Vicente Ruiz | Marruecos www.elmundo.es 14/06/2009

La televisión ha decidido renovar su parrilla de cada Semana Santa…, aunque sin grandes derroches de imaginación. Hartos de emitir durante años ‘Ben-Hur’, Antena 3 se ha involucrado en la producción de una nueva versión de la mítica cinta de William Wyler que los espectadores se hartarán de ver a partir del próximo año. Un largometraje específicamente para televisión (el original casi lo era después de tantas reposiciones) de cuatro horas de duración.

El tirón de Charlton Heston parece agotado entre las nuevas generaciones y este ‘remake’ reduce la edad de los protagonistas y acentúa las escenas más tórridas para que los jóvenes de hoy también puedan identificarse con el enfrentamiento entre Ben-Hur y Messala.

«Cada siglo necesita su ‘Ben-Hur’ y estamos orgullosos de formar parte del siglo XXI. Queremos dar a la historia una dimensión contemporánea», asegura Manuel Corbi, productor ejecutivo de Drimtim.

Hablar de esta película es hacerlo de sus todavía insuperables 11 Oscar y de Charlton Heston; de su desmedido presupuesto y de su récord de recaudación. Abordar una obra de este calibre exigía un presupuesto multimillonario para que las inevitables comparaciones no fueran excesivamente odiosas. El objetivo era conseguir 16 millones de euros y la única fórmula posible la de la coproducción.

Tres productoras de España, Canadá y Alemania creyeron en el proyecto y pusieron rumbo a Marruecos, donde actualmente se rueda la cinta. Desde el pasado 4 de mayo, todo el equipo de la película vive y trabaja en pleno desierto, en la localidad de Ouarzazate.

¿Por qué aquí? «Porque aquí teníamos de todo y con unos costes que hacían factible un proyecto así. Lo único que hemos tenido que construir ha sido la parte romana», explica el productor Roger Corbi, que reconoce las dificultades de trabajar codo con codo con otras productoras internacionales: «Consensuar cada decisión es muy complicado, pero no hay otro modo de afrontar proyectos de este calibre».

El calibre salta a la vista al pasear por las ficticias calles de Jerusalén, con una superpoblación de figurantes, camellos y otros animales que trasladan al forastero al siglo I que recrea la película. La fidelidad de la ambientación es tal que se percibe hasta por el olfato al pasear por las polvorientas callejuelas de los impresionantes estudios Atlas.

«Cuando dicen ‘acción’ te llegas a trasladar a esta época», comenta Lucía Jiménez, representante española en el reparto junto a Miguel Ángel Muñoz y Simón Andreu.

Ellos tres son casi los únicos del reparto que no permanecerán en Ouarzazate las casi 10 semanas de rodaje por su relativa cercanía con España. La convivencia multicultural (hasta 15 nacionalidades confluyen en el reparto) tiene lugar en el lujoso Hotel Berbere Palace.

En su interior, el polvo que azota el rodaje cada tarde y la miseria de la mayoría de los habitantes de la zona no existen. La inmensa y sugerente piscina hacen olvidar casi hasta los cerca de 40º que sacuden diariamente la ciudad.

Como una gran familia, todos conviven alrededor de la zona de baño. Aquí es donde Ben-Hur (interpretado por Joseph Morgan) y Messala (Stephen Campbell) aparcan sus diferencias para beber vino tinto español y comer jamón ibérico por cortesía de Miguel Ángel Muñoz, que aprovecha sus escapadas a España para traerlo escondido en su maleta. «La mayoría no lo habían probado nunca», cuenta sonriente.

El rodaje es duro e intenso, pero también permite tiempos muertos. Cerca de los estudios, seis palos forman dos porterías en mitad de una nada que lo es todo para los amantes del fútbol. Parte del reparto se atrevió al verlo a retar a los camareros del hotel, que sólo disponían al día de una hora libre a las tres de la tarde. El resultado, goleada para el equipo local. Ellos esperan que la suya sea de espectadores.