R. F. | Valencia www.levante-emv.com 28/03/2007

Los expertos creen que la pieza podría pertenecer a una tumba de carácter monumental ubicada en el barrio de Velluters. Junto a la escultura de mármol han aparecido lápidas con inscripciones.

Una estatua de la época imperial romana de cerca de un metro de altura y fechada, según los primeros datos que se poseen, en el Siglo II d. c. ha aparecido en pleno centro de Valencia, en el barrio de Velluters, en el trascurso de unas excavaciones de carácter ordinario y preceptivas antes de cualquier edificación.

Aunque el hallazgo se producía el pasado viernes no era hasta ayer cuando la Dirección General de Patrimonio daba a conocer la noticia. Sin duda, se trata de un importante hallazgo. Por la importancia de la pieza, su tamaño, su datación pero también por las hipótesis que, de momento, barajan los arqueólogos sobre el lugar de la localización y las sorpresas que el yacimiento podría deparar.

La pieza fue encontrada en lo que se cree fue una necrópolis. De entre los restos hallados, según informaba ayer la Conselleria de Cultura, quien evitó facilitar mayores datos sobre la localización exacta del yacimiento por lógico temor a expolios, destaca la aparición de un probable pozo votivo en el que se encontró la escultura de mármol que representa, posiblemente, a una musa.

La figura estaba dividida en tres trozos que casaban perfectamente. Está carente de cabeza y los antebrazos y ataviada con una túnica, o peplo, vestidura característica de las mujeres romanas adineradas, realizada mediante la técnica de paños mojados, con la que el artista lograba una fiel representación de la anatomía femenina sugerida bajo los pliegues del tejido.

Los arqueólogos no descartaban que la pieza pudiera completarse, así como también que pudieran aparecer otros elementos. De momento y debido a la lluvia caída ayer, las excavaciones han quedado paralizadas. La pieza se encontraba en torno a unos 2,5 metros de profundidad. Estaba rodeada de sillares. Según los primeros indicios, el cementerio habría sido arrasado en el siglo XII.

En el mismo pozo han salido también dos estelas funerarias con inscripciones dedicadas a las mujeres de dos libertos. Este hecho es el que arrastra a una segunda hipótesis, que la pieza pertenezca a una tumba de carácter monumental.

Asimismo, en la intervención arqueológica que está siendo dirigida por Asunción Viñes Pérez y Agustina Herreros Hernández, se han documentado catorce enterramientos de adultos, tanto hombres como mujeres, en fosas con cubiertas de tégulas planas o a doble vertiente, todas sin ajuar, por lo que está por determinar su cronología. También se ha documentado un enterramiento infantil.

La cronología de la necrópolis se remontaría a finales del siglo II o inicios del III d.c. y se amortizaría en el siglo V d.C.

El espacio del yacimiento se situaría en este tiempo al suroeste de la ciudad romana, una zona destacada, que bordearía los canales fluviales que servirían de límite natural a la ciudad y que la salvarían probablemente de las avenidas fluviales. Esta extensa área cementerial fue descubierta ya en los años 40 con motivo una intervención urbanística. La densidad del cementerio es de 1 enterramiento cada 6,8 m2 siempre en un solo nivel, hecho que indica que las tumbas deberían tener algún tipo de señalización que impidiera que las nuevas inhumaciones cortaran a las ya existentes. Estaban organizadas por calles, distribución habitual en las necrópolis de la época. Agustina Herreros Hernández, una de las directoras de la excavación, recordaba ayer a Levante-EMV que desde hace meses se lleva excavando en la zona pero hasta ahora no se habían tenido resultados destacables. Asimismo, destacaba que salvo cambios sustanciales o hallazgos de mayor naturaleza, la excavación podría prolongarse hasta el verano. «No es normal que aparezcan piezas tan grandes. Es pronto para valorar la importancia del yacimiento, dependerá no sólo de otros posibles hallazgos sino también de su pertenencia. Lo que sí está claro es que se trata de un pieza de gran valor que hay que estudiar con detenimiento», añadió Herreros. La estatua ha sido depositada en el Servicio Arqueológico Municipal.

Los expertos consideran la musa el hallazgo romano más valioso. Los arqueólogos comparan su importancia con el Apolo de Pinedo.

La estatua de mármol de la época imperial romana encontrada durante unas excavaciones en pleno centro de Valencia es, según expertos conultados por este diario, la pieza romana arqueológica más importante de las aparecidas en Valencia junto al Apolo de Pinedo. Sin embargo, la singularidad de esta musa descubierta en una necrópolis romana que habría sido arrasada en el siglo XII es que fue creada ex profeso para una vivienda noble de la ciudad mientras que el Apolo de Pinedo fue un grupo escultórico encargado para un templo que se encontró en aguas valencianas debido a un naufragio. El Apolo, una figura de tamaño casi natural, se exhibe en la actualidad en el Museo de Prehistoria y Arqueología de la Beneficencia.

La pieza, que tiene un tamaño próximo a un metro de altura, gana en valor además por su perfecto estado de conservación pese a que le falten la cabeza y los antebrazos y también por el detallismo de su creación y la calidad del material del que está hecha. Por ello se cree que pertenecería a algún edificio de alto rango. La musa, según los primeros estudios, estaría datada en el siglo II después de Cristo. En la actualidad, está depositada en el servicio arqueológico municipal y se desconoce cuál será su destino final. No se tomará la decisión hasta que concluya la excavación y se estudie con detenimiento la pieza cuyo hallazgo está previsto que se publique en alguna revista especializada. «Es una gran pieza, única en Valencia y de una gran calidad y un mármol muy bueno» , afirmó Albert Ribera, jefe del servicio arqueológico municipal. El arqueólogo indicó que la estatua por sus características no pertenecía a un contexto funerario. Ribera se alinea así con una de las dos hipótesis que se barajan sobre el origen del yacimiento. Un sector cree que el hecho de que junto a ella aparecieran dos lápidas con inscripciones distintas podría hacerla pertenecer a una tumba monumental mientras otros consideran que el hecho de que apareciera dentro de un pozo junto a sillares y otros elementos es que había sido depositada allí cuando fue arrasado el cementerio.

De momento, la excavación que dirigen Agustina Herreros y Asunción Viñes se encuentra paralizada a causa de las lluvias caídas durante los últimos días. Los expertos no descartan nuevos descubrimientos o que incluso se encontraran algunos de los elementos que le faltan a la figura femenina. Las previsión es que esta excavación, de carácter preceptivo antes de una edificación, se prolongue hasta el próximo verano.