Celia Herrera | Mérida www.hoy.es 14/09/2007

El lunes comenzará la segunda fase de las excavaciones para descubrir cómo era su fisonomía original Financiado por Cultura, es uno de los proyectos de investigación más importantes del país.

Investigadores de toda Europa retomarán la próxima semana uno de los proyectos arqueológicos más importantes que se están desarrollando ahora en el país, y que se ha convertido en un referente a nivel continental: la excavación y estudio multidisciplinar del Teatro y Anfiteatro Romanos, dos monumentos de peso en el ámbito internacional, que se investigarán con la ayuda de la más alta tecnología, como programas informáticos, sistemas de información geográfica, localización por satélite GPS y scan-láser.
Aparte de costosos aparatos, también se utilizarán los procedimientos habituales, como el pico, la pala y el cepillo, imprescindibles en cualquier excavación arqueológica, pero aplicando unos protocolos muy rigurosos instaurados por el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida y que están sirviendo de modelo en otros yacimientos.

Aplicando este sistema, el lunes comenzará a trabajarse en la segunda fase de la excavación arqueológica del Teatro y el Anfiteatro, según confirma el director del Instituto de Arqueología de Mérida y coordinador del proyecto, Pedro Mateos.

Dos laterales

En el Teatro Romano, los investigadores se centrarán en las dos ‘versuras’, que son los espacios laterales inmediatamente previos a la escena del Teatro. La elección de estas zonas se debe a que son estancias muy importantes dentro del monumento, y por tener ya constatado que estos espacios han experimentado a lo largo de la época romana dos reformas importantes, al menos: una a finales del siglo I y otra en el siglo IV.

El estudio de su evolución y sus reformas permitirá saber con más exactitud cómo era la fisonomía original del Teatro Romano, como explica Pedro Mateos.

Muchos especialistas

De forma paralela, también se están acometiendo estudios historiográficos, que el investigador Agustín Velázquez, del Museo Romano, ya tiene muy avanzados; escultóricos, bajo la dirección de Walter Trillmich, del Instituto de Arqueología Alemán; e incluso de los usos y distribución del agua en el entorno del monumento. Este estudio, concretamente, lo están realizando los arqueólogos Teresa Barrientos y Jesús Acedo.

Xavier Aguirre, director del yacimiento arqueológico de Ampurias, se ocupará del estudio de todas las piezas de cerámica que aparezcan en la excavación; y Stefano Camporeale, de la universidad de Siena, analizará las técnicas constructivas.

En el proyecto también participan prestigiosas autoridades académicas en campos muy especializados, como Armin Stylow, coordinador del ‘Corpus Scriptorum Latinarum’, un proyecto cooperativo que pretende crear una biblioteca digital de literatura latina, desde las inscripciones más tempranas hasta el neo-latinismo del siglo XVIII. Este especialista, del Instituto de Arqueología Alemán, realizará un completo estudio epigráfico de todas las inscripciones que aparezcan en el Teatro Romano, señala el director del Instituto de Arqueología.

Respecto a la excavación del Anfiteatro Romano, la segunda fase de los trabajos está diseñada para conocer aún más la llamada puerta ‘triunfalis’, por la que entraba el cortejo de autoridades y personalidades principales que acudían a ver los espectáculos.

Puerta de Triunfo

Los restos de esta puerta fueron descubiertos este verano durante uno de los Cursos de Arqueología del Consorcio de la Ciudad Monumental, por lo que se pretende aprovechar el hallazgo para conocer mejor cómo era la vía que conectaba directamente el Foro con el Anfiteatro, y confirmar si existía alguna especie de arco o monumento por el que pasaran las autoridades antes de acceder al recinto por la ‘triunfalis’.

Según señala Pedro Mateos, los espectáculos en el Anfiteatro Romano eran un acontecimiento social y político, en el que las autoridades locales trataban de exhibir y dejar constancia de su poder.

Por eso, recorrían la ciudad en un cortejo solemne que salía del Foro, y accedían al interior del recinto por una puerta reservada exclusivamente para ellos y separada del resto.

El pozo misterioso del Peristilo ya es visitable

Uno de los hallazgos más sorprendentes que se realizaron durante la anterior campaña de excavaciones fue el descubrimiento de un pozo de grandes dimensiones en el Peristilo del Teatro, un hecho sin precedentes en ninguna otra parte del mundo romano. El pozo tenía tres metros y medio de diámetro y se averiguó que no servía para captar agua. A pesar de la curiosidad de los investigadores por averiguar su función, la excavación en este punto tuvo que suspenderse porque a los cinco metros de profundidad apareció una gran cantidad de agua que impedía continuar los trabajos.

Dado el interés que despierta este elemento, el Consorcio ha acondicionado la zona para las visitas y también ha colocado unos panales explicativos. En esta nueva fase de la excavación, los arqueólogos intentarán de nuevo averiguar los secretos del pozo misterioso.

Alumnos de un curso de restauración consolidan parte del pavimento de la Casa del Anfiteatro

Los alumnos de un curso de restauración que imparte durante esta semana el Consorcio de la Ciudad Monumental han consolidado parte del pavimento de ‘opus signinum’ del patio del peristilo de la Casa del Anfiteatro, que se encontraba muy degradado por la acción del agua que pasa por el canal.

Los alumnos del curso son trabajadores del Consorcio especializados en la conservación y restauración de monumentos, que participan en el intenso programa de formación que lleva a cabo esta institución entre su personal. En el curso, que empezó el lunes y terminará hoy, han participado 11 trabajadores.

La formación que ofrece el Consorcio a sus trabajadores es muy especializada y de carácter eminentemente práctico, por lo que las clases teóricas suelen complementarse con trabajos reales en el enorme yacimiento de Mérida.

También en verano

La Casa del Anfiteatro de Mérida también se benefició este verano de la realización de clases prácticas de un curso de restauración, en el que los alumnos, estudiantes en su mayoría, restauraron el mosaico llamado de ‘Los Peces’.