con la narración histórica». «Para divulgar el conocimiento siempre será mejor ver un filme histórico que escuchar la charla de un erudito».
Reconoce que le encantaba ir al cine a ver «una de romanos» y que no deja escapar la oportunidad de volver a visionar «Espartaco» cuando la reponen durante las tardes de Semana Santa. Y es que Juan Jesús Alonso, profesor de Filosofía y uno de los miembros del colectivo colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Antonio Rico, acaba de publicar un libro en el que no sólo disfrutarán los apasionados del cine, sino también «aquellos a los que les guste la historia». El documentalista Jorge Alonso y el también profesor de Filosofía Enrique Mastache han participado junto con Alonso en la edición del libro «La antigua Roma en el cine». El sábado se presentará, a las ocho de la tarde, en el Gallery Art & Food.
-¿Qué se encuentra en este libro, cine o historia?
-Es una obra curiosa, dedicada a todos aquellos a los que les guste tanto la historia como el cine. No es un libro para especialistas, sino para público general, aunque a los especialistas también les va a gustar. Intentamos no caer en la profusión de los datos y ser amenos en las explicaciones que ofrecemos a los lectores.
-¿Qué método de trabajo han empleado?
-Utilizamos las viejas películas de romanos para hablar de historia. El cine se convierte en una excusa. Hemos analizado en profundidad un total de 20 películas, que van desde las peores como «Rómulo y Remo» hasta «Constantino el Grande», pasando por «La caída del Imperio romano». Por supuesto, no nos olvidamos de «Ben-Hur» o «Espartaco».
-¿Cómo han seleccionado las películas?
-Pues las hemos seleccionado teniendo en cuenta el orden cronológico y la explicación de datos históricos, aunque en esa selección también hemos incluido películas bastante malas. Luego también realizamos la selección teniendo en cuenta los gustos personales de cada uno.
-¿Los filmes de romanos respetan los hechos históricos?
-¡Qué va!, las películas de romanos cuentan muchas barbaridades. Nosotros procuramos distinguir entre películas de faldita corta y películas de faldita larga. Las de faldita corta son aquellas que utilizan la excusa de la historia para ofrecer acción y chicas en minifalda. Son sobre todo los filmes de la época monárquica. Luego están los de falda larga, que son aquellos más rigurosos y en los que se suele respetar más la historia. De todas formas, nunca son el cien por ciento fieles a la realidad, siempre siguen la máxima de que «la historia no estropee ninguna escena», algo en lo que, en parte, estamos de acuerdo, pero no es necesario perder el aroma y la atmósfera verdaderos.
-¿Se aprende mejor la historia gracias a las películas?
-Claro. Aunque no respeten de forma fiel la realidad siempre son didácticas. Pero hay que tener cuidado porque la mitad de las personas de mi generación creció creyendo que Nerón había incendiado Roma y supongo que los chavales de esta generación creerán que Cómodo mató a su padre, cuando no es cierto. De todas formas, para divulgar la historia es mucho mejor una mala película histórica, que es más espectacular, que un ensayo de un erudito.