Miguel Ángel López | Segovia www.nortecastilla.es 17/05/2010

Los itinerarios han permitido a los participantes descubrir rasgos inéditos de los restos romanos de la provincia de Segovia. Más de dos millares de personas han participado en las rutas del ciclo Segovia Romana.

¿Hay algo en Segovia más romano que el Acueducto? La respuesta es difícil, podría ser afirmativa o lo contrario, según en qué nos fijemos. Cada año, el programa Segovia Romana de la Obra Social y Cultural de Caja Segovia ofrece más pistas que dan argumentos para afrontar la cuestión. Las charlas y presentaciones aportan algunas claves, aunque este año una de las principales conclusiones del ciclo es la de que falta mucho por saber y por hacer para descubrir datos inéditos. También han llegado a este punto quienes han participado en los itinerarios didácticos sobre el terreno.
Más de dos mil personas han visto muchos de los vestigios romanos que existen en toda la provincia, empezando por la magna obra de ingeniería del Acueducto en todas sus facetas, desde la monumental a la que sigue oculta, han atisbado también que hay mucho por descubrir, investigar y proteger, y han podido ver con sus propios ojos otros restos que, poco a poco, van aflorando y revelan el pasado romano que reposa en el subsuelo de la ciudad y la provincia o que sale a la luz, no siempre en las mejores condiciones de conservación, ni siquiera para aprovechar su potencial cultural y turístico. La antigua Cauca y la villa de Aguilafuente, uno de los muchos fundos romanos que se conocen, son dos ejemplos de la Hispania rural, de la que hay muchas referencias y restos pero de la que, con excepción de historiadores y arqueólogos, la mayoría sabe poco.

Interés creciente
Aunque probablemente sin el propósito de enfrentarse a la pregunta del principio, hay muchos interesados en saber más del pasado romano de Segovia. En los itinerarios organizados por el estudio de la arqueóloga Isabel Marqués y sus colaboradores (Miguel Yuste y Alejandro Bermúdez) para Caja Segovia han participado más de dos mil personas interesadas por la Hispania urbana y rural. Las rutas abiertas al público en general acabaron ayer en Coca, donde continúan hasta el día 27 para centros educativos y asociaciones. El tramo urbano del Acueducto, el que está a la vista y el oculto, fue objeto de la primera ruta arqueológica y atrajo a 962 interesados. En la segunda, de más de 15 kilómetros, el recorrido por el espacio y el tiempo se trasladó hasta el azud del arroyo de la Aceveda para ver el origen de la conducción romana y explicar los cambios, lo que se ve hoy, con unos 300 asistentes en los seis itinerarios realizados. Las más recientes son las que han mostrado los restos de las fincas agrícolas de Armuña y Aguilafuente y los vestigios romanos de Coca, que suman otros 400 participantes, la mayoría alumnos de los centros escolares de la provincia que se inscribieron en el programa.

Puesta en valor y evidencias
Los arqueólogos lo saben desde hace tiempo, tanto por los estudios y excavaciones realizados como por los que están por hacer: no se sabe todo del pasado romano de Segovia ni del Acueducto. En el caso del monumento emblemático de la ciudad hay proyectos en marcha para poner en valor su trazado extraurbano, con una señalización más detallada, pero dentro del casco urbano habría que excavar más para conocer detalles como la ubicación del Castillo del Agua, cuyos restos es muy probable que se conserven en el subsuelo de la zona del postigo del Consuelo o en el jardín de la finca que ocupa la Subdelegación del Gobierno.

También han descubierto quienes han participado en estas rutas que el estado de conservación del Acueducto no es el óptimo y, más allá de las diatribas entre el Ayuntamiento y la Delegación de la Junta de Castilla y León sobre las competencias en materia de patrimonio histórico, que es necesario retirar elementos como el canal de plomo reinstalado en la última restauración completa o adecuar históricas instalaciones como los desarenadores, como evidenciaron a finales del año pasado los ponentes de las jornadas organizadas por el Fondo Mundial de Monumentos o, ya este año, de las conferencias del ciclo Segovia Romana.

En el medio rural la situación es distinta porque la atención a los restos arqueológicos es menor. Por ejemplo, como han revelado estas rutas de Caja Segovia, la villa romana de Santa Lucía, en Aguilafuente, no tiene un plan de mantenimiento ni nadie que se ocupe de ella, no hay guarda ni un guía porque el Ayuntamiento no tiene el dinero necesario.

Y en Coca tampoco hay nada en el pueblo por ahora para mostrar de forma adecuada o como reclamo turístico el pasado romano, aunque el Ayuntamiento tiene en marcha un proyecto para crear un Centro de Artes de la Villa en el solar del antiguo teatro, donde debajo de la caja escénica se va a dejar a la vista del público la estratigrafía que ha salido en una excavación, y aunque no se verán mosaicos ni estucos) transmitirá, señala Isabel Marqués, «que debajo del solar Caucense se esconden muchas otras Cocas».