Roberto Pérez | Zaragoza www.abc.es 28/12/2007

Un solar del casco antiguo en el que se iba a construir un bloque de pisos ha sacado a la luz unas de las mayores termas romanas de Aragón. Incluso podría ser la mayor, a falta de que culminen los estudios arqueológicos que se están realizando y que, de entrada, son de elevado valor por lo que supone de rescribir la historia del urbanismo romano en Aragón. Entre otras cosas, porque estos restos demuestran algo desconocido hasta ahora: que en el terreno que ocupa Calatayud hubo una ciudad en época romana, y una ciudad no de pequeño tamaño. Es toda una novedad para los investigadores, después de siglos en los que se consideró que fue Bílbilis el antecedente romano del Calatayud islámico que se ha desarrollado hasta nuestros días. Bílbilis, ciudad celtíbera en primer lugar y luego romana, está en un cerro a orillas del Jalón, a unos diez kilómetros del casco urbano de Calatayud.

En los años 90, la arqueología urbana permitió conocer que en parte del Calatayud actual hubo un poblado celtíbero. También que, en época romana, hubo villas. Se ha creído hasta ahora que se trataba de casas de época romana, un núcleo diseminado de viviendas, distante de Bílbilis, ligado a actividades comerciales o agrícolas.

Al servicio de una gran ciudad
Pero ahora, con las termas que han salido a la luz, queda demostrado que no hubo villas, sino una ciudad romana en toda regla, que se extendió por una amplia superficie. Las termas han aflorado en la Plaza de Ballesteros, en el solar que hasta mediados del siglo XX ocupó el convento y colegio de las religiosas de Santa Ana, luego reconvertido en edificio de viviendas y ahora derribado para levantar un nuevo bloque de pisos.

Las termas ocupan un solar de unos 700 metros cuadrados, pero son sólo la parte de este conjunto termal que queda a la vista. Queda claro, por cómo están dispuestos los restos, que esas instalaciones tenían más extensión y quedan bajo lo que ahora es calle y bajo otro edificio contiguo.
Es un hallazgo sin precedentes en Calatayud y cuya repercusión rebasan, con mucho, el plano estrictamente local. Así lo han indicado expertos consultados por ABC, que insisten en el hecho de que se trata de unas termas de gran tamaño, que estaban preparadas para prestar servicio a una ciudad también de importante dimensión. En los restos que quedan a la vista se aprecian tres piscinas, alguna de ellas de gran tamaño, y varias estancias.

A mediados de los años 90, a cien metros del lugar en el que han aparecido estas termas se encontraron restos romanos. Se pensó que podían ser de una villa romana. Ahora se sabe que era parte del casco urbano de esa antigua ciudad. Y a unos metros más, hace meses, se encontraron también indicios de lo que fue una pequeña terma romana de carácter privado, ligada a una vivienda.

Las termas que se han hallado ahora datarían de entre los siglos I y II de nuestra Era, y hasta el siglo V. Es decir, habrían sido construidas para una ciudad que coexistió en el tiempo con Bílbilis -cuna del poeta clásico Marco Valerio Marcial- y que perduró más allá de ésta. Bílbilis entró en un rápido declive y se despobló en el siglo III.