Gipuzkoa www.noticiasdegipuzkoa.com 23/06/2007

La estela romana con el desgastado relieve de una figura humana fue hallada en Hondarribia y está expuesta en el Museo Oiasso de Irun.

Una estela de piedra arenisca con el desgastado relieve de una figura humana, rodeada de dos aves y dibujos florales esconde desde hace siglos un enigma que va a ser desvelado en las próximas semanas. La misteriosa piedra estuvo situada durante generaciones en Hondarribia, junto a la entrada de la que fue ermita de Monserrate, en las faldas de Jaizkibel. El templo religioso se vendió a particulares en la década de los 80 del siglo pasado y en su interior se habilitó una vivienda, donde la figura pétrea se ha mantenido hasta que el Ayuntamiento de Hondarribia la ha adquirido recientemente.

«Se ve una diadema, el pelo peinado según una moda de la civilización romana bajoimperial y en la cara se adivinan los ojos, la nariz, la boca y el cuello», describe Mertxe Urteaga, directora del Museo Oiasso de Irun, donde el relieve está a la vista del público desde ayer hasta el 14 de octubre.

La visita al recinto museístico no sólo permite apreciar las características de la pieza sino también los trabajos de investigación de los arqueólogos, quienes examinan día a día la talla para determinar su significado. De momento, ya tienen la certeza de que es un relieve de origen romano, modificado, probablemente, en la Edad Media.

Cantero

«Para nosotros no hay duda, es una piedra romana. El cantero perfiló una nueva silueta del cuello hacia abajo aunque sí se diferencian elementos anteriores. Hay que partir de que las esquematizaciones florales y los pájaros corresponden a la época medieval o posterior, cuando ya se coloca como imagen cristiana en la ermita o se le da un uso de estas características», detalla Urteaga.

La directora del museo expone que la primitiva imagen podría reflejar la diosa Roma o uno de los emperadores del siglo IV en adelante.

Según la primera hipótesis, la deidad se representó sentada con corona mural y en la mano derecha llevaba el globo terráqueo, mientras que en la izquierda portaba una lanza. La intervención medieval eliminó ésta última y abrió un hueco del faldón de la diosa que cubría las piernas dobladas sobre el trono, también borrado, de manera que se cambió la posición sentada para colocarla de pie.

La segunda conjetura manejada por Arkeolan se centra en la posibilidad de que se trate de la figura de uno de los emperadores romanos que gobernaron el Imperio a partir del siglo IV, «de Teodosio en adelante».

Escena

Una vez que se conozca la representación originaria tallada en la piedra restará descubrir el contexto en el que se encontraba la obra.

«Puede tratarse de una figura única o que formase parte de un conjunto. Es posible que fueran varias las hornacinas, las separaran y las otras desaparecieran», especula Urteaga.

Mientras tanto, los investigadores del centro de estudios Arkeolan trabajan con la estela en un laboratorio separado de los visitantes por un cristal, lo que permite observar las evoluciones de su exploración.

Los arqueólogos trabajan con lectura de haces luminosos para descubrir una «realidad que está oculta» y que sólo se percibe utilizando luces ultravioletas e infrarrojas.

Todos estos indicios serán registrados gráficamente para reconocer zonas diferentes según las formas de esculpir la piedra, a través de las cuales podrán caracterizarse las dos fases de intervención, tanto la romana como la medieval.

«Se trata de seguir paso a paso esa investigación, plasmando con naturalidad y sinceridad lo que está ocurriendo de cara al público», recalca la directora de la instalación museográfica.

EXPOSICIÓN: La estela de Monserrate: una investigación en construcción.
Del 22 junio al 14 octubre 2007
http://www.irun.org/oiasso/home.aspx?tabid=624