Ernest Alós | Barcelona www.elperiodico.com 30/10/2007
Arqueólogos de la UB excavan junto al Ebro una fortificación de 30 hectáreas. La mayor parte del lugar ha sido cubierta por la AP-7 y una urbanización.
Las legiones romanas llegaron en el año 218 antes de Cristo a la colonia griega de Emporion para quedarse en la península Ibérica. Allí plantarían por primera vez sus tiendas y empalizadas en Hispania, y su campamento, a lo largo del tiempo, se convertiría en la ciudad romana de Empúries. Lo mismo sucedería en Tarraco, convertida inmediatamente en la capital de nuevo territorio. Pero el campamento base de la conquista romana fue posiblemente el que ha hallado en L’Aldea (Baix Ebre) el profesor de la UB Jaume Noguera. Allí, en una terraza junto al Ebro, cerca entonces de la desembocadura, se han localizado los restos de un campamento militar de unas 30 hectáreas, utilizado como base por los Escipiones durante la segunda guerra púnica y el más antiguo excavado en España.
Del emplazamiento, atravesado hoy por la AP-7, solo queda, en las siete hectáreas que se han podido rastrear, la basura abandonada por los soldados o la calderilla que caía de sus bolsas. Las de las tropas derrotados tras la primera campaña romana en Hispania, que se acuartelaron tras el Ebro, de los refuerzos que recibieron por mar en los años siguientes y de los 25.000 legionarios que levantaron apresuradamente el campamento para marchar triunfalmente a Cartago Nova el 209 a.C.
Dentro del óvalo que un día estuvo delimitado por los ya inexistentes taludes y empalizadas que erigieron las legiones, los arqueólogos han localizado monedas griegas, masaliotas, emporitanas y romanas, piezas cartaginesas saqueadas a los enemigos vencidos –una combinación que cuadra con el dinero de bolsillo de los primeros invasores–, restos de ánforas lanzados a la orilla del río y fragmentos de armas y estandartes.
Poco más se hallará en una zona trinchada por la Vía Agusta, la vía del tren y la autopista, y que en su mayor parte ha quedado cubierta en los últimos años por la urbanización El Mirador de L’Ebre. Mirador, precisamente, porque se asoma sobre el Delta desde el terraplén que un día fue aprovechado por el campamento de campaña romano.
Los Escipiones
«Se trata sin duda de uno de los campamentos de Publio Cornelio Escipión el Africano», sostiene Noguera. Situado en la ribera norte del Ebro, el límite del territorio cartaginés, el campamento podría haber sido la base avanzada de los romanos en Hispania entre los años 217 y 209 a.C.. Tras desembarcar en Empúries, el padre y el tío de Escipión el Africano vencieron a los cartagineses en Cese (junto a Tarragona), en Tortosa y en una batalla naval frente al Ebro.
Ese punto pudo ser el lugar donde los romanos se concentraron durante varios años mientras la partida se mantuvo en tablas. Y según Noguera, el lugar donde el Africano concentró unas cuatro legiones en el 209 a. C. para lanzar desde allí la campaña relámpago, referida por Tito Livio, en que destruyó Cartago Nova y se lanzó sobre la Bética. Un rastreo con detectores de metales puede haber producido uno de esos momentos mágicos en que la arqueología confirma a los clásicos.
ENLACES
Gráfico en pdf: http://www.elperiodico.com/EDICION/ED071030/CAS/CARP01/PDF/g074mR91.PDF