Arturo Román | Asturias www.lne.es 22/03/2009

En la exposición sobre la Ruta de la Plata que se muestra en el Museo Arqueológico de Asturias, se ofrece a la contemplación del público una reproducción de la mal llamada Ara Sextiana. Mal llamada porque debería utilizarse la denominación de lápida de Augusto o Epígrafe de Augusto del Cabo Torres. La leyenda que acompaña a la lápida oculta, quizá por error, quizá por aviesas intenciones no fáciles de captar, que la pieza no es la original, sino una copia.

No indica tampoco, claro, que la original se encuentra en el Tabularium Artis Asturiensis, creado por Joaquín Manzanares y a menos de un kilómetro de distancia del Museo Arqueológico.

Ya ‘La Nueva España’ desveló esos fallos por no decir otra cosa en los primeros días de la exposición. Pero hay más. La leyenda museística, que supuestamente reproduce la inscripción para facilitar su lectura, contiene dos errores de bulto. Y es que al trasladar el texto latino a la ficha o cartel contiguo a la lápida, donde debería poner «XXXII» (treinta y dos) pone «XXXIII» y en cuanto a la traducción al castellano del epígrafe latino aún es más chapucera porque donde dice «tres veces cónsul» debería poner «trece», y donde anota «treinta veces» debería poner «treinta y dos». Basta leer directamente lo que trae la lápida -vamos, la reproducción camuflada de la lápida- con muy buena letra y con muy buenos números. Lo que no se puede leer es lo que tachó y picó hasta borrarlo completamente la censura romana de la época cuando el destinatario de la lápida cayó en desgracia.

El latín apenas cuenta en la Enseñanza Media, pero de eso a que los responsables de la muestra que se supone están duchos en el mundo clásico cometan tantos errores en tan poco espacio hay un trecho muy largo que lamentablemente se ha cubierto en un parpadeo en esta ocasión. Por lo demás, este humilde plumilla sigue sin noticias de la celda destruida del padre Feijoo a cuenta de la reciente remodelación del viejo monasterio de San Vicente, convertido en Museo Arqueológico ya en 1952. Sin noticias de la reconstrucción prometida por la Consejería de Cultura del Principado.