Monedas recuperadas por el SepronaSilvia G. Rojo | Ciudad Real www.nortecastilla.es 19/01/2006

El Seprona denuncia a tres sevillanos que habían sustraído diez monedas de un castro en Salamanca.

Por muy extraño que pueda parecer, aún hoy en día existen buscadores de tesoros que, armados de detectores de metales, se adentran en las ruinas de antiguas civilizaciones para hallar grandes joyas que han permanecido al paso de los años. Hace tan solo unos días, la unidad del Seprona de la Guardia Civil en la comarca de Ciudad Rodrigo descubría a tres vecinos de Sevilla que, provistos de un buscametales, se habían trasladado al castro prehistórico de Irueña, en la localidad salmantina de Fuenteguinaldo, para buscar restos de lo que durante varios siglos fue una importante población romana.

Una vez descubiertos, los tres individuos entregaron a los efectivos de seguridad diez monedas antiguas que habían encontrado en la zona y que han sido depositadas en un museo de Salamanca.

Además, la Guardia Civil formuló una denuncia contra ellos por una supuesta infracción de la Ley del Patrimonio de Castilla y León por realizar labores arqueológicas sin autorización.

El alcalde de Fuenteguinaldo, Francisco Galán, comenta que «hace algunos días que nos alertaban de que existían excavaciones en Irueña que no pertenecían a animales».

El edil también se lamenta de que no se ponga en valor esta zona y en relación a estos tres vecinos de Sevilla expone que «son más inteligentes que nosotros, que lo tenemos abandonado y que llevamos esperando desde hace más de doce años a que se efectúen las peticiones que tenemos hechas aunque aquí, no hay quien se mueva».

Irueña fue un castro prehistórico sobre cuyos restos, varios siglos después, se asentó una civilización romana. Según algunos investigadores, podría tratarse de uno de los centros más importantes de la civilización romana y cuyas dimensiones serían muy similares a las de la ciudad de Ávila. En la actualidad, son muy pocos los que conocen el sendero que lleva hasta este lugar, ya que la espesa vegetación oculta casi por completo restos de columnas romanas, capiteles, sepulcros visigodos o fragmentos de muralla que aún perviven. Dentro del capítulo de obras accesorias que conlleva la Presa de Irueña, se contempla la puesta en valor de este entorno que permaneció activo hasta finales de la Edad Media.