Diego Aránega | Lleida www.lamanyana.cat 07/08/2008

Entrevista a Carles Miralles, catedrático de Filología Griega.

Pericles (495 a. C.- 429 a. C.) fue un importante e influyente político y orador ateniense en los momentos de la edad de oro de la ciudad. Su gobierno coincidió con el momento de apogeo del pensamiento y del arte griegos y, bajo su mecenazgo, Atenas se convirtió en el principal centro de actividad cultural del mundo antiguo.

Este gran personaje consiguió, con el apoyo de la burguesía, instaurar la democracia en Atenas. Pericles tuvo tanta influencia en la sociedad ateniense que Tucídides, un historiador coetáneo, lo denominó como «el primer ciudadano de Atenas».

¿El primer ciudadano?
— Pericles lideró el primer movimiento histórico que enfrentó la tiranía, el poder de una sola persona, con el poder del pueblo, es decir, la democracia. En todo caso, tiranía y democracia son términos griegos que con el paso de los siglos han trasformado sus significados.

Muchas cosas han cambiado.
— No crea. Maquiavelo decía que la única manera de entender el presente es consultando continuamente el pasado. Por eso, lo que decían los clásicos tiene mucho valor para comprender el presente e incluso para prever el futuro. En un mundo donde todo el mundo es muy parecido, han aparecido grandes personajes que siempre han fascinado.

Como Pericles.
— Durante la historia, hubo un siglo de Augusto, otro de Luis XVI de Francia y otro de Pericles. Es decir, que son personajes que han marcado
la historia. Pericles, por ejemplo, vivió durante el siglo V antes de Cristo, que es la época en que nacieron muchas de las cuestiones que aún hoy
nos preocupan.

¿Por ejemplo?
— Al margen de la política, las dos iniciativas culturales más importantes de aquellos tiempos fueron, por un lado, la Acrópolis de Atenas (el Partenón, las estatuas de Fidias) y, por otro lado, la representación de la tragedia en la fiesta de Dionisos. En el primer caso, la forma de pensar la arquitectura y los volúmenes son la base de la obra de Le Courbusier y de buena parte de los artistas del siglo XX.
En cuanto a la tragedia, los alemanes incorporaron los postulados trágicos después de la desgracia de la Segunda Guerra Mundial. La literatura, sobre todo la poesía, y la filosofía del siglo XX han bebido de esta corriente.

¿La modernidad siempre es relativa?
— De alguna manera, todo el pensamiento moderno en Estados Unidos y en Europa, incluso en Catalunya, tienen referencias en el siglo de Pericles. Se podría decir que lo que somos ahora viene de unas fuentes que brotan en el siglo V antes de Cristo, aunque no ha habido continuidad
en la evolución histórica.

¿Sabemos cómo fue realmente Pericles?
— No. No lo sabemos, entre otras cosas, porque el género de la biografía se inventó cuando Pericles llevaba cien años muerto. Por contra, sí
que se había inventado el género de la historia, pero entonces tenía un significado diferente. En aquella época historia quería decir «búsqueda». No le interesaba tanto la verdad como la ejemplaridad. Pretendía dar una idea moral sobre diferentes personajes y sobre su influencia en determinados acontecimientos. Y la importancia de los personajes se medía en virtud de su capacidad de incidir en la vida de la población.

Por eso Pericles es tan importante.
— Sí. Él, además, tuvo la suerte (si se me permite la expresión) de morir antes de que se acabara la guerra que él mismo inició y que acabó con el imperio de Atenas. Por contra, dirigió la época de la expansión y del dominio.
Por tanto, Pericles provocó dos reacciones contrapuestas. Algunos le criticaron porque provocó el fin del imperio, pero otros añoraron la prosperidad anterior y le encumbraron. Como todos los grandes personajes, su figura es ambigua.

Tuvo luces y sombras.
— Sí, aunque Pericles puede caer más simpático que, por ejemplo, Napoleón o Alejandro Magno. Él no era un gran conquistador. A todos los imperios les va bien mientras se defienden, pero tienen problemas en cuanto atacan.

La avaricia rompe el saco.
— La dinámica imperial les lleva a crecer y eso les hace ser agresivos. A Pericles también le pasó eso.

¿En la actualidad hay interés por estos personajes?
— La gente tiene interés, pero no de forma generalizada. Antes, la historia antigua servía para formar a las elites. Eran personas que llegaban al conocimiento mediante una disciplina y un esfuerzo. Aprender latín o griego no es sencillo y leer a los clásicos requiere una dedicación. Ahora, el éxito de la historia antigua es diferente.

¿En qué sentido?
— Ahora consiste en hacer turismo cultural, en visitar los templos clásicos, en ir a los ciclos de conferencias sobre el tema, etcétera. Eso es importante y está muy bien porque manifiesta una cierta voluntad de saber algo sobre el pasado clásico, pero no implica un esfuerzo y una integración de estas materias en los estudios, en los currículums.

¿Eso es malo?
— Sospecho que se ha creado una especie de reserva de especialistas sobre el tema que sólo publican sus estudios en revistas especializadas.
Otros intentan comunicarse.

Divulgar.
— No. Se trata más bien de explicar a la gente una serie de cosas o de ideas interesantes que les lleven a pensar un poco. Pese a todo, son materias que necesitan una cierta exigencia. Por ejemplo, yo he publicado un libro de bolsillo sobre Homero y se ha vendido muy bien, de manera que sospecho que se debe entender. Pero, claro, su lectura requiere un cierto esfuerzo. No se puede explicar a Homero como si fuera no sé qué cosa.

Ni a Pericles.
— !Claro! En su caso, al menos hay que saber que estamos hablando del siglo V antes de Cristo y que desde entonces han pasado nada menos
que 25 siglos. De todas maneras, nos debemos acostumbrar, aunque sea a la fuerza, a una sociedad en la que esto también tiene un valor en el
mercado. Por eso, hay gente que se fija y gente que pasa de largo.

CARLES MIRALLES (Barcelona, 1944) es poeta y helenista. Ha recibido el Premi Salvat Papasseit y el Nacional de Poesía. Es catedrático de Filología Griega de la Universitat de Barcelona y miembro del Institut d’Estudis Catalans. Participó en el II Ciclo de Conferencias sobre Pensamiento y Cultura Clásica que organizó la Fundació «la Caixa». En esta ocasión Miralles se refirió a la figura de ‘Pericles: El primero de los atenienses’.