José M. Liébana | Jaén www.ideal.es 11/11/2009

Construida sobre un cauce, demuestra que su forma circular respondía a un plan Los arqueólogos aconsejan otra excavación urgente para que el agua no lo estropee.

Es el tramo más grande que se conoce de la muralla de Marroquíes Bajos, un poblado que según la prueba del carbono 14 data del año 2.450 al 2.125 a. C. Su excavación acaba de terminar, después de un intenso año de trabajos y fatigas, por la abundancia de agua, pero el director de la misma, Antonio Crespo, de la empresa Conatus, aboga por una segunda fase, mucho más breve, para completar el estudio y conocer, entre otras cosas, por qué sus moradores construyeron una segunda puerta a pocos metros de la primera, aunque más grande. La hipótesis que quieren confirmar es que fue para mejorar el acceso, quizá a través de un puente o plataforma, pues han aparecido pilares dentro del foso asociado a la muralla.

Pero la hipótesis más importante la han podido confirmar: que el diseño de este enorme asentamiento en círculos concéntricos responde a un plan premeditado. Que los ‘jienenses’ de hace 4.000 años tenían obsesión por el círculo perfecto. Hasta ahora se barajaba la posibilidad de que la forma circular de los fosos fuera ocasional, pero en esta excavación resulta que la muralla asociada al foso tenía que atravesar justo por encima de un río, de cauce pequeño pero constante, y aunque a unos veinte metros había sólida roca en la que cimentar el muro defensivo, optaron por seguir el dibujo circular, rellenaron el cauce de tierra negra de labor, encima colocaron arcilla amarilla para impermeabilizar y, sobre ésta, el zócalo de piedras sobre el que se levantaba la pantalla de adobe, coronada por empalizada (en total, 4 ó 5 metros de altura).

Y con un doble muro, el exterior más pétreo para dar más apariencia de solidez, y torreones-bastiones, rellenos de adobe y cercanos a cada puerta, siempre a su izquierda para repeler los posibles ataques con mayor facilidad lanzado con la diestra, cumpliéndose así las leyes básicas de defensa amurallada, como apunta el director de la excavación. Y junto a la muralla, bermas o espacios para que cuando se desprendieran rocas no cayeran al foso y lo taponaran.

Lo que se ha excavado es parte del quinto foso de la Marroquíes Bajos (ZAMB 3) -el tercero y el cuarto tienen asociados murallas también-, en el noroeste del poblado. Un foso que es artificial, excavado en el terreno para que las murallas tuvieran más altura, y con el mismo esquema que el lienzo aparecido cuando se construyó la primera fase del Bulevar y que al final no se musealizó y fue sepultado.

Y otra curiosidad es la fosa común hallada, lejos de la zona de necrópolis del poblado (entre los fosos tercero y cuarto), con 11 cráneos y huesos totalmente mezclados, por lo que los cuerpos no fueron arrojados al poco de morir. La hipótesis más firme es que fuera una familia o clan del poblado, pues de ser foráneos no se habrían tomado la molestia de enterrarlos, y que fueran castigados, puesto que no les dieron un enterramiento digno.

Mucho es lo descubierto, pero el estudio no está terminado. Aparte de consolidar las murallas, haría falta una segunda fase. Y el director propone que se actúe cuanto antes, pues las capas freáticas están muy cerca de la superficie y el contacto con el agua y la climatología deterioran la piedra y todo. De hecho, el adobe ha protegido durante siglos la muralla en el subsuelo.